Algunos cortos sobre lo que serían momentos y conversaciones que tuvieron México y Rusia a lo largo de sus vidas, cosas que no pude mencionar en el one-shot ¿A qué te sabe el café? espero que lo disfruten uwu
(El dibujo de la portada pertenece a Tzi...
Una chica muy adorable el día 23 de Agosto, mientras estaba en casa de mis padres sentada en una silla de ruedas pensando en qué escribirles para que no se cansaran de esperar el fanfic que es con lo que más tardo, me envió un mensaje en privado preguntando cómo podía enviarme un dibujo de mi historia "¿A qué te sabe el café?" a lo cual yo muy enternecida le dije que podía enviarmelo por alguna red social, le di mi número y bueno...
Grite como una fangirl noticeada por su artista preferido, mi mamá me quedo viendo y le mostré el dibujo totalmente emocionada.
El dibujo es MUY adorable para mi, en serio, tenía que mostrarlo y lo hago hasta ahora que ya estoy en casa, con WiFi y pues, para salir de la rutina, ah.
Jin_tmnt muchas gracias por tu dibujo, en verdad me encanta y lo aprecio muchísimo, es muy adorable ❤ y gracias por brindarme el permiso de publicarlo uwu.
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—Мексика.— Llamó el pequeño niño ruso, jalando la camisa del mencionado, este estaba en la cocina preparando algo de comida para los pequeños soviéticos, volteó a ver al niño ruso y le mostró una sonrisa.
—¿Qué paso mi Rusky?— Preguntó mientras sacaba la comida de aquella estufa rusa y le ponía la tapa, limpió sus manos y rostro para posteriormente ponerse en cuclillas a la altura del niño.
—Hice esto... Para ti...— El pequeño le mostró a su amado mexicano un dibujo que había hecho con mucho esmero, a lo cuál este lo tomó entre sus manos y sintió sus ojos cristalinos, era la primera vez que le daban algo como eso, era tan... Tierno.
—Ay mi niño... Muchas gracias mi Rusky, me encanta.— Rusia sonrió con suavidad y recibió un beso en la frente, algo que causo un gran calor en su rostro, el mexicano le acarició las mejillas y puso un dulce en su boca, posteriormente el pequeño ruso reaccionó y salió corriendo hasta su habitación con vergüenza, estaba tan rojo y sentía su corazón palpitar con fuerza, terminó de comer su dulce y tapó su rostro con una almohada.
Su amor por México era demasiado, y su joven corazón a veces no lo soportaba y lo incitaba a huir, no podía evitarlo, estaba muy enamorado, él... Le provocaba muchas cosas, y era tan sólo un niño.
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—¡Rusky! Te traje panecito y un chocolatito caliente, esta bien bueno.— El mexicano abrió la puerta del cuarto del ruso y dejo la charola con pan y chocolate a un lado, para después acercarse al ruso y llenar de besos su carita, dejando a este un tanto rojo por la emoción.
—Te quiero mucho mi Rusky, no le digas a tus hermanos, pero eres mi favorito, eres muy calmadito y me caes chido.— El pequeño mencionado lo vio a los ojos con ilusión y lo abrazo, a lo cual el mexicano correspondió riendo.
—Ya pues chiquito, come eso mientras cocino, si quieres algo estaré allá.— Se despidió y el niño ruso lo vio irse, suspiro resignado, él nunca sería digno de estar con su amado mexicano.
¿Cómo podría serlo? Tan solo era un pequeño niño enamorado.
Su padre probablemente también quería al mexicano, y era seguro que lo tendría si quisiera, era grande y muy fuerte, Rusia lo admiraba muchísimo.
Él... No tenía oportunidad.
No se cansaría de intentarlo.
Pero sabía que no era digno, y jamás lo sería.
El mexicano era demasiado para alguien tan pequeñito como él.
Nunca lograrían estar juntos...
¿Quién querría estar con alguien tan pequeño y débil?
