Capitulo 5: Escapando del internado.

54 13 0
                                    

Ya es de mañana así que Emily y yo nos levantamos con gran pereza para ir a clases. El día transcurre con normalidad, hoy tuve clase de literatura lo que hace que para mi sea un buen dia. En el almuerzo Emily me preguntó que haría respecto a salir juntas del internado, yo no le pude contestar pues no sabía en realidad si Caleb me ayudaría o no, más bien ni siquiera sabía si lo vería al salir del internado como él me lo había dicho. Noté cierta tristeza en sus ojos lo que me hizo sentir como la peor amiga del mundo. Después de regresar nuevamente a clases traté de hacerla reír con mis clásicas y encantadoras bromas, logré sacarle muchas risas pero sin duda lo mejor del dia fue cuando estábamos en clase de matemáticas, los ejercicios estaban difíciles, tanto que ni siquiera Emily había entendido. Nos pusimos a tratar de resolverlos pero nada, ni una idea de como hacerlo. Le pedimos ayuda a una de nuestras compañeras llamada Victoria pero en realidad sólo copiamos lo que llevaba avanzado, lo cual no nos enorgullecía pero de alguna manera teníamos que evitar más castigos. Después nosotras tratamos de conseguir el resultado final. Mi mejor amiga estaba sentada detrás mío en su butaca y no me di cuenta cuando llegó otra de nuestras compañeras al lado de nosotras para consultar con Victoria.

Sin duda todas estábamos vueltas locas con estos exámenes pues aunque este era el último que presentaría en esta burla de institución quizá me servirían para el futuro...quizá era demasiado ilusa pero me gustaría cambiar completamente mi estilo de vida, ya que el mundo suele pensar que el lugar del que provienes influye totalmente en la persona que te convertirás cuando se es adulto.

Sin embargo yo pienso diferente, no juzgo a las personas por el lugar del que provienen sino por lo que aportan, lo que tienen que enseñarle al mundo y el legado que pueden dejar a su paso.

Así que trato de despejar mi mente y enfocarme un poco más en el examen que tenía enfrente pues no quería que la profesora me regañara o peor aún levantara un reporte con la directora y esta me castigara; pero tal parece que ella no era tan bruja como la directora Beatríz pero de igual forma era estricta.

Terminaron las clases del día, me había divertido mucho con mi amiga y estaba realmente contenta a pesar de que tengo que empacar para irme del internado esta noche. A diferencia de lo que muchos creían a mi no me preocupaba en lo absoluto tener que irme y vivir por mi cuenta afuera del internado, si no al contrario, salir de este maldito lugar haría que me  sintiera libre, conocería como es realmente el mundo y viviría mi vida con más normalidad, o al menos eso es lo que yo tengo en mente.

Revisé la hora en el reloj de nuestro dormitorio, aún tenía tres horas antes de marcharme, así que tenía tiempo para empacar las pocas cosas que tenía y pensar junto con Emily lo que haríamos para que ella pudiera escapar. Le conté sobre Caleb y sobre lo que había ocurrido en el patío la mañana anterior, ella se sorprendió mucho y al igual que yo se preguntaba como el amuleto me ayudaría a aclarar mis dudas que cada día aumentaban. Ella sabía que era algo raro.

Entre charla y charla me quedé pensativa, puesto que me alejaría en pocas horas de lo único que he conocido a lo largo de mi vida, estaba nostálgica. De la nada pensamientos me invadieron, pensamientos que hacían que me preguntara ¿Quien pudo haberme dejado en este internado hace 18 años? Una lágrima salió de mis ojos y rodó por mi mejilla hasta tocar el amuleto que llevaba colgado en el cuello. De pronto algo empezó a suceder...¡O por Dios! El amuleto estaba brillando, el intenso color escarlata iluminó todo el dormitorio. Emily abrió los ojos como platos, el brillo cada vez aumentaba más y más. Me quedé viendo a la nada y de pronto fui consiente por un momento y me sentí envuelta en un trance que me hacia sentir una especie de paz en mi interior, repentinamente unas imágenes vinieron a mi mente, como un recuerdo, pude ver a una mujer en las puertas del internado dejando una cesta. La mujer era hermosa, era rubia. De pronto empezó a hablar, su voz se me hacía reconfortante, tenía una voz muy linda llena de calidez y dulzura.

ALIAD Y EL IMPERIO DE OGRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora