Capítulo XXIII

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Es de noche, me encuentro en una especie de bosque, corro lo más rápido que puedo, alguien me sigue, volteo atrás viendo al hombre encapuchado que corre siuguendome, acelero mi paso y escucho su risa. Su risa tétrica y escalofriante.
Grito lo más fuerte que permite mi garganta,tropiezo con una rama seca haciendo que caiga en la fría tierra, raspandome con una piedra.
De pronto escucho un fuerte ruido, desconocido para mis oídos y una luz blanca abarca toda la zona del bosque haciendo que me desconcierte y encandile. Atravez de la radiante luz sale una silueta de una mujer, peli negra de unos 40 años, viste con un largo vestido blanco que cae en cascada por su cuerpo. La miro extrañada, a medida que se acerca.

-¿hola? ¿Quien eres? - dije a la mujer, quien me miraba con una bella sonrisa.

-Mi niña, eres tal y como lo imaginé, tan bella como siempre - dijo con algo de nostalgia.
Mi mente trata de descifrar quien es pero, se me hace imposible.

-¿quien eres?

- Eso no importa, pequeña Leia, lo que importa es lo que te vengo a decir, las cosas se van a poner difíciles para ti, mi pequeña cazadora, solo sé tu y que nadie te cambie, que nadie apague ese lindo corazón alegre que tienes. No dejes que te utilicen--dijo preocupada, algo nostálgica..

Quise entender lo que me decía, me resultaba como un aviso.

-¿Soy una cazadora? ¿Porque?, como.... -

-Sé que tienes muchas preguntas, mi pequeña bebé, pero no las puedo responder yo, escapa de Leonard y vé a buscar a Edith, ella cuidará de ti y te hará saber todo-dijo sonriente pero con esa pizca de nostalgia...

-Pero... ¿Quien eres?y quien es Leonard, ¿y Edith?

Me dejaba muy confundida.

La luz se esfumó dejándome en aquel bosque tétrico.

Abrí los ojos poco a poco, demasiado agitada y asustada por aquel extraño sueño que había tenido, estoy muy segura que fue un aviso algo con respecto a la realidad, a mi realidad y ahora tengo que buscar respuestas a esto.
Eché un vistazo a la habitación en la que me encontraba, muy pequeña, demasiado sucia y de un color que solo se asemeja a mugre, a suciedad.
Me encontraba sola en aquel sitio sin embargo no dudaba que ese hombre no tardaría en llegar.

—Ayuda! - grité lo más fuerte que pude.
Sin embargo no sirvió de nada, solo resonaban mis ecos pidiendo ayuda en aquella fría habitación.

Me quedé sentada en un rincón, en una esquina y me dispuse a resar por mi vida, porque sé que estoy sola, así me siento, creo que fue un error haber venido aquí a este país, si he salido con vida a sido gracias a Andrew y yo no he tenido siquiera el valor de darle las gracias por todo, soy una cobarde. Me siento tan mal, lo necesito en estos momentos, siento que esta situación fue necesaria en mi vida para entender mejor mis sentimientos hacia..., hacia Andrew. Recuerdo hace casi 5 meses, que nos encontramos en el instituto, él siempre me buscaba, me molestaba de una manera linda y yo siempre ignorandolo, ahora me duele, me pregunto porqué me buscaba de esa forma, yo también le seguía el juego, discutíamos pero eso llegó a convertirse en algo indispensable para mí. Es un sentimiento tan raro, extraño, pero lindo, que cuando estoy cerca de él cambio, nos conocimos discutiendo, así nos acostumbramos a llevarnos, él sí conoce mi verdadera personalidad. Sin querer. Y dudo que pueda ser casualidad.

Además esos besos, trajeron problemas pero, a la vez en mí trajeron sentimientos. Tan difícil es decirlo... ¡Lo amo!, lo quiero, lo necesito. Lo espero...

De pronto veo la puerta abrirse de par en par, y de ahí aparecer un hombre de cabello negro, alto y bastante musculoso. Sentí su mirada en mí, sin embargo yo solo imaginaba una cosa:Andrew. Y me resignaba demasiado al parecer.
El hombre me tomó del brazo haciéndome daño, a lo que me quejé un poco. Me obligó a caminar, levanté la mirada solo para ver si podía descifrar en donde estaba, y llegué a la conclusión de que en un viejo edificio. Bajamos unas escaleras sin embargo atravez de las ventanas vi que aún estábamos en algún piso alto, suspiré cansada.
—Quédate aquí con tu novio-dijo de manera fría —Ya viene nuestro jefe, también el tuyo - dijo guiñando un ojo.

—¿Porque mi jefe? - espete de manera fría.

—Ya lo sabrás - dijo.

Cerró la puerta y se fue, así es. Me había encerrado en otra habitación.
A diferencia de la otra esta es más grande y menos fría.

Me senté en el frío suelo, ya que la habitación estaba aislada de cualquier tipo de mueblería.
Con todo el dolor de cabeza, náuseas, dolor de cuerpo, y aún así no me podía rendir. Por más soledad, aún no es tiempo de rendirme.

Dos lágrimas resbalaron por mis mejillas, seguido de un silencioso llanto....

El enojo, odio, repulsión hacia mí misma se hizo presente. Me ponía furiosa, el pensar que ahora mi propia vida estaba a mi poca Suerte. Pero no era eso, ya mi vida me dejó de importar, era el echo de Asley, el no haberla salvado era la razón de mi frustración. Que vine por ella, porque necesita ayuda y ahora las dos estamos en las mismas condiciones. Y por eso me llego a odiar. La extraño. ¡Diablos!
Quiero a Asley de vuelta, a Andrew, quiero mi vida devuelta... Me siento devastada...

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😧😥😔😭😭😭😭

Ay! Lloremos juntos... 💔😞😖😭

Que triste....

¿Como creen que valla a terminar esta historia? 💔

❣️💭Voten. Muchas gracias ❣️💭

La Ley De Atracción[ Temporalmente Pausada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora