Capítulo 3

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CAPÍTULO 3

— Entonces después de analizar todos los sistemas penitenciarios podemos deducir que los que tenían influencia con la inglesa eran principalmente el sistema Celular y Pensylvanico...

Oh querido maestro Cornwell, su cabello negro y esa sosnrisa hermosa hacia suspirar al sexo femenino de toda el aula. Cornwell era consiente de los efectos que causaba ante su público y sin duda alguna se aprovechaba de eso para tenernos a sus pies, pero algo dentro de mi sabía que no arriesgaría su profesión por tener sexo de cuarenta minutos con una alumna con las hormonas alborotadas por diez años en prisión, se notaba a kilómetros cuán enamorado estaba de su carrera y lo mucho que le gustaba dar clases. El maestro Cornwell daba la apariencia de pertenecer más a casa, siendo un hombre hogareño con su familia; yendo los fines de semanas casa de la abuela para que toda la familia se reuniera y disfruten comer de un rico estofado.

— Señorita Loughty ¿cree que podría repetir algún sistema penitenciario en donde prevalezca el silencio entre los reclusos? 

Dudo un momento— El Cartujo – suena más como una pregunta.

— Le voy a pedir que por favor preste más atención a mi clase. Pueden retirarse. – Ordena al momento de ver que la hora de clases ha culminado.

Comienzo a guardar mis cosas para poder retirarme lo más pronto de la universidad y llegar a mi casa a encerrarme en la soledad, necesitaba mi tiempo apartado de los demás.

— Señorita Loughty.— Me llama Cornwell.

— Dígame profesor.

— Hágame un favor.– ordena un par de carpetas antes de tenderlas a mi dirección. — Lleve esto a la oficina de detención, se lo entrega a quien esté a cargo del aula. Disfrute su semana, señorita Loughty.

Tomo los papeles.— Igualmente señor Cornwell.

Salgo del aula y me dirijo hacia el aula de detención, el aire frío chocaba brutalmente en mis mejillas y gotas de lluvia esporádicas empezaban a caerme, estaba tan concentrada en llegar lo más pronto posible al salón antes de que lluvia me cubriera por completo que no venía prestando atención a los pasillos.

— Ten cuidado.

Y cómo hace un par de días en el supermercado; había chocado en un torso duro como el acero y los papeles habían caído desparramados por todo el pasillo.  Maldije en ese momento a Cornwell por haberme hecho llevar sus papeles.

— Te dije que tuvieras cuidado.

En cuclillas recogiendo los papeles, alzó mi ojos para encontrarme con los suyos viéndome y junto con una sonrisa que mataría a cualquiera.

— Debemos de dejar de contrarios así. – Su voz ronca, pausada y varonil hace vibrar mis sentidos.

Solo puedo atinar en hacer un bufido .— Si dejarás de entrometerte en el camino, tal vez podríamos evitarlo.

— ¿No deberías de ser un poco más amable con la persona a la que le manchaste la camisa de vino? – divertido me da la mano para que pueda levantarme, la acepto porque me costaría trabajo hacerlo por mi cuenta.— Harry Styles, a tus servicios.

— Harriet Loughty.

— ¿Harriet?.– lo piensa un instante y de forma lenta una sonrisa va formándose en su rostro.— Que curioso, ¿sabías que es un nombre para una mujer apasionada y con poder?

— Ma alegra cumplir con los requisitos. – digo autosuficiente.

— ¿Te llevo? No es recomendable que a estas horas regreses a casa sola, no sabemos qué clase de enfermos mentales hay en la ciudad.– La ultima parte lo dice de una manera tan mórbida que me recuerda a mi pequeño encuentro escalofriante con el que tuve enfrente de mi casa.

Tropiezo. | H.S |. #Wattys2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora