128. Mi sexy ángel guardián

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Fred

Sus manos recorrían de manera lenta mis piernas, aquel beso se hacía cada vez más profundo, su lengua jugaba con la mía, nuestras respiraciones se agitaban por aquella falta de aire. Estaba nervioso, era mi primera vez, tal vez parecere chica diciendo esto pero, esto me pone nervioso, más que nada por el hecho de que siempre imaginaba ser el de arriba, no el de abajo.

Sus besos comenzaron a ir por mi cuello, de forma lenta, dando una que otra lamida, mordida y por supuesto no pudo faltar que me dejara una marca en el cuello, y aunque fue dolorosa, sentí un escalofrío que hizo que aquella mordida me excitara de cierto modo.

-¿Es... Está muy visible?- lo mire una vez se separó.

-Si vas a irte... No quiero que te vean y que no sepan que tienes dueño-

Lo miré totalmente sonrojado, el río de manera ronca y volvió a besarme, de una forma posesiva, cariñosa, tan solo yo pasé nuevamente mis manos por su cabello, y es que es tan suave, delgado, podría jugar con el todo el tiempo.
Su mano izquierda comenzó a quitarme la camisa, sentía sus dedos pasar suavemente por mi piel, sus dedos estaban fríos, y siendo sincero, me encantaba eso. Baje mis manos suavemente a su cuello, dando una especie de masaje entre su cuello y óvulo de la oreja, en tanto el terminaba de quitarme la camisa, dejándome solamente en bóxer, lo cual aprovecho para acariciar mi pecho, y pasar a mi espalda baja, haciendo que me encorvara un poco.

Acariciaba con suavidad mi espalda, y en un movimiento rápido, me dejó sentado sobre su cintura, me dió un suave beso y se separó unos cuantos centímetros.

-¿Qué tal si me ayudas con las ropa?-

Me puse aún más nervioso, nunca ví a Reiji sin camisa, y en la piscina tenía una playera, tragué duro, mordí mi labio y comencé con levantar su playera, mientras más subía, más podía ver su abdomen, tenían pequeños abdominales que estaban bastante marcados; los colores se apoderaban de mi rostro, hasta quitar completamente la playera de Reiji, Dios, su pecho, su abdomen, todo era perfecto en el, no se como demonios tiene el cuerpo tan formado pero, tan marcado, tan... Tan perfecto.

No pude evitar colocar mis manos en su pecho, acariciando este con suavidad, bajando a su abdomen, era fuerte, tan solo escuche una risa por parte de él, a lo cual lo mire haciendo un ligero puchero.

-no te detengas, solo me parece tierno la cara al verme de esta manera osito... Deberías verte al espejo- me sonrió, se acercó a mí y me dió un beso suave en los labios, sus manos fueron a las mías, las colocó en su pecho, me sonroje y seguí acariciando, era malditamente suave pero fuerte. Maldición, cada vez que lo conozco más, más me enamoro de él.

Sus labios comenzaron a jugar con mi labio inferior, daba ligeras mordidas en el, lo cual lograba liberar de mi suaves suspiros, era tan satisfactoria cada mordida, sus manos grandes, frías, recorrían cada parte de mi torso, mientras que las mías abrazaban y jugaban con el cabello de Reiji, era como estar en el paraíso, si esto era un sueño, no quería despertar, no quería irme a Canadá, no quería alejarme de Reiji, no quería que este momento se terminara.

Pronto, un respingo salió de mi, sus manos entraron bajado mi boxer y apretaron mi trasero, seguido de una risa burlona por parte de Reiji.

-¡N-No te rías!- lo mire sonrojado y con mi ceño fruncido.

-es muy suave, cálido, y redondo- me sonrió y beso mi frente, siguió apretando mi trasero, como si fuera un juguete, o como un objeto antiestres.

Becoming Gay [Fred & Tú] (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora