Epílogo

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¿Huele raro...?



¿...Dónde estoy?



¿Q... qué hago... aquí?



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–Tres meses... ya han pasado tres meses Yoongi... ¿crees que despertará?– interrogó en un murmullo el moreno, observando el deplorable estado de su esposo.

Su hijo había sufrido un accidente hace doce semanas aproximadamente... y aunque estaba estable... Taehyung no quería despertar del coma en el que había caído.

Namjoon y Yoongi sentían que habían perdido una parte esencial de sus seres; sentían su corazón vacío y ver a Tae en esa camilla, conectado a muchos cables, sin dar esa hermosa sonrisa singular que aunque no se las motraba mucho a ellos, la amaban, verlo sin moverse o estar con su peluche favorito y mejor amigo... era una jodida tortura. ¿Cómo de estar reponiendo su error con la pequeña luz que llegó a iluminar sus vidas... pasó algo de esta magnitud?

¿Esto... esto era lo que se conocía como karma? ¿era cómo un efecto mariposa lo que había sucedido, no?

Min suspiró y tomó entre sus manos la de Nam, apretandola y sonriendo con tristeza lo volteó a ver. Estaba a punto de hablar, sin embargo, una débil y aniñada vocesita lo interrumpió.

–¿D-dondé... ugh es... toy?– interrogó por lo bajo, su garganta dolía y apenas podía mantener los ojos abiertos.

Volteó a un lado y se encontró con los desconcertados ojos de dos adultos, uno pálido y el otro moreno; ambos lo observaban con lágrimas... sus rostros reflejaban la esperanza que habían estado perdiendo conforme pasaban los días.

El pequeño castaño se confundió y cuando quiso hablar otra vez -ignorando la recequedad en su garganta y el leve dolor en su cabeza-, no pudo porque el llanto del pálido lo silencio junto a un abrazo y un beso en su frente.

–¡Nam, llama a un doctor!– chillo Min teniendo el pulso acelerado, no quería soltar a su hijo, tenía miedo, todo lo que había acumulado en ese tiempo estaba por hacerlo estallar en un mar de emociones tanto conocidas como también encontradas.

Era un alivio y consuelo ver otra vez esos hermosos ojos brillantes que lo hacían sentir cálido. Eso no duró mucho...

El niño se sentía raramente feliz, pero...

–D-disculpe pero... ¿quién es... u-usted?– interrogó por lo bajo, pero Yoongi lo escucho claramente.

Todo su mundo se vino abajo.
Su hijo... ese pequeño no sabía quién era él...

Y volvió a romper en llanto sin contestar y sin soltarlo. Yoongi pensó que todo había acabado...
No obstante, cada acción tiene su reacción y la vida es jodidamente dura...

Era hora de que Namjoon y Yoongi pagarán por lo que le hicieron a ese inocente ser, ese que solo quería verlos felices.

Entonces es así como la familia Kim y Min tienen que empezar de nuevo; afrontar todo lo que se les viene encima, los obstáculos, los problemas... las separaciones. Y a través de esto, Taehyung descubrirá la verdad no contada de su vida.

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Fin.

Señor TATA [BTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora