CUANDO TE ENCUENTRE

CAPÍTULO 22 - DECLARACIÓN DE GUERRA

CUANDO TE ENCUENTRE

CAPÍTULO 22

La sangre corrió pintando el piso de sangre ante la mirada atónita de Ashly. Su padre yacía tendido en el piso, inerte viendo su vida irse; al otro lado estaba García, mirando la escena con una frialdad imperturbable en ojos, con una sonrisa macabra. El hombre que tenía a Ashly de la mano la soltó y ella se tumbó al suelo junto a su padre, dos disparos lo habían impactado por la espalda y era poco lo que al parecer se podía hacer.

-          Siempre lo dije muchacho. ¡Nunca dejas de sorprenderme! En otra vida tú y yo nos hubiéramos llevado muy bien, pero bueno así son las cosas. – decía al mismo tiempo que caminaba en dirección hacia mí y salía junto al otro hombre que cargaba el maletín lleno de dinero. Miró el cuerpo inerte de Morgan se regocijó de placer al ver a Ashly destruida y continuó su camino por la salida del almacén.

Me quedé en silencio, no fui capaz de decir nada. A unos metros de mí, estaba Ashly llorando desconsoladamente, apretando el rostro de su padre y abrazándolo, como intentando despedirse, como pidiéndole que no se vaya. Cuando por fin García se fue y se oyeron a los carros partir comencé a caminar hacia ellos. Ashly me miraba con furia, con los ojos rojos como su cabello.

-          ¡Lárgate! ¿Cómo pudiste? ¡Maldito asesino! – gritaba con una mirada fulminante que clavaba en mis ojos.

Morgan, tendido en el piso, hizo un pequeño movimiento, muy despacio porque seguramente el impacto le había dolido y abrió los ojos ante la mirada atónita de Ashly.

-          ¡PAPÁ! ¡PAPÁ! ¡Estás vivo! – Gritó desesperada, si poder creer lo que estaba viendo.

-          Este muchacho nos salvó la vida hija.

Morgan empezó a ponerse de pie y Ashly no entendía nada de lo que pasaba, hace unos minutos estaba viendo a su padre muerto con dos disparos de bala, tendido en el piso lleno de sangre y ahora, de un momento a otro, se ponía de pie como si nada.

-          ¿Me pueden explicar que está pasando?
-          No hay tiempo ahora - dije mientras lo ayudaba a ponerse de pie - debemos irnos ahora mismo antes de que García se de cuenta que lo engañamos con el dinero.
-            ¿Lo engañaron? ¡Que carajo pasa Bradd, necesito una explicación! - gritó furiosa y confundida.
-             Ya escuchaste a Bradd hija, no hay tiempo, en el camino te vamos a explicar todo.
Ella también lo ayudó a levantarse mientas lo abrazaba y seguía sin creer lo que había pasado. Salí despacio a verificar que ya todos se hubieran ido y volví para avisarles.

Subimos a la camioneta lo más rápido que pudimos y nos fuimos camino a su casa.

-          ¡Por favor, que alguien me explique maldita sea!
-          Bradd, por favor, explícale todo. - dijo Morgan con una voz extenuada.
-          García pidió 10 millones de dólares por tu liberación, y por la mía pidió que matara a tu padre. Hace un tiempo tengo una deuda con él, por eso fue que me escapé a ese pueblo donde pasó el accidente con las chicas españolas. El me encontró y obligó a volver a la ciudad, me pidió que trabaje para él, que ingrese infiltrado para sacar información sobre tu padre. García sabía que lo estaban estafando y por eso me pidió que averiguara todo. Él no contó que yo pudiera enamorarme de ti - mi corazón se agitó ante la confesión- y no imaginó que yo sería capaz de jugarme la vida por ti. Lo único que me pidió para liberarme y saldar nuestras cuentas fue que le quitara la vida a tu padre, que lo matara, solo así me dejaría en paz. 

No fui capaz y se lo conté todo corriendo el riesgo de que tu padre me matará a mí, pero tu vida estaba en juego y no le quedó otra opción más que confiar en mí y así lo hizo. Juntos ideamos un plan para salir con vida todos de ahí, sabía que la única forma de que García no te matara, era que yo mate a tu padre, por eso conseguí un chaleco antibalas, pasamos largas horas mezclando el dinero que consiguió tu padre con billetes falsos que compramos en el mercado negro. Inyectamos un chip con GPS y alertamos a la policía de todo lo que iba a pasar, ese chip iba a permitir que lo atrapen cuando salieran de aquí. A estas alturas ya deberían atraparlo. Nos libramos de ese maldito Ashly.

-         ¿Y la sangre? - preguntó boquiabierta ante todo lo que le había confesado, confundida, sin saber si golpearme por no contarle toda la verdad sobre mi relación con García o abrazarme por haber salvado la vida de ambos.

-           ¿No has visto películas? Son pequeñas bolsas que se revientan con el sonido.

-            Gracias Bradd! - me besó delante de su padre y mi corazón se detuvo nuevamente un instante. Nada me hacía más feliz que verla con vida, que poder ver una vez más sus ojos celestes y su cabello rojo. Sin duda estaba enamorado.

Todos guardamos silencio y mi celular sonó.

-            Hola Bradd te habla el oficial Gutierrez.

-            ¡Hola, que pasó, dígame que lo cogieron, dígame que lo cogieron!

-            Lo siento Bradd, cuando llegamos hasta donde nos indicaba el GPS estaban las maletas vacías y el auto abandonado.
-            ¡Maldita sea!
-            No tenemos nada para poder arrestarlo, lo siento Bradd! Te mantendré informado de lo que podamos averiguar. Lo mejor es que se escondan al menos unos días.

Colgué y ambos notaron la preocupación en mi rostro.
-           ¿Qué pasó Bradd? - preguntaron los dos al unísono.
-            El maldito escapó, ni pudieron atraparlo, cuando llegaron las maletas estaban vacías y el auto estaba abandonado.

Nos quedamos en silencio y nuevamente mi celular sonó, un número desconocido.

-           ¿Quién habla? - dije con tono muy fuerte.
-           ¡Te juro que se van a morir los tres. Más te vale que se escondan muy bien, porque te juro que los voy a matar. Hijo de puta.!

Era García, lo sabía todo. Ya no había más oportunidades, todo llegaba a su final. Era él o nosotros. Ya no había más tregua, la guerra estaba por empezar.

Continuará...

Jhovany Sánchez