Suho siguió a Lay vacilante hasta la cocina que era bastante pequeña. El departamento en sí era pequeño. Había una sola mesa para desayunar, comer y cenar. En el mismo sitio, estaba la sala con un sillón algo grande color café con una televisión al frente suyo. Después de esa habitación, estaba la cocina donde había un almacén de comida pequeño, una estufa, un horno, un lavamanos y cosas básicas de las cocinas. En esta misma, había una puerta que daba a un secador de ropa y la lavandería.
Al lado de esa habitación, estaba un cuarto de baño con una bañera. Después, le seguía una puerta cerrada color blanca. Al final, estaba un cuarto con una cama, un armario y más cosas que no se veían tan claramente. Pero en la puerta principal por donde se entraba y salía, estaba la foto de una familia. Había una mujer delgada con una tierna sonrisa, cabello corto color negro sostenido por un broche de mariposa muy bello. Al lado de la mujer estaba un hombre más alto con hoyuelos y el cabello algo despeinado. Ambos usaban ropas de pobres y sin calidad.
Pero en medio de ellos, estaba un niño muy tierno con el cabello oscuro y hoyuelos en sus gordos cachetes. Era Lay de pequeñito. La foto no parecía tener mucha calidad, incluyendo el marco.
—¿Qué estas observando? —preguntó Lay con el ceño fruncido. Suho lo observó por unos instantes notando que traía el mismo broche que la mujer de la foto pero en sus prendas como un decoro.
—Ese broche de mariposa... te lo dio tu madre, ¿no es así? —le preguntó tomando de la limonada que le ofreció. Lay pareció tensarse y eso respondió la pregunta de Suho quien sonrió—. Entonces estoy en lo correcto —Lay permaneció en silencio para después voltearse al refrigerador haciendo como que movía algunas cosas—. Un tema muy privado, ¿no es así?
—Olvidaba que eras un niño listo, Junmyeon —respondió Yixing cerrando el refri y recargándose en éste para observarlo con seriedad—. Sí, era de mi madre y hasta ahí necesitas saber, ¿sí? No quiero tener que matarte por enterarte de más co-
—Eran pobres... —musitó Suho lo suficientemente alto para ser escuchado por Yixing quien cerró la boca y quitó su vista de él. Se cruzó de brazos y suspiró—. No pensé que tú fueras Yixing —esas palabras parecieron helar al contrario que volvió su vista con los ojos bien abiertos—. Yo siempre fui fanático de los programas chinos, Yixing. Amaba el programa en donde tú salías. Lo veía antes de irme a dormir. Yo votaba porque tú ganases pero un día el programa canceló.
—Así que conociste ese programa, por lo que puedo apreciar —rió un poco y volvió a ver a Suho con una mirada algo melancólica—. Dejaron de haber los suficientes fondos para seguir con el programa, ese programa era el soporte de muchos de los chicos... incluyéndome. Pero así es la vida, es dura y fría con los no-privilegiados, pero no con los que son como tú. Sé que tus padres eran ricos y que tú también lo eres. Es muy difícil conseguir una pistola como estás —dijo sacando la pistola que le robó a su Suho el día de la apuesta—. Agradéceme de que he entretenido tu estresada vida, en vez de estar entrometido con mis amigos.
—¿Amigos? ¿Quiénes?
—Yifan es mi amigo.
—Oooooouuuuuhh —bebió toda la limonada de un tragó y se limpió la boca con su muñeca pues no tenía servilleta—, eso quiere decir que Yifan sabe que queremos descubrirlo con la policía, ¿no es así? —Yixing asintió con una mirada entre aburrida y perdida—. Mierda...
—Déjame adivino a base de tu expresión; ya enviaste a alguien a su mansión —Junmyeon asintió recargándose en una de sus manos. Yixing rió con algo de gracia mientras se acercaba a la mesa con el coreano—. ¿En serio pensaste que Yifan es tan tonto? Ustedes dos son niños ricos y son muy obsitanos. Así como son deductivos —se sentó en frente del coreano para tomar su vaso ya vacío y empezar a jugar un poco con él—. Aunque tal me parece que tú lo eres menos.
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La apuesta. |CORRIGIENDO|
FanfictionAmbos son mafiosos. Han asesinado. Han robado. Han amenazado. Han hecho muchas cosas pero aún así, los mafiosos también sienten como el resto de los humanos. Ellos se enamoran del otro aunque saben que no les llevará a nada bueno. Al final, ellos sa...