XXVI. Presa

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Armas

Voz patrimonial del latín arma, armorum 'armas'. Significa brazo o hombro adicional.

Pov's Helena

Pocos días habían pasado desde que Hypnos me había hecho dormir, traté de asimilar el hecho que volvía a ser una prisionera pero ahora del bando equivocado. No se me permitía salir de mi habitación y las doncellas negras se encargaban de traerme todo a mi habitación que constaba en un cuarto promedio con una cama cubierta de sabanas de seda negra, su tocador al estilo clásico y un cuarto de baño cubierto de porcelana Thanatos se encargaba de que se me dieran las mejores atenciones pero no podía dejar de pensar en mis amigos, aquellos idiotas que de seguro estaban volviéndose locos en el Santuario ya que seguramente Athena no les permitiría venir a rescatarme, no sin antes pensar bien las cosas. Los gemelos habían jugado bien sus cartas y por alguna razón sentía que mi cosmos desminuía cada vez que quería usarlo lo más probable es que Hypnos pusiera una barrera para controlarme evitando que escapara.

-Señorita Nike.-Una mujer de cabellos oscuros con toques violetas que caía por su espalda, su piel de tono claro casi pálida y a pesar de tener un porte de guerrera conservaba sus rasgos femeninos como sus grandes ojos rojos tupidos de pestañas largas.- Soy Violate de Behemoth, estrella celeste de la soledad.-Se inclinó estando frente a mi.

-¿Thanatos te ha enviado a ser mi niñera?

Mi comportamiento seguía siendo hostil para todos en el palacio, no me era grato relacionarme con ellos, con nadie que siguiera ordenes de esos dos y de Hades.

-He sido traída para velar por su seguridad.

-¿Traída de dónde?

-Yo pertenezco a la división del Juez de Garuda pero por petición de mis señores Hypnos y Thanatos he sido re-ubicada para cuidar de usted.

Observé a detalle aquella mujer su armadura cubría la mayor parte de cuerpo perdiendo su figura femenina, era tan diferente a las amazonas o santias que había conocido en el Santuario.

-Quiero dar un paseo por el palacio.

Ella asintió y me abrió la puerta, extrañada salí de la habitación por primera vez en días. Las paredes oscuras que privaban mi libertad me fueron guiando por los pasillos sin saber muy bien a dónde, claro que Violate seguía mis pasos como sombra. Observé que todo estaba más decorado y mejor cuidado que la primera vez que recorrí el lugar, varias doncellas corrían arreglando o limpiando el lugar.

-¿Tendremos visita?

-Así es, señorita. La señora Pandora vendrá hoy al castillo de los dioses gemelos juntamente con el Juez Radamanthys y Minos.

-Ya veo.-Alcancé a ver una ventana y corrí hacia ella para respirar un poco de aire. Violete me miraba con cautela.-No voy a escapar.

-Aunque no lo crea esta más segura con nosotros.

-Claro.-Rodeé los ojos.-Mejor dime ¿Pandora ya se cansó de ser una perra rogona detrás de Hades?

A ella pareció hacerle gracia ya que vi que una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios pero trataba de disimularla.

-La señora Pandora trata de proteger a mi rey Hades.

-Sí, claro. Desde hace lunas atrás solo a tratado de colarse en su cama pero esta loca si creé que un dios como Hades se fijaría en ella, por favor, por eso tiene a Persefoné.

Me acomodé en el marco de aquella ventaba que me daba una vista del firmamento, apenas podía aprecia el atardecer que se despedía con rayos rojizos y amarillos. Recordé a Saga y a los demás dorados, quería verlos, los extrañaba pero me hacía a la idea que no vendrían por mi pronto. Maldición, si he sabido que Hypnos me jugaría una trampa así hubiera aceptado la ayuda de Érebo. ¿Dónde estaría ese anciano cuándo se le necesitaba?

¡Victoria! |Saint Seiya|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora