Señor TATA [BTS]

9

El pálido se confundió más de lo que estaba.

–Tae...

–Papá... papá quiero disculparme con papá Namjoon... le hice llorar y... y yo quiero verlo feliz...– dijo en un murmullo– debes de castigarme... fui malo... hice cosas que no debía... no soy bueno...– se armó de valentía para levantar la mirada, sus orbes estaban tristes, rojos e hinchaditos. Soltaban lágrimas y sus labios temblaban un poquito.
Yoongi sintió su corazón aún más roto por la imagen que Tae le daba. Lo acercó hasta que el niño estuvo entre sus brazos, lo arrullo por primera vez y se sintió tan cálido, podían pasar las horas que Yoon no se iba a cansar de tenerlo abrazado a su cuerpo.

–Nadie te va a castigar TaeTae...– susurro acariciando el cabello de su hijo– Señor TATA se queda contigo... papá Namjoon lloró porque tiene hambre ¿tú no tienes hambre?– trato de distraer al pequeño, este dió un último sollozo y asintió despacio.

Taehyung se separó del pálido y Yoongi se sintió vacío, quiso tomar otra vez al pequeño pero este le dijo que tenía que ir a lavarse las manos.

–¿No quieres ayuda?– pregunto, pero el castaño negó y recitó aquellas palabras qué hora eran dagas para su corazón.

–No gracias, papá. Ya estoy grande.

Pero Taehyung no era grande. Tae era un niño que pasó bastante tiempo sin ayuda de sus padres y que tenía que hacerse el grande para no molestarlos. Porque Taehyung tenía un corazón tan puro e inocente que sin importar cuanto doliera su pecho, cuantas veces derramara lágrimas, se sintiera vacío y aguantará las palabras que sus padres le daban, jamás dejaría de amarlos y querer hacerlos felices.
Cuando salió del baño con las manitas limpias, observó la puerta del cuarto de sus padres; quería disculparse con su papi, pero su appa Yoongi lo estaba esperando para cenar, así que decidió que más tarde lo haría.

Bajo las escaleras y se sentó en su lugar, sin levantar la mirada y jugando con sus manitas, la actitud de sus padres lo tenían nervioso.

Yoongi dejo el plato de comida junto a una caricia en la cabeza, Tae reprimió una risa, se sentía bien que su papi lo tocará, pero mejor se dedicó a comer.

–Hum... ¿cómo vas en el colegio? ¿ya hiciste tareas?– pregunto el pálido. Bajo la mirada por un segundo a su plato y no se fijo en que Tae había tensado todo el cuerpo.

–Bien... muy bien papá Yoongi...– murmuró el infante, aunque la realidad... desgraciadamente era otra y sabía que estaba mintiendo, pero era necesario– y si, ya termine todo para el lunes.

Y todo volvió a quedar en silencio. El pálido mordió su labio inferior y sonrió entre nervioso y dulce; Tae trataba de cortar un pedazo de carne y no podía.

–Yo podría ayudarte ¿sabes?– el tono suave de su appa lo descolocó, volteó y frunció un poquito el ceño realmente confundido– ¿qué pasa?

–N-nada... ya no tengo hambre... perdón...– se disculpó el menor, no quería desperdiciar la comida, pero se le había quitado el apetito.

El pálido se sorprendió y antes de que dijera algo, el niño ya estaba haciendo una reverencia para luego retirarse y salir corriendo escaleras arriba.

Tenía que disculparse con alguien...

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