Capítulo 15: Mi rostro

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No puedo dejar de sentir esa sensación tan extraña que me revolvió hasta los intestinos.

-¿Crees que te pueda venir a ver esta noche para ver como sigues?

-Si, claro tu puedes venir cuando quieras -aunque no pude volver a recordar nada me siento mas seguro con lo que tengo que hacer.

-Gracias ¿te parece si mañana vamos al café donde solíamos ir antes?

Quizá sea una oportunidad para recordar más.

-Si claro, me encantaría.

-¿Qué te pasa? Has estado distraído todo el día.

-Lo lamento pero no puedo dejar de pensar, son tantas las cosas que tengo que hacer. Tengo pláticas pendientes con la almohada que resultan algo...perturbantes para mí.

-Entiendo, nos vemos -se para de puntillas, me da un beso en la mejilla y se va.

Sentí sus labios húmedos posarse en mi mejilla derecha y una especie de sensación de cosquilleo se extendió por toda la parte derecha de mi cuerpo haciendo que se me erize la piel y sienta que me sonrojo. No puedo moverme, ni siquiera decir palabra, quiero caminar pero ni siquiera mi pierna derecha me responde y finalmente recurro a la izquierda quien renuente me responde.

-¿Estas bien hijo? -la voz de mi padre me saca de mis pensamientos.

-Creo que me ha dado embolia.

-¿Que?

-No siento mi rostro.

Sin previo aviso la mano de mi padre se estrecha en mi mejilla.

Calmate! -mi mejilla arde en donde ha aterrizado la mano de Will.

-Ya -digo mas tranquilo -creo que lo necesitaba.

-Pero claro que lo necesitabas, mi mano es santa.

-Ahora te duermes, que mañana es tu boda.

-No podré.

-¡Ya me cansé! -va al baño y regresa -toma -me tiende una pastilla para dormir.

-No la tomaré.

-Si no la tomas haré que venga Mackensey y te la dé en la boca o te noqueé de un golpe.

Tomo la pastilla, y me la meto a la boca, se lo duros que pueden ser los golpes de Mackensey.

Tocan la puerta y la voz de mi querida Emma pide pasar.

-Entra.

-¿Me dejas con ella a solas?

-Claro -Will sale.

-¿No puedes dormir?

-No, pero Will me dió una pastilla para eso así que si me duermo y no te das cuenta no es por no querer escucharte es porque he sido drogado.

-Bien.

-¿Mañana no me dejarás en la pasarela plantado?

-Sería lo último que yo haga ¿tu me estarás esperando?

-Siempre ¿me das un beso?

-Los que  quieras.

Se acerca a mi y cuando puedo sentir sus labios cerca de los míos en donde nuestros alientos se mezclan regreso nuevamente a la realidad con las ganas incesantes de ese beso.

-Mierda

-¿Que pasa? -mi papá me mira preocupado.

-Nada, ya siento mi cara.








-¿Quien es? -el sonido de la puerta me saca de mis pensamientos y mis intentos fallidos de tratar de recordar.

-Soy yo, Carol.

-¡Carol! -digo saltando de mi cama, quizá si recuerdo algo de ella y me da la certeza de que lo que yo siento no está bien podré vivir en paz.

Vuelve a enamorarme chica nerd #IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora