One Touch (Jennie Y Tu)

Enamorada De Ti

Dije que quería protejerte. Asentiste y me tocaste con las llemas de tus dedos. ¿Por qué siento que eres tu quien me protege?

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Lo tenía claro. Debía de esforzarme y mucho para conseguir que Jennie después de esta cita quisiera tener una segunda. Lo malo es que le dije que la tendríamos ahora la cita y no se me ocurrió otra cosa tan Cliché que llevarla a un parque. Me sentí decepcionada de mi misma cuando llegamos. Me supongo que los nervios me pasaron una mala jugada.

—¿Te vas a quedar todo el rato callada o...? —Volví a la realidad en cuanto escuché que Jennie me hablaba. Estaba tan mentida en mis pensamientos que seguramente me habría quedado bastante tiempo callada.

—¿Qué? No, este...no. Hablo, hablo, yo...si—Respondí rápido y con nerviosismo. Al parecer a ella le pareció graciosa la forma en que respondí ya que empezó a reírse. Con su mano se tapó ligeramente la boca y su cabeza se inclinó un poco hacia atrás mientras que sus hombros se movían rápidamente de arriba a abajo. Yo también empecé a reír, pero el motivo por el cual empecé a hacerlo era uno muy diferente.

—¿En qué tanto pensabas? —Dijo una vez que se calmó y dejó de reír.

"en ti".Eso es lo que me hubiera gustado responder pero sonaba tan cursi en mi cabeza que ni me quería imaginar como sonaría en voz alta.

—En cosas sin sentido —Le respondí mientras me encogía de hombros.

Desde que llegamos lo único que hemos hecho es caminar, no había destino, solo caminábamos. Ella, con su brazo entrelazado al mio, no iba a permitir que se cayera o le pasara algo.

Pasamos por al lado de un puesto de bicicletas, eran este tipo de de bicis para dos personas. El hombre que se encontraba ahí no dudó en hablarnos y ofrecernos montarnos.

—Chicas —Nos lo dijo a nosotras ya que en el parque apenas había gente y eramos las únicas por allí cerca. —¿No les gustaría dar una vuelta en bicicleta? —Yo me paré y al hacerlo también tuvo que hacerlo ella.

—No, gracias —Respondió Jennie con una leve sonrisa. Intentó seguir andando pero yo no me moví del sitio.  —¿Qué ocurre? —Me preguntó al ver que por mucho que tirara de mi brazo yo no me iba a mover. Miré las bicis y luego la miré a ella, así repetidas veces.

—¿Y si nos montamos? —Le prupuse —Puede ser divertido —Le dije, su cara era de sorpresa total aunque yo también estaría así si me ofrecieran algo así estando en sus condiciones.

—Por si se te ha olvidado...soy ciega, eso significa que no veo. —Me dejó en claro —¿Y quieres que me monte en una bici? —Preguntó con una ceja alzada.

—No se me a olvidado —Le dije mientras soltaba una pequeña risa —Yo iría delante, tu solo tendrías que pedalear.

—No creo que sea buena idea —Dijo indecisa. Tenía dudas y eso era bueno ya que no había dicho que 'no', al menos no directamente.

—Venga. No te pasará nada —Dije y le agarré de la mano —Yo seré tus ojos —Di un leve apretón sobre su mano.

(...)

—Espera. Paremos un momento —Le pedí casi sin aliento. Habíamos subido una cuesta demasiado empinada.

—¿Qué? No, tenemos que seguir —Me pidió mientras hacía una especie de puchero.