XIII. Infante

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Alegría

La alegría (del latín alicer o alecris) es uno de los sentimiento grato y vivo que suele manifestarse con signos exteriores, palabras, gestos o actos con que se expresa el júbilo.

Pov's Helena.-

Después de despedirme de Dita me dirijí al coliseo de los aspirantes, había amarrado mi cabello en una coleta alta, me vestí con las ropas que solía usar con Dokho y me puse mi mascara de Amazona. Comencé a entrenar  sola, haciendo calentamientos y después algunas rutinas para fortalecer brazos y piernas ya que Kanon siempre se burlaba de mi falta de músculos.

-Eres débil. Deberías irte del Santuario.

-¡Te demostraré que no es cierto! Yo voy a convertirme en amazona.

Me acerqué a un pequeño grupo de adolecentes; tres  niñas de trece o catorce años y dos niños de la misma edad. En el suelo estaba un chiquilla aparentemente de unos cinco o  seis años, se veía sucia; su cabello rubio enredado, sus rodillas raspadas y varios moretes en sus brazos agregando su labio partido. Ella se puso de pie y lanzo un golpe hacia la pelinegra del grupo y ella agilmente lo esquivó tomando a la pequeña por el brazo estrellandola en el suelo. Las risas y burlas comenzaron junto con leve sollozo lastimero de la menor, mi corazón se lleno de ira y corri hacia el pequeño grupo. Empuje a la morena con fuerza y levante a la pequeña revisando que no estuviera herida de gravedad.

-¿Cómo te atreves?.-Gruñó una de las pubertas.

-Debería darles verguenza. Estas no son maneras de comportarse.

-Ella no es digna de estar en Santuario, debería regresar al Rodorio.

-Ustedes tampoco son dignas. No voy a permitir que abusen más.-Colocoqué a la pequeña detrás de mi.- Si quieres pelear lo harás con un igual.

Ella lanzó una patada directa a mi estomago la cual detuve responiendo con un puñetazo, concentré mi cosmo en mi puño para finalizar la pelea mandando a volar a la chica. Los otros miraban impresionados, no me remordia la conciencia ponerme con un niña de quince años, a fin y al cabo ella había hecho lo mismo.

-No te voy a perdonar que hayas lastimado a mi alumna.

Una mujer, tal vez de mi edad, salió de entre las rocas; su cabello verde y sus armadura color morada me hizo darme cuenta que era un caballero de Plata. No tenía mucho contacto con los caballeros de las demás ordenes solamente con las cabecillas doradas.

-¿Estas son las formas enseñarles esto a tus alumnos?

-Tu no me debes decir que enseñarles.-Levanto su mano y una aura purpura la rodeó de igual forma yo alcé mi cosmos para intimidarla, así comenzamos una pelea bastante reñida.

-Garra del trueno.

-Muro de cristal.

El ataque de la amazona logra derribar mi muro de cristal haciendolo añicos, hago una mueca de frustración. Ella se acerca a mí y logra hacerme un rasguño basnate profundo debido a sus uñas largas, eché un chillido de dolor por el ardor provocado.

-¡Victoria!.-Gritó empleando uno de las técnicas que he prácticado con Dokho, un montón de dagas de luz salen en forma de espiral y golpean el cuerpo de Shaina dandole descargas electricas.

-Basta de juegos.-Se levanta lanzandose contra mi con su puño directo a mi rostro.

-Si aprecias tu vida retirate con tus alumnos.

¡Victoria! |Saint Seiya|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora