13. "I do adore"

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Cada que México le sonreía de niño, el pequeño ruso no podía evitar sonrojarse y esconder su rostro con cualquier cosa pues era demasiado para su joven corazón, le hacia saltar de alegría y emoción, esa sonrisa que le dedicaba sólo a él era un gran impacto para sus emociones, tan sólo era un niño, pero juraba por su vida que esa era la más hermosa sonrisa que había visto jamás.



—¡Rusky! Te encontré chiquito, ¿Cómo porqué te escondes de mi?— Reclamaba entre risas el mexicano, quitando la ushanka del rostro del ruso que había intentando ocultarse tras un sillón pero había tropezado con los cordones de sus zapatos, había pasado una semana desde que se habían conocido, su rostro estaba rojo, y sus ojos de niño enamorado eran simplemente un encanto, cada cosa que el mexicano hacía le encantaban, lo hacían sentir que podía llegar más allá de la luna... Era mágico.

México se quedo totalmente enternecido y beso la frente del niño que a sus ojos era demasiado adorable, este al recibir esa muestra de afecto no hizo más que quedarse en shock un momento pues sentía que su corazón se saldría de su pecho, quería seguir recibiendo esa clase de afectó por parte del de mayor edad...

— Красивый...— Murmuró el pequeño, a lo que el mexicano no alcanzo a escuchar. Le revolvió el cabello y fue con los hermanos del ruso, este sólo se quedo observando, juraba que algún día ese hombre sería su esposa.

Porque él nunca sería capaz de enamorarse tanto de alguien como de México.

México era único.

Era uno entre millones.

Rusia no podía ni quería imaginarse estando con otra persona que no fuese él en su futuro.

Sólo México.

Su primer amor.

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Plena adolescencia, Rusia estaba en aquella caótica etapa de la vida, muchas cosas habían cambiado, pero había una en particular que seguía igual que siempre...

—¡Hola! ¿Cómo éstas hoy mi querido Rusky?— Saludaba un dulce mexicano desde el teléfono, Rusia sólo sonreía inconscientemente, a la vez que sentía la sangre subir a sus mejillas, estaba tan enamorado, le hacía caer al suelo sólo con esas palabras...

Es difícil ignorar el amor adolescente.

—Мексика... Estoy bien, ¿Y tú?—

—Todo chido ¿Y tu jefesito? Dile que voy a ir de visita, o mejor dile que venga por mi, me perdí en el aeropuerto otra vez, ya sabes que siempre ando valiendo verga.— Rusia soltó una risa nasal.

—Yo iré por ti, mi padre esta arreglando algunos asuntos con China.—

—Oh... ¡Pos ven mi Rusky!—



México y Rusia salieron del aeropuerto de Moscú juntos, el ruso notaba muy relajado al mexicano, por su parte estaba más que tenso y nervioso, estaban tan cerca, habían pasado meses desde la última vez que el mexicano estuvo de visita.

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