CAPÍTULO 11 - SENSACIONES EXTRAÑAS

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CAPÍTULO 11

Han pasado cuatro días desde la última vez que vi a las españolas, de la misma forma que aparecieron, se fueron y no dijeron nada, he preguntado por ellas en el pueblo y nadie las ha visto, imagino que ya se han ido a otra ciudad, a su país o qué sé yo. Nunca terminé de entenderlas; Gabriella, la que hacía el papel del “hombre” fue quien me buscó y me pidió que las invite a tomar y luego terminó poniéndose celosa por ver a Ángeles, disfrutarlo así.

Por otro lado nunca sentí a Ángeles tan segura de amarla realmente, las decepciones a veces te hacen poner muros tan grandes contra el amor que terminas intentando otras cosas, buscando convencerte de que hay mejores alternativas, de que hay otras opciones. Mientras pienso en esas dos mujeres, prendo un cigarro en la silla que tengo cerca de la ventana y camino a la nevera a sacar una cerveza; mi apartamento no es tan grande, no tengo lujos ni grandes cosas, a pesar de que vivo con lo esencial, ya me estoy acostumbrando, aquí nunca pasan cosas raras, toda la gente se conoce, las personas son amables; después de todo, empezar de nuevo en este pueblo, tal vez fue la mejor decisión.

Mientras caminaba nuevamente a la silla a beber mi cerveza, sonó el timbre de mi casa haciéndome saltar porque no suelo recibir visitas inesperadas, abrí la puerta y como si la hubiera llamado con la mente, estaba parada frente a mi puerta Ángeles.

-          Hola, espero no interrumpir.

-         ¡Ángeles! , que sorpresa, ¿Qué haces aquí? – la verdad por algún motivo me dio gusto verla, no había querido reconocerlo hasta que la vi, pero estuve pensando en ella todos los días, y ahora tenerla frente a mí, después de ya imaginarla en su país me alegró mucho.

-          Quería hablar contigo, hay algo que no me deja tranquila desde la última vez que nos vimos.

-          ¿Qué pasó?

-          No he dejado de pensar en lo que pasó esa noche.

-          Ven, pasa por favor, toma asiento, ponte cómoda y conversamos mejor, justo me iba a tomar una cerveza, ¿Quieres una?

-          Pues bueno, vale. – tomó asiento y observó sutilmente todo el lugar como si fuera la primera vez que lo conociera.

-          Ten toma, ahora sí, cuéntame. ¿Qué ha  pasado? ¿Dónde está tu novia?

-          Terminé con ella.

-          ¿Qué? Pues bueno, cuéntame todo.

-          Esa noche cuando nos fuimos de tu casa y llegamos  a nuestro hotel, ella me hizo una escena de celos, al principio estaba callada, conteniéndose o tal vez pensando todo lo que quería decir, pero terminó por explotar y todo se salió de control.  Ella sintió y vio como disfruté lo que pasó contigo y se enojó, se molestó, porque por más que lo he intentado, por más que me he esforzado por quererla de la misma manera que ella me quiere a mí, no he podido. Ella ha sido mi mejor amiga de toda la vida, me ha visto llorar, me ha visto sufrir, ha secado mis lágrimas y ha estado en los momentos más importantes de mi vida, sé que es la persona que más me quiere, la que más se preocupa por mí, pero cuando empezamos a intentarlo, cuando empezamos nuestra relación cambió, empezó a ser más prepotente, más controladora, más celosa, empezó a controlar mi forma de vestir, revisaba mi celular, joder que todo comenzó a cambiar. Ese día me levantó la mano y medio de hostias, luego se puso a llorar, pero yo ya no quiero saber nada de ella.

-          ¡Wow! Que fuerte, no me esperaba todo eso, hay algo que no entiendo, sí ella es todo eso que dices, por qué hizo eso conmigo, por qué se acercó a hablarme y a coquetear.

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