La apuesta. |CORRIGIENDO|

Cap 5: Pláticas mañaneras.

Junmyeon fue abriendo los ojos con lentitud adaptándose al brillo en la habitación. Había un agradable aroma entrante que le anunciaba que el desayuno ya estaba listo. Al abrir finalmente sus ojos, notó que ahora estaba en un cuarto. Razonó que estaba en el cuarto de Yixing debajo de las sábanas de éste y completamente desnudo. Tales pensamientos produjeron que se levantara de inmediato sintiendo como su espalda baja empezaba a doler por el brusco movimiento.

Soltó un pequeño jadeo y tocó su espalda baja. Miró bien el cuarto para aprenderse cada detalle, capaz que podría utilizar algo en contra de Yixing. Observó varias fotos de su familia y vio una foto de Yixing y un chico con un rostro realmente hermoso. Estaban con unos helados mirando sonrientes a la cámara. Claro, si observas bien la imagen, podrás ver que no es una imagen normal. Yixing observa fijamente a la cámara y sostiene una pistola apenas visible con su otra mano. El otro chico sostiene un cuchillo con discreción. Parece ser la foto de unos amigos mafiosos.

Además de que ahí está la reliquia que le vio a Yixing portando el día de ayer. Primeramente, no sabía qué demonios hacía en la cama de Yixing si recordaba perfectamente que se quedó dormido en el sillón. Segundo, todavía estaba desnudo y ayer no había sacado las maletas de su carro. Agarró una de las cobijas en la cómoda cama y se cubrió el cuerpo con ella. Salió de la cama vacilando un poco al inicio por el dolor de cadera pero después caminó a la perfección. Rodeó la cama y se encontró con su maleta que tenía una notita encima de ella.

"No mames, olvidabas tu maleta en tu coche. Hubiera sido profundamente entretenido verte andar desnudo por mi casa, pero sé que te robarías mis ropas. Disfruta tu ropa mientras aún la traigas puesta.

P.D. No hay pistolas en tu mochila, por si las buscas ;)"

Junmyeon rodó los ojos y abrió su maleta encontrándose con sus ropas y algunos accesorios de higiene personal. Se sintió apenado del simple pensamiento de que Yixing pudo haber revisado su maleta y hubiera visto sus accesorios y pertenencias. Agarró su toalla y sus accesorios de higiene para meterse en el baño del cuarto y empezar a bañarse. Al salir de ahí ya vestido se encontró con Yixing vistiendo unos jeans, zapatos negros y una playera blanca de manga corta.

Yixing tendía la cama mientras tarareaba una canción. Hasta ahora Junmyeon notaba que traía un piercing plateado alargado con unas letras chinas escritas con tinta negra—¿Dormiste bien? Te mueves mucho cuando duermes —dijo Yixing volteándolo a ver—. Ah, pero que buen estilo de ropa tienes.

—No tienes que fingir cortesía, ¿qué demonios hacía yo en tu cama si dormí en la sala? O al menos, se supone que dormí en la jodida sala —dijo aún algo desconcertado y esperando una respuesta clara. Además, espera que para la próxima vez no despertara en la cama de ese chino.

—Ay, pero que mal genio tienes, ¿así lo tienes en todas las mañanas? No me imagino lo que sufrirá tu próxima pareja o amante —comentó Yixing ignorando totalmente la pregunta haciendo enfadar a Junmyeon quien suspiró para relajarse.

—Eso no responde mi pregunta, Zhang, ¿podrías no evadirla? —Yixing lo miró fijamente y sonrió de una manera burlona, Junmyeon torció la boca y dijo—. Nunca amanezco de mal humor, pero tú eres la excepción.

—Awwww, soy especial —colocó su mano en su mejilla viéndose ligeramente tierno. Junmyeon maldijo en sus pensamientos a ese hombre tan desesperante y extraño—. Soy único en mi especie porque soy el único que te ha jodido por el trasero, Kim. ¿Si nos estamos hablando por los apellidos o me equivoco?

—Tal me parece que no responderás a mi pregunta —musitó con irritación—. Muy bien, entonces lo tendré que investigar yo solo.

—¿Se supone que debo tener miedo del señor detective? —cuestión caminando fuera de la habitación—. Ven, la comida podría enfriarse y no creo que el microondas esté funcionando bien —Junmyeon suspiró y decidió seguirlo. Este hombre era misterioso y sigiloso, no decía nada de él, no soltaba indirectas. No, nada. Parecía que, antes de iniciar el día, planea muy bien lo que va a decir antes de hacerlo. Todo cuadra perfectamente bien, no hay error alguno—. Siéntate donde quieras menos en el sillón, no lo quiero más sucio. Aparte de que no creo que te guste comer en un lugar en el que huele a sexo.