Lily Potter en Hogwarts - Fanfic

4. Oveja Negra

Lily se levantó temprano la mañana siguiente, consiente de lo vital que sería ese día para el resto del año, y toda su estancia en Hogwarts. Ese día quiso salir con su mejor sonrisa de las mazmorras, atendiendo únicamente los comentarios que valieran la pena y manteniendo la mente en calma.

En la sala común no vió a su hermano ni a Scorpius, así que salió de ahí con rumbo directo al Gran Comedor. A mitad del camino se topó con su hermano mayor, quién sonrió ampliamente al encontrarla.

- ¡Hey, ahí estás! - Lily se dejó envolver por los brazos de James - Iba a buscarte. ¿Qué tal tu primera noche como una Slytherin?

- Todo normal. - respondió - No hay mucha diferencia, tal vez excepto que comparto habitación por primera vez.

- ¿Quién es tu compañera? - James ofreció su brazo a su hermana y emprendieron el camino al Gran Comedor.

- En realidad no lo sé. Cuando llegué ella ya dormía, y cuando desperté ella ya se había marchado. Pero no me preocupo, en cualquier momento tendremos oportunidad de presentarnos.

- Y tampoco es que necesites mucha presentación, hermanita. Ya todos están hablando de ti.

- No me sorprende, pero tampoco me importa. - la pelirroja se encogió de hombros -  Yo he venido a estudiar, rescatar nuestra relación con Albus y de paso abrirme camino al éxito, justo como nuestros padres y tíos.

James río complacido con las palabras de su hermana, sintiéndose mucho menos preocupado por la estancia de su hermana en Slytherin. Definitivamente ella cumpliría con todas y cada una de las expectativas de aquella casa.

- ¿Han dicho algo nuestros primos al respecto? ¿Qué hay de Hugo? ¿Está bien? - interrogó Lily.

- De hecho ellos parecieron menos preocupados que yo, siendo honesto. Y Hugo está ansioso, sigue preguntándose cómo sobrevivirá a sus nervios sin tu auxilio.

Los Potter entraron en el Gran Comedor recibiendo la atención de todos de los que ya estaban ahi tomando su desayuno. Avanzaron hasta la mesa de Gryffindor, en dónde se encontraba el resto de su familia.

- ¡Oye, ahí estás! - saltó Rose.

- ¡Hola! - saludó Lily con emoción.

- ¡No sabes lo terrible que fue esta noche, Luna! ¡No puedo creer que me abandonaras! - reclamó Hugo cruzado se brazos.

- No te he abandonado, tienes a toda la familia en la misma casa que tú, en cambio yo solo tengo a Albus. No está nada mal tu situación. - se dispuso a abrazar a su primo para transmitirle algo de su buen humor.

- Definitivamente Lily tiene razón.

Albus apareció en la escena con rostro serio, dejando sorprendidos a todos pues era la primera vez que se detenía en su mesa y, sobre todo, les hablaba dentro del colegio. Albus había cortado toda comunicación con ella dentro de Hogwarts desde hacía un año atrás.

- Vaya, hasta que sabemos algo del Potter Sly. - se burló James.

- No exageres, James.

- Descuida, Ro, estoy seguro de que le ha hecho mucha falta que alguien le preste atención, desde que llegué a Hogwarts pasó a segundo plano. - atacó el mediano de los Potter.

- Prefiero ser ignorado a llamar la atención por ser la oveja negra de la familia.

Entonces todos se quedaron en silencio, incluso aquellos que se habían formado alrededor de los Potter y Weasley, bien atentos al enfrentamiento de los jóvenes. Lily se decidió a intervenir poniéndose entre sus hermanos.

- Oigan, no monten un espectáculo. ¿No creen que ya llamamos demasiado la atención?

James se sintió apenado, mientras que en Albus solo había espacio en su corazón para su enojo.

- Ella tiene razón...

- ¿En serio crees que soy la oveja negra? ¿Tú también? - interrogó Albus.

- ¡No! Nadie cree eso, Al. - Rose quiso ayudar.

- Albus, solo están discutiendo como niños tontos. Vamos a desayunar.

James permaneció en silencio, sin saber qué decir.

- Solo eso faltaba. Primero nuestros padres, ¿y ahora tú?

Severus no dió tiempo de nada más, se tragó sus ganas de explotar y dió la vuelta bruscamente, dejando a todos en el Gran Comedor callados e impresionados.

- Ay no... - susurró James.

- Sirius, ¿qué es lo que hiciste? - preguntó Lily con un puchero en sus labios.

- Yo... Lo siento...

- Creo que fuiste bastante desagradable esta vez. - regañó su prima.

- Garcias por hacerme las cosas más difíciles, hermano.

La pelirroja aguantó su llanto y se fue a la mesa de Slytherin en silencio, dejando a un James arrepentido.