CAPÍTULO 9
Entretenida dentro de la camioneta en espera de aquel castaño que se había ofrecido a bajar por un par de cafés para antes de ir a la universidad me pongo a pensar sobre lo que me esperaba el reto del día.
Para mi, era habitual pasar a la cafetería de camino a la universidad y tuve que levantar a Harry veinte minutos antes para poder arreglarme con calma y estar en espera de mi café.
Mis dedos acarician el borde del cuello de mi blusa rayada recordando los besos húmedos que había dejado anoche, sus manos vividas habían tomado dirección a mis muslos, en donde ahora estaban cubiertos por un short color azul. Nos habíamos besado toda la noche hasta quedarnos sin aliento y haga que nuestros labios pidieron un descanso, no tuvimos tiempo de palabras y tan solo dejamos que nuestros labios hicieran todo el trabajo. La tensión sexual estuvo presente toda la noche pero ambos nos mantuvimos con los besos húmedos. Aquel hombre emanaba sexo puro.
Lo veo salir del local con un portable de cartón que contiene cuatro cafés. El clima de hoy apunta a ser soleado y le dio una fantástica idea para usar una camisa azul celeste punteada y abrirla al punto de dejar ver con claridad las dos golondrinas en sus clavículas, la tela arremangada hasta los codos dejan admirar toda la tinta en ellos, junto con sus Ray Ban negras dan un resultado sexy, inhumano, caliente. Madre mía.
— Perdona la tardanza.– dice encendiendo su camioneta. — Había algo de gente pero todo listo, muñeca.– me tiende un vaso de café.
— ¿Es lo que te pedí? – inquiero con una ceja enarcada.
— Triple, venti, mitad dulce, sin grasa, caramel macchiato.– responde de forma mecánica tendiéndome un vaso. Le doy una sonrisa.— Aún se me hace ridículo que alguien tenga un menú de café por día.– escribe en su teléfono y arranca en dirección a la universidad.
— Me gusta llevar un control en mi vida.– respondo simple, le doy un sorbo a mi café. Delicioso.
Admito que si es un poco absurdo tener un café diferente según del día de la semana se tratase pero en mi defensa podía decir que se trataba sobre la estabilidad y el orden. La chica que siempre me atendía, Wendy, se había aprendido de memoria todos mis pedidos de todos los días, en un principio se le complicó el del día lunes pero me hice consiente y decidí escribirle una nota en donde dejaba en claro los cafés que correspondían según el día de la semana. Ahora, Wendy, ya sabía mis horarios de entrada y procuraba tener el café listo unos dos minutos antes de que llegara.
— Aún pienso que es un poco exagerado.– se encoge de hombros y me dedica una sonrisa.
Llegamos a la universidad en completo silencio, no uno incómodo, más bien; intenso. Me era extraño como nuestro comportamiento lograba ser normal después de una noche en donde pudimos rebasar con los besos.
Me mantengo dentro de la camioneta cuando veo que la rodea hasta mi lado.
— Servida, muñeca.– hace una ligera reverencia, casi imperceptible, me tiende la mano derecha.
Le tomo su ofrecimiento físico y me trae consigo de un tirón, me gustan estos empujones. Arrebato sus Ray Band para guardarlas en el borde inferior de mi blusa, le dedicó una sonrisa.
Comenzamos a andar hacia la puerta principal de las instalaciones universitarias, su brazo izquierdo me tiene abrazada de los hombros y mi mano izquierda se sujeta en los bordes de sus pantalones haciendo que caminemos muy juntos.
— Eres una obra de arte.– susurra con una sonrisa sobre mi pelo.
Camino muy confiada, realmente con atrevimiento, al pasar entre los estudiantes puedo notar sus miradas interrogativas, los chicos del lado sur ven con una sonrisa triunfante a Harry, el público femenino observan soñadoras a mi acompañante, mientras que a mi solo me dedican miradas de coraje e incluso de anhelo.
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Tropiezo. | H.S |. #Wattys2020
Fanfiction¿Las H son de problemas? Hay ciertas cosas que no te cuentas en las historias de amor, cosas negativas, destructivas, e incluso, enfermizas, y con las que uno carga día a día y eso lo tenía muy claro Harriet Loughty, tenía claro su final si seguía...