25. El sentimiento es diferente.

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Todo eso tenía que ser una broma. La música había estado animada durante toda la celebración, pero yo estaba ahí rodeando el cuello de mi acompañante con los brazos y el sosteniendome por la cintura de manera insegura.

Supuse enseguida, que Robin tampoco esperaba que eso pasará justo cuando habíamos comenzado a bailar.

— Así que por fin se casaron — le escuché decir mientras yo mantenía la mirada perdida por encima de su hombro.

Asentí sin darle una respuesta clara.

— Debería decir que estoy contento por mí mejor amigo, pero en realidad estoy muy molesto con la situación — a pesar de sus palabras y su estado de ebriedad, se mantuvo sereno.

No dije nada. ¿Que podría decir? Preguntar por qué estaba molesto no era una opción, ya que todos sabíamos la respuesta. Tal vez había quedado en el pasado después de tanto tiempo, pero eso era lo que estaba fuera del punto y a parte. Robin me odiaba si era de Chrom de quién estábamos hablando.

— ¿Por qué no dices nada? — está vez, su tono tomo más fuerza al preguntar, pero no la suficiente para que las personas alrededor lo notaran.

— ¿Por qué debería hacerlo? — le contesté — Se de antemano la inconformidad que tiene por nuestra relación, pero no creo que valga la pena discutir como anteriormente hacíamos por el mismo tema. Ahora que me he convertido en la mujer del Príncipe, no le digo que este feliz con ello, pero debería comenzar a respetarlo.

Fue malo decirle aquello, pues a lo mejor no se le veía mucho, pero Robin si que estaba siendo influenciado por la fuerza del alcohol.

Apretó mi cintura y me pegó más a su cuerpo. Yo alerta, miré hacia todas partes para comprobar que nadie nos había visto, gracias a lo que sea, todo mundo estaba en lo suyo, incluso Chrom y Marsella, ellos estaban conversando en medio del baile.

— ¿La mujer del Príncipe? ¿Respetar? Lo lamento, Caroline. Te recuerdo que aunque seas de Chrom legalmente, tú cuerpo me pertenece todavía — ya no estaba sereno.

Enseguida le di la mirada más que asustada. El semblante de su rostro no se parecía a ninguno que había visto antes. Este daba mucho miedo.

— Robin-sama — me arme de valor y le ví fijo a los ojos — Ahora, tal como lo dice mandato en toda Ylisse, soy propiedad del futuro Venerable. Usted debió olvidar el pasado por el bien de su pueblo, además, no voy a seguir tolerando sus faltas de respeto hacia mi persona.

Todo eso sucedió mientras moviamos nuestros cuerpos al compás de la música suave y yo mantenía mi vestido de boda blanco, mientras él su traje de padrino a juego con Marsella en azul. Nuestras miradas terminaron entrelazadas nuevamente y estás eran tan filosas que algunos invitados comenzaron a notar la situación.

— Entonces no me queda más que desearles prosperidad para el resto de sus vidas — su rostro se calmó mientras el agarre también ya que se había dado cuenta al igual que yo de las miradas ajenas al tema.

No sé dijo nada más. Chrom no tardó en volver y Marsella se llevó al albino nuevamente.

Aunque hubiera querido, lo que resto de la celebración me supo amargo por el momento que compartí con Robin.

Cuando todo terminó, al menos por ese día y los invitados comenzaban a irse, caí en cuenta de lo que sucederia a continuación.

— Yo estaré aquí si lo necesitas, puedes tenerme confianza — me decía Emmeryn-sama cuando avisamos que ya era suficiente para los dos.

Era claro que sus palabras, dirigidas solamente a mí cuando me separo del Venerable y Chrom, tenían doble sentido y no malo.
Agradecía tragando saliva duro.

Después de la boda y la celebración, por consecuente sigue la noche de bodas...

Chrom estaba sonriente cuando me llevaba de la mano por el castillo con dirección hacia nuestra nueva habitación. No me lo había dicho, pero estaba segura de que estaba pensando en "eso". Así que nada más entramos a la enorme y lujosa habitación, me sentó en la cama para ayudarme a quitarme los tacones.

— No te voy a mentir, Caroline, llevo tiempo esperando por esto. Ahora que por fin te has convertido en mi mujer, quiero tener todo de ti.

A pesar de que no era mi primera vez, me encontraba muy nerviosa. No me hacía a la idea de que Chrom tuviera ese tipo de intenciones, aunque claro, era lo que se hacía después de una boda, más el nunca había mostrado un sentimiento similar.

— Yo... por favor, cuide de mi — dije. Ya para ese momento era un manojo de nervios.

A continuación, con su ayuda, me deshice del bonito vestido blanco y con mi ayuda, él se deshizo de su traje de novio. Todo fue tan calmado y erótico a la vez.

Una vez recostada en la cama, besó mi cuerpo de pies a cabeza y mis labios con algo más que dulzura.

Durante el encuentro, me ví a mi misma temblando de miedo, pues no contaba con la información necesaria sobre el cuerpo de Chrom. Este cubría el mío en su totalidad y cuando lo invadió por primera vez, tuve que cerrar los ojos con fuerza y apretar la sábana con mis dos manos. El Príncipe tenía algo más grande que su amabilidad y yo era muy pequeña para recibirlo.

Dolió. Lo hizo mucho a pesar de no ser esa mi primera vez.

Mientras estaba en brazos de Chrom esa noche, recordé la que había compartido con Robin. Las mejillas y boca entreabierta de mi Príncipe azul me recordaban un poco al albino, pero la sensación era totalmente diferente.

Chrom fue amable todo el tiempo mientras Robin no se tomó la molestia. A manos de Chrom, me sentía protegida y amada mientras a manos de Robin, me sentí acelerada y sucia. Chrom limpio mis lágrimas durante esa noche, mientras que Robin me las refirió días después. Y aún pesar de eso, yo seguía confundida.

— ¿Te duele? Yo... ¿Hay alguna forma en que deje de hacerlo? ¿Alguna manera de dormir? ¿Necesitas agua o algo más? Te traeré lo que sea, solo pídelo.

Sonreí con la almohada pegada a la cara. Me encontraba boca abajo en la cama y aquello hacia unos momentos acababa de terminar.

— No necesito nada, muchas gracias — repetí por milésima vez.

Estaba muy preocupado por mi estado actual. Después de todo me había hecho llorar y no lo culpaba por ponerse así de histérico.

— De verdad, Caroline, puedo traerte lo que sea...

— Solo... — le interrumpí — Abrázame toda la noche, es todo lo que necesito — le pedí y el sonrió.

Se acomodó en la cama y me atrajo a sus brazos y así, me caí en profundo sueño después de ese largo, pero hermoso día.

— Te amo, Chrom...

Por fin había concluido.

Nuestros días de casados comenzaron pacíficamente con la ayuda de todos lo que se encontraban en el castillo, y con todos, me refiero a que aparentemente Robin le brindaba su ayuda a Chrom, pero a mí volvía a verme con indiferencia nada más el peliazul nos daba la espalda.
Decidida a ignorarlo, sin saberlo me encontraba siendo muy cariñosa con el Príncipe a su mirar provocando su huida del campo de batalla.

Realmente me hacía las cosas difíciles y yo comenzaba a hartarme de ello.

Cuando las Flores se Marchitan || Chrom y Robin || Fire Emblem.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora