31. "Frijol"

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1950

Se arrojó contra la puerta, el rubio se encontraba en un intento desesperado por huir, tenía que salir de esa habitación, no quería estar allí, no más.

México se acercó a él, lo tomó con firmeza de la cintura y lo arrojó a la cama, la diferencia de alturas puede que hiciera creer a muchos que USA era obviamente quien dominaba físicamente en la relación pero que equivocados estaban.

—Dejame ir, por favor Frijol...— Susurro claramente intimidado, no es que no se defendiera, lo hacía pero... En ese instante sólo tenía miedo.

—Shhh, no digas nada güero, no quiero que me pinches digas nada.— El moreno por su lado estaba determinado, su expresión seria y molesta le provocaba pánico al Estadounidense, estaba rompiendo en lágrimas lentamente, pero eso a México poco le importo.

—N-no volví a acostarme con nadie...—

—Si, ajá, me quieres seguir viendo la puta cara de pendejo pero no, no vas a hacerlo otra vez wey, A MI, NO ME VUELVES, A ENGAÑAR.— Y seguido de eso, soltó un puñetazo al rostro de su pareja, después otro, y otro.

USA en un intento desesperado por detenerlo intento cubrirse, devolver los golpes, algo. Pero el mexicano retiraba sus brazos, doblaba sus muñecas y lo sometía.

—I'M NOT LYING!— Gritó con la boca ya repleta de sangre por los golpes, cada gota roja escurría por los moretones en su rostro, incluso uno de sus pupilentes azules se había roto, dejando ver su ojo negro real.

México no le creía, no podía, ya lo había engañado antes, siempre lo hacía, siempre lo usaba, una y otra vez, no importaban cuántos golpes le diera él seguía y seguía, no podía creerle. No podía. Fue por lo mismo que no dudo en darle media vuelta, romper sus prendas y... Darle una lección. Si tanto quería tener sexo, se lo iba a dar.

—MEXICO!! MEXICO! N-NO! Please, Stop... Stop...—

Él no se detuvo.

—Perdón güero...— Dijo con arrepentimiento el mexicano, había pasado toda la noche abusando de su pareja hasta que se había desmayado. En ese tiempo que había intentado dormir sólo... Lo había pensado y... No, eso estaba obviamente mal ¿Qué chingados estaban haciendo?

Cada engaño, cada golpe, cada manipulación, se estaban dañando tanto mutuamente y ninguno tenía justificación... El estadounidense manipulaba a México cada que conseguía una nueva pareja, no lo dejaba quedarse con nadie, pero al mismo tiempo lo engañaba para causarle celos, para que no lo dejara solo, para que le diera el amor que tanto necesitaba. Lo dejaba cuando estaba aburrido de su cariño, México intentaba rehacer su vida, y repetían. Siempre repetían.
México se dejaba llevar por él igualmente, sus caricias, su voz, escuchar cuanto lo necesitaba era algo que no podía resistir por más que tuviera a otra persona en su vida, celaba demasiado a su rubio, cada que sospechaba que lo había engañado o planeaba hacerlo sólo... Hacía eso... Lo... Violaba. Le hacía daño, lo golpeaba, lo encerraba, evitaba a toda costa que saliera de casa, USA lo maltrataba se forma psicológica pero México lo hacía de forma física, ninguno era inocente. Y no podían seguir así.

Pero por más mal que supieran que estaba, no iba a parar.

—Lo volviste a hacer Frijol... Siempre lo haces...— Susurró débilmente volteando a verlo, tenía el rostro lleno de heridas aún, sangre seca y varios moretones.

—Lo lamento... E-es, es que yo... No quiero que vuelvas a engañarme.—

—Lo voy a hacer. Sabes que no me importa cuántas veces hagas esto, quiero que me ames como antes y si tengo que acostarme con otros idiotas lo haré.—

—¿Y cómo vergas voy a hacer eso? Tú ya no eres el mismo güero que conocí tampoco.—

—Shut up. Yo no volveré a ser es-ese horrible gordo y asqueroso que conociste, ¿Porqué no lo olvidas? Este soy yo ahora, y quiero que me ames de esta forma, ¡¿Porqué no puedes hacerlo?! ¿Soy tan horrible? ¿Soy feo? ¿Qué está mal conmigo? ¿Es p-por esa noche? Aún recuerdas como el imbécil de mi... padre, como... UK... Él...— Cerró la boca, sus lágrimas negras comenzaron a salir una tras otra, su cuerpo temblaba, el aire comenzaba a faltar.

—Shhh, Ey, epa, no recuerdes eso, no, no...— El moreno abrazo a su pareja y dejo caricias en su espalda intentando calmarlo, odiaba verlo así, recordar cómo no había podido protegerlo, recordar su rostro. Recordar que eso había pasado más de una ocasión.

—Frijol... Te necesito.—

—No me voy a ir de aquí güero, nunca te voy a dejar solo... Nunca ¿Me escuchaste?—

—Yes...—

México sabía que su querido güero había sufrido, lo había acompañado en varias de aquellas ocasiones, tenía que cumplir su promesa, porque lo amaba y realmente le dolería volver a... Volver a dejar que le hicieran daño, era consciente de que el mismo lo había dañado, le hacía lo mismo que otros pero... No podía parar.

—I love You, frijol.—

—Y yo te amo a ti, mi güero.—


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