Epílogo:

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-Aún no lo supero -Mackensey de queja.

-Ya pasó un mes, se supone que deberías dejarlo atrás -le dice Will.

-¡Pero porqué tenía que ser antes! ¡no es justo!

-Así es la vida -trato de ayudar a calmarla pero lo único que consigo es una mirada fulminante.

-¿Y cómo vas? Te acaban de dar al bebé hace cuatro días y parece que no has dormido -Mackensey Will y yo tomábamos un café en el jardín.

-Ha sido un trabajo complicado ya que no puedo contar con la ayuda de Emma.

-Si, pero no puedo creer que tu cría halla nacido tres minutos antes que la mía.

-He ahí los misterios de la vida, mi hijo es tres minutos mayor.

El berrinche de dos pequeños niños nos hacen volver adentro de la casa.

-Yo creo que exageraste con su nombre, el no podrá escribirlo hasta los diez años.

-Mackensey, mi hijo cuenta con mi intelecto y el de Emma en un solo cerebro.

-Eso no es cierto.

-El será más que brillante ella y yo juntos, de eso estoy seguro, llegará a donde ni siquiera puedo imaginar, no por nada es Bruce Maxíliam Andersson Green y yo sé que Francesca estará ahí junto a él.

-¿Qué? Tu dices que tu hijo hará grandes logros y mi hija estará solo viéndolo?

-No, lo que digo es que ambos irán juntos, no es necesario que les impongamos una pelea de quien nació primero cuando pueden estar juntos como Emma y tú y Will y yo.

Dentro de la habitación de los pequeños, se encuentran llorando en la misma cuna pero separados por una barrera de almohadones. Will toma a la niña y yo a mi pequeño, pero eso no logra calmarlos y después de veinte minutos comienzo a preocuparme, solo lloraban. Maxíliam aún no podía salir afuera de la casa, después de varias semanas dentro de la incubadora apenas si han logrado que su salud mejore, será un niño propenso a enfermedades y quizás herede alguna disfunción cardiaca pero yo se que eso jamás será un impedimento para que el logre llegar lejos.

-¡Ay no! Yo no aguanto más, dice Will y la deja nuevamente en la cuna. Ésta niña ha dado muchos dolores de cabeza.

-¿Y porqué no llamas a Mackensey para que la calme? -le pregunto, ya que ella se fue a los cinco minutos que ella no se callaba.

-Tenemos un horario estricto, y éste es mi turno. Solo compartimos turno en la noche. Además llevó a Tom por un helado.

-Creo que lo dejaré en al cuna -le digo, tenía los brazo adormecidos, no estaba acostumbrado.

-¿Y si dejamos que estén juntos y se desgreñen?

-Ni cabello largo tienen. Además se pueden lastimar.

-Si, pero ya lo hemos intentado todo, incluso que vean la televisión, pero nada funciona.

-Pero si no funciona no lo mencionaremos.

-Hecho -les quito los almohadones que los separan y una vez que se miran fijamente su llanto cesa, solo de miran, y mi pequeño comienza a reír mientras que Francesa trata de tocarlo.

Will saca su móvil y comienza a tomar fotografías.

-¿Que se supone haces?

-Tomo fotografías, cuando sean grandes se las vamos a enseñar.

La pequeña estira su manita hacia mi pequeño y la toma, sus ojos me buscan y lo único que hacen es mirarme fijamente y sonreír.

-Tiene los ojos de mi Emmy.

Vuelve a enamorarme chica nerd #IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora