Capítulo 2: Recuerdos olvidados.

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Cuando salgo de la oficina de la bruja me dirijo a mi dormitorio ya que pronto estará oscuro y siendo sincera me da miedo andar sola por los pasillos, así que apresuro un poco el paso para poder llegar cuanto antes, cuando me doy cuenta ya estoy corriendo o al menos así era hasta que escuché un ruido proveniente de una esquina del pasillo en completa penumbra. Me detuve en seco, quería escapar pero la curiosidad se apoderó de mi así que comencé a dirigirme al lugar oscuro, con pasos cortos pero firmes, fui avanzando cuando de repente unos destellos de luz azúl iluminaron aquel rincón y fue entonces que vi a un chico con aspecto inusual y muy serio, no alcancé a verlo lo suficiente como para describirlo por completo por que el destello fué muy rápido.

Comienzo a caminar acercándome más pues lo que vi, lejos de provocarme miedo, despertó aún más mi curiosidad ya que nunca había visto a un chico de mi edad en este lugar. Lo raro está en que cuando estube lo suficientemente cerca ya no había nadie. Después pensé que tal vez fué mi imaginación o al menos eso quise creer. Me fuí a mi dormitorio desconcertada, abrí la puerta y encontré a Emily recostada en su cama, apenas me vió empezó el interrogatorio.

- Y bien, ¿Para qué te quería la señorita Beatriz?

- Su llamado fue por que quería que le firmara unos papeles antes de irme del internado -mis palabras salen cautelosas, sé que a Emily no toma de la mejor manera este tema.

- No puedo creer que te irás antes que yo -dice con tono triste- te extrañaré mucho ¿Lo sabes?

- Si, lo sé, pero ánimo que saldrás en unos meses tu también -trato de animarla un poco.

- Si pero no quiero quedarme sola, sabes que eres mi única compañía en este lugar. No resistiré mucho sin ti y le tengo tanto miedo a la directora.

Mis ojos se entristecen por sus palabras, en verdad no quiero dejarla sola en este lugar a merced de la cruel directora que a lo largo de nuestra estadía aquí sólo nos ha dado castigos sin razón y malos tratos.

Ella a diferencia de mi, si tiene familiares pero a ninguno de ellos les preocupó en lo más minimo su custodia ni nada que estuviera relacionado con ella después de que sus padres murieran, es por eso que a los seis años entró al internado, desde el momento en que la vi supe que necesitaba una amiga y me acerqué a ella, aunque pensándolo mejor yo la necesitaba más, pues desde ese entonces ella estuvo para mi siempre, ayudándome en tareas y en los malos castigos que me daban. No podía dejarla sola, tenía que pensar en una manera para lograr salir juntas de este lugar infernal.

- No estés triste Emily, tu y yo lograremos salir juntas de aquí, ya veras que si - limpio sus lágrimas y le doy un beso en la frente.

- ¿Pero cómo? Sabes bien que no hay escapatoria desde la última ves...¿Qué es lo que harás, Aliad? -dice limpiando sus mejillas.

- No lo sé aún, pero ya se me ocurrirá algo, no te preocupes amiga salimos por que salimos, como que me llamo, Aliad Salvaterre -estoy muy decidida.

- Esta bien, se que nunca me haz fallado y ambas encontraremos la solución.

- ¿Juntas hasta la tumba? -digo alzando el meñique.

- Juntas hasta la tumba -confirma, Emily con firmeza e ilusión en sus ojos.

Nos abrazamos para darnos apoyo, ambas sabíamos que no podíamos separarnos, eramos como hermanas y no podíamos permitirlo. Luego de eso ambas nos fuimos cada una a su cama, pude notar que Emily se durmió rápido, yo en cambio me encontraba dando vueltas en mi cama, pensando en lo que había visto en el pasillo, no sabía exactamente si había sido verdadero o sólo un producto de mi gran imaginación.

ALIAD Y EL IMPERIO DE OGRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora