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Suspiró por sexta vez en ese momento de la mañana. Se sentía tan irreal. Sus manos se pasaban por el desordenado cabello de su durmiente Tae, bajando por sus mejillas y volvía a repetir el recorrido.

Yoongi había despertado temprano, ese día no le tocaba ir a la escuela al pequeño castaño, sin embargo, no perdió la oportunidad de contemplar a su niño. Las miradas que le daba estaban cargadas de dulzura y arrepentimiento, porque Min tenía mucho peso en su conciencia y corazón.

Por otro lado el nene durmiente solo disfrutaba de las caricias, soltaba pequeños resoplidos y entre sueños no quería despertar, se sentía tan bien y tan cálido.

–¿Yoongi?– una voz interrumpió sus pensamientos, alzó la vista y se encontró con un adormilado, confundido y despeinado Namjoon.

–Buenos días– saludo el mayor de ambos, el moreno le sonrió levemente y observó al pequeño que tenía su manita aferrada la camisa de pijama del pálido– tenía miedo, iba a dormir en el suelo y no pude dejarlo ahí... no quise dejarlo– explicó con toques de tristeza Yoon.

Ambos se quedaron observando al bebé que descansaba, sentían tan bien y correcto tenerlo en medio de ambos, sabiendo que lo podían proteger de todo... como siempre debió ser.

–¿Qué te... amm qué te parece si salimos con él a algún lado? podríamos desayunar afuera– murmuró Namjoon algo sonrojado, aclaro su garganta y a Yoongi eso le pereció tierno.

–Esta bien– respondió Yoon sintiendo como su hijo se removía y poco a poco iba abriendo su ojitos.

Bostezó, se estiró y cuando sintió dos cuerpo más a la par suya se tenso, rápidamente abrió los ojos y se encogió en su lugar al enfocar su asustada vista en sus dos padres.

–Y-yo... amm... y-yo...– estaba nervioso, sus ojitos aguantaban las lágrimas que querían salir y trataba de que las palabras abandonarán su boquita– yo... perdón... t-tenía miedo y... y lo siento... y-yo no~– se aferró a Señor TATA temblando un poquito.

Porque a pesar de que sus papis se estaban comportando de otra manera con él, eso no significaba que todo lo que le "enseñaron y dijeron" se le olvidará.

–Tae...– susurro Namjoon sintiendo su corazón encogido por el menor. Se acercó más y lo pegó a su pecho en un abrazo– shh... no llores, nadie va hacerte nada– arrullo el moreno acariciando su cabecita, repartiendo suaves besos sobre ella.

Yoongi sonrió levemente. Ver a su hijo y a su esposo de esa manera lo hacían sentir cálido.
Un nudo se formó en su garganta y solo esperaba que su pequeño los perdonará.

–¿Quieres salir a desayunar Tae?– pregunto el pálido acercándose más a ambos para poder acariciar las mejillas rosaditos del castaño.

Al niño le brillaron los ojos, apretó a Señor TATA entre su cuerpecito y el de su padre y asintió, aunque quería seguir así con su papi Nam, su pansita pedía por comida.

–Bien, entonces vamos, te ayudaré con tu ropa– dijo Yoongi alejando las sábanas de su cuerpo y se puso de pie.

–Eh... yo... appa~– Taehyung quiso decirle que estaba grande para su ayuda, pero ni tiempo le dio cuando el mayor lo alzó con cuidado, robandolo de los brazos de su moreno padre para luego dirigirse ambos al cuarto del más pequeño.

Yoongi sonrió triunfante y antes de cruzar la puerta le dijo a Nam que se preparará y se abrigarse bien, porque hacía un poco de frío. Mientras que el nene se aferraba con timidez al cuello de su padre. Suspiró y sonrió.

Finalmente estaba pasando todo lo que siempre soñó, todo lo que quiso y anheló...

Pero... ¿por cuánto tiempo?

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Señor TATA [BTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora