CAPÍTULO 25
— Harry. – se auto proclama al contestar.
La postura relajada que mantenía hace un rato la intercambia por la conjugación de músculos tensos a toda su anatomía y me permite ver cada engrane de su cuerpo al momento de pender la luz del cuarto. Su musculatura dura acompaña a los segundos que van transcurriendo en la llamada
— Estoy en la cama con mi novia, no pienso ir a solucionar tus mierdas. – suelta exasperado. Aún así logro adorar sus palabras. Pasan segundos, minutos tal vez, pero Harry sigue escuchando con cautela lo que la persona a través de la línea le comunica. No puedo escuchar pero a juzgar por la mano en su frente puedo predecir que no le están gustando las noticias. — Maldita sea tu incompetencia.
Cuelga.
No digo nada, solo lo abrazo. Quiero esperar a que se mueva pero no pasa nada.Levanto la mirada hasta conectar con la suya, que, de alguna manera, ya me observaba en la oscuridad.
— Tienes que irte. – susurro. Dejo un beso en su barbilla. Tiene que afeitarse.
Bufa.— Acabo de llegar, muñeca. – pega más su cuerpo a mi abrazo. — No quiero cambiar tu cuerpo por problemas estupidos.
— Supongo que es tu trabajo...
Pesa. Decir las palabras llevan un gran peso. No solo es el trabajo de Harry. Es la condena que está obligado a cubrir para asegurar a su familia. Y a mi.
— No quiero dejarte.
Es de las pocas veces que puedo denotar miedo en su voz. Sé lo mucho que he me ha dicho que no salga, cuanto le preocupa mi bienestar y la seguridad que se empeña a mantener me hace reafirmar el constante estrés al que se ve sometido solo para asegurase que sigo respirando.
— Puedo acompañarte. – propongo. — Si te parece mejor, podría hacerlo.
— No quiero que veas la mierda en donde trabajo. – se queja. No hay duda en cuanto lo dice, parece demasiado avergonzando. — No es lugar para una muñeca como tú.
Un calor ligero como una cosquillas va depositándose en mis mejillas. — Harry. – reprendo agradeciendo sus palabras. — Acabas de llegar y tienes que irte. Yo también quiero estar cerca de ti.
Es en parte cierto; adoro su compañía y pasar mis días con él, sin embargo, también deseo conocer que secretos puedo llegar a descubrir en el area laboral que tanto tiempo parece consumirle y que tanto le hace alejar de mi lado.
Decir que estoy decidida para acompañarlo es poco con la determinación que tengo en mente.— ¿Necesitas estar cerca de mi? – pregunta y asiento. — Eso pudimos haberlo arreglado hace unos minutos.
— Harry. – lo reprendo.
Levanta las manos rindiéndose. Aún no quita la sonrisa engreída de su cara.
— Si me llevas contigo, no tendrás necesidad de estar preocupándote si estoy bien. Tendrías un ojo puesto sobre mi.
Hago una oferta tentativa con la intención de que caiga y termine aceptando.
— Vendrás con la condición de no alejarte de mi más de quince centímetros. Ese es el trato.
— Trato. – le doy una pequeña sonrisa. Tengo que ocultar la felicidad de haber obtenido el triunfo antes que piense que hay intensiones ocultas.
— ¿Que tipo de ropa tienes aquí? – pregunta levantándose. Va directo a mi armario, inspecciona gancho por gancho. Saca un diminuto vestido azul pastel, me da una sonrisa arrebatadora mientras analiza la prenda. — Me encantaría verte puesto con algo tan pequeño.
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Tropiezo. | H.S |. #Wattys2020
Fanfiction¿Las H son de problemas? Hay ciertas cosas que no te cuentas en las historias de amor, cosas negativas, destructivas, e incluso, enfermizas, y con las que uno carga día a día y eso lo tenía muy claro Harriet Loughty, tenía claro su final si seguía...