38. Prueba. (Especial de Halloween¿)

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¿Dónde estoy?

Recuperó la consciencia. Observó a su alrededor, todo estaba oscuro, sus ojos apenas lograban adaptarse a su entorno, no había un sitio como tal.

El aire era inexistente, sentía sus piernas aplastadas por algo duro y un tanto pesado, probablemente rocas. Entró en desesperación de inmediato, ya sabía dónde estaba y no le agradaba en lo absoluto.

Me... Enterraron...

El pánico se adueñó de su pequeño ser, Meztli tan solo era un niño pequeño de no más de cinco años en apariencia. Sus pequeñas manos morenas comenzaron a escarbar con total desesperación hacía arriba, debía salir de allí, tenía que salir.

Sentía sus uñas romperse cada que golpeaba las pequeñas piedras en el camino hacia arriba, la tierra húmeda caía sobre su rostro, el tan mísero aire que aún conservaba desde esa profundidad se acababa más y más rápido, si no salía de allí, moriría de nuevo.

Tengo que salir, debo salir, ¿Cómo voy a salir?

Sus lágrimas no tardaron en comenzar a escapar, estaba agotandose rápido su energía ¿Cómo un niño tan pequeño iba a lograr salir de ese agujero? Meztli no lo sabía.

Sus manos desgastadas comenzaban a sangrar por los dedos gracias a sus uñas rotas, no importaba cuando intentará llegar hacía arriba, no parecía haber un fin.

No logró soportarlo, sus manos cedieron y el aire se terminó. Su pobre corazón no soporto más, no podía gritar, nadie lo escucharía, sólo cerró sus ojos y se abrazo a si mismo esperando a que todo terminará una vez más.

Despertó. Tomando grandes bocanadas del poco aire presente.

Seguía allí abajo, nadie había ido por él, su cuerpo temblaba pero no había más remedio, de nueva cuenta comenzó a escarbar, fue más y más arriba, subió tanto como le era posible, hasta que finalmente una luz le dio esperanzas de vivir nuevamente.

El agua de las lluvias lastimosamente comenzó a hundir su pequeña fosa. Con mayor temor que antes siguió escarbando, intentando salir lo más rápido posible.

Alcanzó a apoyarse con sus brazos del suelo no tan suelto y húmedo, salió del agujero y se dejó caer a la tierra empapada.

Lo hice...

Sus lágrimas volvieron, había sido la peor experiencia de su vida ¿Cuántas veces habia muerto allí? No tenía la cuenta exacta...

Azteca, su madre, realmente lo odiaba tanto. Ella y su padre, Mexica, se odiaban entre si, pero todo ese rencor de tener que verse obligados a estar juntos por haber sido sorprendidos teniendo relaciones antes de que los mexicas abandonaran el pueblo de Aztlán lo descargaban en Meztli, lo odiaban a pesar de no ser su hijo de sangre. Era su responsabilidad, y no encontraban forma alguna de deshacerse de él.

Debían deshacerse de él.

Él significaba un cambio, y un cambio significaba el fin de ambos.

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Continuamos el especial del Spooky month, ah.

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Gracias por leer.

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