Finalmente ya podía salir del hospital y pasearse por las calles y las playas de Qingdao. Y siempre tenía a su linda acompañante que se sonrojaba cada que la volteaba a ver. En esos instantes ellos comían unos deliciosos helados que Aishix sugirió agregando sobretodo que eran los-mejore-helados-del-universo. Y sí que eran deliciosos—¿Qué haz logrado recordar de ti? —preguntó Aishix mirándolo y observando sus ojos, sus mejillas, su piel pálida, su cabello oscuro.
—Pues... ¿ves que nuestro país es comunista? El asunto es que una parte se quería manejar como capitalista de una manera ilegal, a mi familia y a mí nos tocó la peor parte del capitalismo —comentó recordando que su madre, una mujer que no recordaba exactamente bien, se lo decía y le procuraba recordar que él debía salir de ahí en cuanto creciera.
—Oh, que feo... —comentó tratando de imaginarse lo feo que era—. Pero ¿recuerdas el lugar con exactitud? —negó mirando su helado y volviéndolo a lamer—. ¿Algún recuerdo más? —Yishu se detuvo y separó el helado de él. El recuerdo era persistente, aquel en donde aparecía un chico. Era fuerte e insistente. No era claro y abierto a darse a conocer, pero no se iba por más que el tiempo pasase. También recordaba un broche. No entendía por qué un broche era tan importante. Era sólo un broche.
—Puedo recordar más o menos a un chico. Cabello negro y ojos negros. No sé bien sobre su cara pero si recuerdo algo de él, puede ser que tenga algo que ver con quién era yo. Y un broche... —se recargó en su mano—, no sé por qué un broche sería importante —expresa volviendo a lamer de su helado. Aishix suspiró mirándolo y preguntándose quién era este chico. Lo encontraron con otro tipo más que estaba muerto (o más bien que asesinaron) y también un arma. Lo vieron descender de un avión. Era un misterio. El agua disolvió las huellas dactilares así que es más complicado aún de saber quién sostenía el arma. Si había alguien más en el avión. Si este chico es peligroso. Si este chico podría tener algo que ver con personas peligrosas. Pero lo dudaba. Su rostro era muy angelical para pensar en eso. Su personalidad era muy apacible y adorable para ser peligroso.
Sólo que nada explicaba la pistola y el hombre muerto—Cuando te vimos caer, fuimos directamente a ti. Tú caíste despierto pero te desmayaste con el choque entre tú, el agua y algunas piedras que hay de barrera dividiendo a dos playas. Otro hombre venía contigo. Él tenía un disparo en la cabeza. Y había un arma al lado tuyo. La agarramos también pero el agua disolvió las huellas o al menos privó de verlas, ¿puedes recordar algo? —Yishu seguía recargado comiendo de su helado hasta que finalmente algo le llegó a la mente. Un disparo en su abdomen. El hombre que vino con él (se lo enseñaron en una foto) sostenía una pistola en su dirección. Le decía palabras de odio poco entendibles.
—Ese hombre... el que vino conmigo... él... —cerró los ojos buscando no perder el recuerdo claro del arma apuntándolo—... él me disparo, puedo recordarlo. Él fue quien me disparó en el abdomen y creo que también me amenazó... —abrió los ojos por segundos y los volvió a cerrar buscando la continuación de su recuerdo—... pero el resto es puro negro. No sé más.
Aishix ahora estaba preocupada de quién era Yishu en un pasado. ¿Por qué alguien le dispararía? ¿Por qué alguien le atacaría? ¿Qué habrá hecho él para terminar en donde estaba? ¿Y si él se metió con gente equivocada en un país extranjero y lo llevaron a matar sin dejar evidencias? Podría ser la respuesta más viable, en realidad. Claro, si se quería hacer creer a sí misma que él no era un criminal y que él fue quien posiblemente mató al otro tipo en un acto de desesperación o venganza.
Ya habían terminado sus helados y ahora caminaban tranquilamente por la playa observando a chicos surfear y parejas nadando, dándose besos y siendo tirados por las olas. Aishix observaba con atención y aprecio al chico que conoció hace un mes y tres semanas. Un mes de haber hablado con él y conocer su 'yo' de ahora. Era un misterio su verdadero 'yo' y quería ayudarle a recordar. Tal vez podría ser que es un ángel que vino a enamorarla y casarse con ella para darle nietos a sus padres.
ESTÁS LEYENDO
La apuesta. |CORRIGIENDO|
FanfictionAmbos son mafiosos. Han asesinado. Han robado. Han amenazado. Han hecho muchas cosas pero aún así, los mafiosos también sienten como el resto de los humanos. Ellos se enamoran del otro aunque saben que no les llevará a nada bueno. Al final, ellos sa...