CAPÍTULO 16
Amanezco hecha bolita entre las sábanas negras. Intento recuperar la noción de mi sueño pero es imposible. La luz que se cuela entre las ventanas no da paso a mi flojera.
Hundo mi cara en la almohada e inhalo profundo. El aroma a menta y a tabaco me llenan, el corazón me palpita más rápido al recordar a mi acompáñate de media noche. Es inevitable no sonreír al recordar su engaño, es bastante inteligente, se aprovechó de mi momento de vulnerabilidad para hacer de las suyas.
No hay ni un solo ruido en la casa. Estoy sola. Abro con lentitud los ojos y veo a un lado de la cama, en el mueble de noche; una bandeja de metal con una nota, una llave de metal y una taza de lo que parece de té acompañando mi mañana.
" Te llevare al doctor en estos días, roncas como un cerdo, muñeca.
Hay una copia de la llave de la casa, úsala cuando regreses."Me hace reír la forma tan peculiar que tiene de darme órdenes. Es un chico bastante divertido que se esfuerza en ser peligroso.
Como en veces anteriores, hay una sudadera suya a un lado de la nota. Es de un color azul pastel lo suficientemente grande para cubrir hasta mis muslos. No pienso en ponerme pantuflas, estoy sola y me da la libertad de andar descalza de un lado para otro.
Voy al baño a hacer mis necesidades primarias, me veo en el espejo y me sonrojo al ver mi reflejo totalmente desaliñado. Mi cabello rubio está hecho un desastre, parece un remolino de spaghettis. No hago nada con el, lo dejo tal cual.
Voy medio dormida caminando hasta la cocina. Dios, hubiera deseado seguir durmiendo un poco más, siento los párpados pesados por mi ausencia de sueño, la cama de Harry tiene un efecto sedante o quizás son sus brazos lo que me hace dormir de forma tan placentera. Mis pasos son perezosos, solo tengo ganas de regresar arriba y acostarme hasta desaparecer.
Despreocupada tomo un tazón de la cocina y sirvo un poco de cereal en el. No me sorprendo al degustar su sabor dulce, se perfectamente que tipo de paladar tiene el dueño de la casa.
— Buenos días.– salto espantada de mi lugar al escuchar una voz familiar que proviene desde la sala.
Con mi ritmo aún acelerado por el susto, veo al chico rubio totalmente vestido y fresco sentado en el sofá mientras ve la televisión en un volumen extremadamente bajo.
Su mirada azulada me recorre de manera divertida de pies a cabeza y por primera vez siento que la sudadera no me cubre lo suficiente. El calor llega hasta mis mejillas, que situación tan comprometedora. Me siento apenada.
— Ho-hola.– levanto mi mano en forma de saludo pero en cuanto siento la tela de la sudadera subirse vuelvo a bajar mis manos hasta el borde de la tela.
— ¿Cómo amaneciste? – se ve divertido por mi aspecto. Es claro que no estoy en las mejores condiciones para atenderlo.— Al parecer creo que muy bien.– contesta al ver que no pronuncio ni una sola palabra.— Sería buena idea que fueras a cambiarte, tenemos un día por delante.
Me despido con una sonrisa y corro hacia la habitación para bañarme. Él sonrojo es inevitable al ver la ducha, el jabón sigue en el suelo y en las paredes de cristal hay gotas de agua. Es claro que la han usado recientemente.
No demoro mucho debajo del agua, me siento presionada al saber que alguien me espera. Me visto rápido, pero tengo que admitir que tardo unos minutos más de los necesarios en mi maquillaje. Me gusta en exceso arreglar mi cara y hacerla ver presentable aun así fuera con mucho o poco maquillaje, no importa si la misma no iba de acuerdo con mi vestimenta, tengo que admitir que a veces era demasiado vaga en mi prendas, yo lo atribuía a la constante actividad física a la que me veía sometida. Mantengo un perfil bajo ante las miradas curiosas de los jóvenes, no me gusta que me reconozcan por mis peleas. Sabiendo que es mi fuente de ingresos, no estoy muy orgullosa de sentirme bien cuando golpeo chicas hasta que me harte.
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Tropiezo. | H.S |. #Wattys2020
Fanfic¿Las H son de problemas? Hay ciertas cosas que no te cuentas en las historias de amor, cosas negativas, destructivas, e incluso, enfermizas, y con las que uno carga día a día y eso lo tenía muy claro Harriet Loughty, tenía claro su final si seguía...