𝕮𝖆𝖕𝖎́𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖉𝖔𝖘

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La fuerte lluvia, el sonido de los truenos y el frenético movimiento del barco me despiertan. 
Es de noche, todo está a oscuras y algo no se siente bien. 
Me levanto y me visto con rapidez, salgo de mi camarote y me dirijo a cubierta donde veo que todo es un caos. 

El viento se eleva y aúlla a través de las velas, aplanándolas y volviéndolas hacia arriba. Agua salpica fuera del mar en enormes gotas centelleantes. 
Veo a los tripulantes recorrer todo el aparejo, y a el primer oficial que está al timón apoyando todo su cuerpo para mantener la nave firme sin éxito, Sugou está con él y por la expresión de su rostro adivino que está aterrado y no sabe qué hacer. 

Una gran ola salpica la barandilla donde estoy apoyada y se estrella contra mí, grito y caigo al otro lado de la cubierta. Me pongo de pie con dificultad y entonces, otra ola se estrella contra el costado esta vez me las arreglo para aferrarme con fuerza de la barandilla y evito caer. 
Entre todo el estruendo, escucho cuando alguien está haciendo sonar la campana de advertencia, el clang clang que imagino signifca un ataque, una tormenta, o simplemente problemas. 

El agua del mar y la tormenta se derrama sobre nosotros, la sal pica mis ojos. El viento azota fuerte contra mi. Agua cae sobre mi rostro borrando mi visión, paso mis manos por mis ojos intentando alejar el escozor de la sal y aclarar un poco mi vista y es entonces cuando la veo. La vela de un barco a la distancia, un barco y no cualquier barco sino uno envuelto en sombras y niebla, con velas negras desgastadas. 

—Imposible—murmuro. Pero a pesar de mi incredulidad el barco fantasma está frente a nosotros, ¡las historias son reales!. 
La tormenta nos debió golpear fuera de curso y terminamos en sus mares. Es eso u otro barco pirata nos tiene en la mira. 
Un miembro de la tripulación también lo ve y grita alertando a todos. 

—¡Es el barco fantasma! El Príncipe oscuro ha venido por nosotros—

—¡Calla, es sólo un barco pirata común! —le contesta Sugou tratando de parecer calmado pero es evidente que está aterrado. 

—¡Todos a sus puestos de combate, prepárense para la batalla! —ordena. 

—¡No!— dice el primer oficial —son ellos, sólo un barco como el suyo podría atacarnos aquí. —

Su voz tiembla con temor cuando murmura —El barco fantasma es real —

Estoy de acuerdo con él, ese barco ni siquiera parece normal, está envuelto en sombras y es como si algo, una especie de magia lo rodeara. 

—¡Tonterías!— replica Sugou pero su voz tiembla traicionandolo.— son sólo piratas. ¡Rápido alisten las armas!. —

La tripulación duda pero igual obedece órdenes, apilan barriles de pólvora junto al mástil e intentan preparar los cañones pero para entonces el barco de velas negras está ya a nuestro lado lo suficientemente cerca para disparar sus propios cañones lo cual creo que es su idea. 

—Usen sus pistolas para ganar tiempo —aporta el primer oficial. 

—¡Asuna!— me grita Sugou cuando me ve, estamos separados por mucha distancia por lo que tiene que gritar para que su voz llegue a mi y aún así me cuesta entenderlo —¡Regresa... aquí só..lo estorbarás... terminarás haciéndote daño!. —creo que es lo que dice. 

Me encuentro asustada e indecisa sobre que hacer, una parte de mi quiere regresar a la seguridad de mi camarote, pero si este es el fin, prefiero estar aquí que esconderme, así que niego y me mantengo en mi lugar, Sugou se molesta pero en estos momento tiene peores cosas de las que preocuparse que intentar hacerme obedecerlo así que me deja estar. 

La tormenta es implacable, con rayos que caen sobre el mar y truenos aterradores que me erizan la piel pero gracias a la luz de los relámpagos puedo ver a nuestros atacantes. 

The Curse Of The Sea Queen.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora