Prólogo

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Aquella mañana el sol entró intensamente por la ventana, iluminando todo, y llenando de energía la casa de los Potter. Aquel, era un día muy importante, sobre todo para la menor de la casa. Lily se levantó con una enorme sonrisa en el rostro, se puso su mejor vestido y cepilló su cabello perfectamente liso, se puso un pequeño moño dorado que contrastaba con su pelirrojo cabello y salió con paso apresurado a la cocina. Al costado de las escaleras ya estaban los tres baúles con que viajarían ella y sus hermanos a Hogwarts. 

A Lily le temblaron las rodillas de la emoción, pues por fin iría a Hogwarts y estaría con sus hermanos, Albus y James, y con sus primos, Rose y Hugo. En especial le ponía ansiosa el vivir la experiencia junto a Hugo pues él también iría a su primer año de colegio y sabía que si ella estaba nerviosa, su primo lo estaría al triple. 

Entró en la cocina, donde ya estaban sus hermanos y su padre desayunando, no vio a su madre pero no se preocupó demasiado. 

- Ahí está mi pequeña. ¿Cómo te sientes? - preguntó su padre, Harry, cuando la pelirroja se acercó a la mesa para darle un abrazo.

- Nerviosa pero no me preocupo demasiado. En cuanto lleguemos a King's Cross todo habrá pasado. - aseguró sentándose junto a su padre.

- Eso es bueno, así no temblarás como espaguetti durante todo el camino como Albus. - bromeó James.

- No temblaba como espaguetti, solo eran mis manos. - se defendió el recién nombrado - ¿Quieres los cereales, Lily? - la pequeña asintió y recibió la caja.

- Gracias. - se sirvió en el tazón que apareció su padre frente a ella y comió con calma - ¿Mamá nos alcanzará en la estación? 

- Así es, solo debe dejar su reportaje para edición vespertina de El Profeta. 

- ¿Escucharon que Viktor Krum se quiere retirar? - preguntó James para hacer conversación.

- Sí eso llega a suceder los búlgaros no volverán a ganar un mundial. 

- Eso significa que los irlandeses patearán sus traseros, estoy conforme. 

- James... - el mayor sonrió de lado a modo de disculpa - ¿Están listos?

- Yo sí. - respondieron al unísono Albus y Lily.

- Yo solo haré una última parada a mi habitación, siento que algo me falta. 

- Entonces date prisa. Tenemos una hora para llegar.  - Harry se levantó de la mesa y con un movimiento de varita envió todos los trastes fuera de sus vistas.

Los dos chicos se marcharon de ahí en cuanto tuvieron oportunidad y Lily se quedó mirando la mesa, pensativa. De pronto un sentimiento de nostalgia la azotó pues, a pesar de que Albus se veía más tranquilo cuando estaba junto a su padre, aún parecía estar incómodo con su familia después de haber sido seleccionado para Slytherin. Su padre lo notó y se sentó junto a ella para conversar antes de partir a la estación.

- ¿Todo en orden?

- ¿Crees que si yo también quedara en Slytherin Albus se sentiría mejor? - a Harry se le encogió el corazón al escuchar la preocupación de su pequeña.

Si algo había en Lily, era mucha bondad y preocupación por los demás y no quería que ella creyera que debía hacerse cargo de cosas que le correspondían a él. Cómo hablar con Albus sobre su selección, hablarlo con más calma.

- Sé que estás preocupada y que quieres ayudarlo, pero no necesitas estar en la misma casa que él para ello. Has hecho todo muy bien siendo tan atenta y cariñosa con él como siempre. Y, además, su disgusto no se resolverá con eso. Prometo que haré mi parte para que todo vuelva a estar lo más normal que se pueda.

Lily Potter en Hogwarts - FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora