¡Victoria! |Saint Seiya|

XVIII. Reuniones

Ignorar

La palabra "ignorar" viene del latín ignorare y significa "no saber algo".

Pov's Helena

Levante mi cabeza con lentitud del loveseat de Camus. No había un rastro de él por la sala. Me di cuenta mi cuerpo estaba cubierto con una manta color azul marino.

-¿Cree que ya haya despertado?

-No lo creo. Deberíamos dejarla descansar, tuvo un viaje muy entretenido.

¿Qué hacía Verónica en Acuario? Me levanté completamente dirigiendome al comedor donde provenían las voces encontrandome con un Camus sentado en el comedor con Verónica sosteniendo una pequeña taza.

-¿Cuánto tiempo estuve dormida?

-Un buen rato pero no te preocupes. No quisimos despertarte, te veías muy comóda.

-Me alegra verla, señorita Nike.-La infante abrazaba mis piernas con una bonita sonrisa.

-También me alegra verte, Vero. Espero que hayas entrenado duro.-Acaricie sus cabellos.

-Claro que sí. El maestro Dokho y el maestro Aioria son muy buenos además también entrenó con el señor Aioros y Saga.

Una mueca salió de mi rostro lo que causó una risa a los presentes.

-Eres muy joven para entrenar con Saga.-Tomo asiento a lado de Camus, quien me ofrece una taza con un poco de té, me giro hacia él agradeciendole.-Gracias por recibir a Verónica.

-No es nada. Es un niña muy inteligente, se ve que te aprecia mucho.

Veronica nos veía con una sonrisa traviesa, sabía lo que pensaba aquella niña. Después de terminar el nuestro té la infante y yo salimos del templo rumbo a mi habitación.

-¿Por qué ya no va a Virgo a meditar?

-No tengo tiempo.

-Pero si para dormir en Acuario.

Me gire con mi ceño fruncido. Ella sonrió apenada con una risilla.

-Shaka la extraña, aunque no lo demuestre.

Ignoré su comentario hasta llegar a mi puerta, ella paso deliberadamente sentandose en la cama.Saqué los diversos vestidos que había comprado para la pequeña, ella sonreía emocionada tocando las bonitas prendas. Comenzó a platicarme lo que había echo estos dos días, al parecer se había metido en problemas con Mu al hacerle una pequeña broma con Kiki y como le dibujaron los bigotes al leon de Aioria.

-¡Helenaaaaaaaa!

La puerta se abrió de par en par dejando ver a Afrodita con una bolsa de plástico a punto de explotar y unos lentes de sol sobre su cabello, no portaba su armadura sino su ropa de civil.

-Me tienes que contar todo el chisme.

La pequeña Veronica miraba embelezada al santo del último templo tal cual yo lo hice cuando conocí a Afrodita. Paso hasta dejar la bolsa en la cómoda, se deshizo de sus zapatos arrojandose a la cama.

-¿Qué esperas?

-Se te olvida algo.-Señalo a la pequeña.

-No pasa nada, querida tapate los oídos.

-¡DITA!

-¿Qué? Yo quiero sabeeeer. Por cierto, ¿Cuándo te volviste mamá?

Veronica dejó salir una risa muy parecida a la que solía ser de cierto caballero llamando la atención del peliazul.