Capítulo 9: Viejos recuerdos

20 5 2
                                    

Una semana después Owen volvió y estábamos en mi carpa, el silencio reinaba el lugar. Mire al muchacho con curiosidad, él niño era todo lo que teníamos, lo que era más preocupante de lo que parece.
-Vamos, niño ¿Qué tienes?
-Mi lady, tengo tu victoria...- lo mire curiosa y algo molesta, esperando su respuesta- los superamos en números, al menos 3 a 1 más o menos. Pero es verdad que estamos rodeados.
-¿Tienes algo que no sepamos ya? ¿Heridos? ¿Prisioneros?
-Hay unos 100 o 150 heridos, la mitad de ellos volverán a pelear en una semana, ahí es cuando ellos piensan atacar.
-¿Para contar con esos soldados?- inquirió Liana, Owen le sonrió, haciendo que Bastián pusiera una mueca de desagrado.
-Sí, pero también porque llegaran más soldados. Por lo que recomendaría que ataquemos antes.
-Bastián, ¿Tienes algún plan?- él nombrado me miro algo confundido como si realmente estuviera en otro lado lejos de la conversación- ¿Algún plan?
-Si, en primer lugar, evacuar el campamento de todos aquellos que no puedan luchar, haremos trincheras alrededor del campamento, que puedan pasar pero que les cueste, tenemos que preparar para que luchen donde queremos... atrasando lo más posible a los que están en el medio- explico Bastián una vez que termino de hablar fijo su mirada en mí.
-¿En cuánto?
-En tres días- yo asentí.
-Perfecto... Liana encárgate de los heridos Lucas ayúdale, Bastián, general preparen al ejército y Owen quédate un momento- todos asintieron y me dejaron a solas con el niño.
-¿Qué deseas mi Lady?- estaba parado frente a mí y antes de darle tiempo a hacer o decir algo me pare dándole una cachetada.
-Tengo que agradecerte por la información- él aún tenía la mano en su mejilla y me miraba entre confundido y molesto- pero debo advertirte, me vuelves a llamar Lady y te romperé el brazo.
-Muy bien, tranquila... lo siento ¿Si?- yo asentí con cierta conformidad- ¿Necesitas algo más?
-No, quiero que vuelvas, ¿Necesito saber si cambian de planes? ¿si tienen otra estrategia? ¿Si saben lo que planeamos? y ¿Si piensan contraatacar antes y cómo?- Pedí, aunque era más una orden, Owen me miro unos instantes antes de contestar.
-Bien, pero quiero algo a cambio, campeona- dijo con una sonrisa burlona y arrogante, una que comenzaba a molestarme, casi tanto como su actitud, algo similar a la mía pero más disfrazada.
-¿Algo a cambio?
-Si, cuando acabe la guerra quiero la protección de tu amo...- lo mire extrañada.
-¿Mi amo?
-Sí, quiero que Caos me proteja, me siguen muchas personas, la mayoría me quieren muertos. Te estoy apoyando en esto ¿No crees qué se justo que me des algo a cambio?- Rara vez mi instinto me mentía y esa no era la acepción.
-Bien, hablare con él, pero no te prometo nada. Por ahora necesito que estés en otro lado- accedí.
-Bien- Owen sonrió con picardía, antes de girarse para irse, pero se detuvo unos segundo- Pasaremos una eternidad muy divertida juntos- me aseguró antes de salir sin darme tiempo de decir algo.
-Hola- saludo Caos a mi espalda.
-A veces siento que me espías y que no tienes mucho más para hacer- me reí y él también antes de sentarse sobre el escritorio- pronto acabaremos.
-¿Eso te hace feliz?- inquirió curioso.
-Algo, esto es bastante aburrido, a decir verdad- él asintió.
-No te apresures o vas a fallar- solté un pequeño suspiro frustrado.
-Lo sé, me lo has repetido miles de veces ya...
-Es para que no se te olvide- aseguró con una sonrisa divertida y yo sonreí- ahora ¿Quieres hablar del chico?
-Tengo razón, me espías... ¿Acaso No confías en mí?
-No es eso- respondió con una sonrisa divertida- Calixta...
-¿Qué tiene que ver ella aquí?- pregunte confundida, nada bueno podía esperarnos si ella estaba involucrada.
-Espero que recuerdes como entrenarlo- solté un bufido al entender todo.
-Calixta quiere que sea su campeón ¿Por qué?
-A mostrado, su valor y su utilidad... según ella- respondió, me quede unos segundos pensativa, Calixta la cuarta hija del Caos, la diosa del ordeno. Era más un alma solitaria que le gustaba caminar por el mundo, ser testigo de las cosas, pero jamás intervenir, sin lazos terrenales ni divinos- ¿Qué tienes?
-Nada, solo me resulta extraño ¿A ti no?
-Un poco, pero prefiero no preguntar demasiado, sabes cómo es- yo asentí- ¿Necesitas algo más?- yo asentí mirándolo con una sonrisa pícara.
-¿Tienes algo de tiempo para mí?
-Siempre...- me aseguró con sus ojos llenos de lujuria. Se puso de pie tomándome es sus brazos, para sentarse en la silla conmigo en su regazo. Nos miramos unos instantes fijamente, antes de unir nuestros labios al mismo tiempo que el bajaba su mano para meterla por debajo de vestido, hasta llegar a mi parte intima donde sus dedos comenzaron a moverse lentamente, aparto sus labios de los míos para llevarlos hasta mi oído- te daré un pequeño adelanto de lo que haremos si ganas la guerra- me aseguró, aumentando la velocidad de sus dedos, que comenzaron a entrar y salir; mientras besaba mi cuello repetidamente. Mientras que por mi parte tuve que controlar los pequeños jadeos que comenzaban a salir de entre mis labios.
-Amo...- susurré en un tono apenas audible.
-Córrete para mí- ordenó en un susurro con sus labios casi pegados a mi oído, no lo dude y obedecí, completamente complacida, al menos por el momento.
-Gracias amo- él sonrió dejando un corto beso en mis labios antes de llevarme a mi "Cama", dejo un beso en mi mejilla y se quedó unos instantes mirándome a los ojos antes de hablar con seriedad.
-Voy a curar tus heridas, pero si vuelves a desobedecerme, ya no tendrás mi protección ¿Entiendes?- yo asentí con una sonrisa más que agradecida y el curo mis heridas- tengo que irme, pero nos veremos pronto- yo asentí, dejo otro corto beso en mis labios y desapareció. Cerré los ojos y me quedé dormida al instante.

La campeona del CaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora