𝕮𝖆𝖕𝖎́𝖙𝖚𝖑𝖔 𝕾𝖎𝖊𝖙𝖊

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Ha pasado un tiempo desde que estoy en el barco fantasma. Aún no conozco cuál es la verdadera historia, pero por lo que he visto, puedo descartar el rumor sobre el capitán teniendo magia que convierte a las personas en luz de luna, o magia en general, de todas formas nunca creí eso. También descarto lo que dicen sobre las personas marchitándose con solo verlo, y eso es todo lo que he descubierto, oh y claro, que por alguna razón que sólo el capitán conoce, soy la única persona a la que ha dejado vivir.

Eugeo se ha convertido en alguien muy especial para mi y también está Klein que es un buen amigo e incluso Alice no es tan mala.
Al capitán no lo veo mucho pero cuando lo hago siempre terminamos discutiendo pero debo admitir que me agrada y nuestras peleas aunque me molestan también me divierten, hacen que mi estadía aquí sea entretenida.
Aún no me dice cuáles son sus planes para mí, lo que me mantiene nerviosa todo el tiempo, es probable que por eso me mantiene en incógnita.

Hoy es un lindo día con un hermoso cielo despejado y es el primer dia en el que hasta ahora el capitán no me ha asignado nada así que puedo perder el tiempo.

El mar está tan en calma que sin querer empiezo a dormitar. Estoy arriba del mástil no haciendo nada, sólo estar sentada ahí mirando las paredes del cañón deslizarse, pero pronto escucho que me llaman y mis planes de tomar una siesta se esfuman.

—Asuna, ¿Dónde estás?— Es el capitán y parece ansioso por encontrarme.

Me cuelgo de una cuerda y me inclino al escuchar su voz ¿Qué nueva tarea me asignará hoy?

Lo veo caminar ruidosamente moviendo su cabeza de un lado a otro.

—¡Mira arriba!— le grito, se detiene y eleva su cabeza hacia el cielo protegiendo sus ojos del sol. —¿Cómo llegaste allá arriba? —

Me encojo de hombros y me deslizó por la cuerda cruzándome por el mástil hasta que aterrizo a unos cuantos metros de él que me observa con incredulidad y sorpresa.

—Eugeo ha creado un monstruo ¿Eh?— murmura sonriendo pero su sonrisa parece poco real, se ve más molesta que divertida.

—Es tu culpa por hacerlo vigilarme.
Y ¿A qué debo el honor de tu presencia?— mis palabras cargadas de sarcasmo son ignoradas mientras adquiere un tono serio. Al parecer no está de humor para nuestros intercambios.

—Necesito hablar contigo—

Ladeo mi cabeza —oh, imagínate ¿Crees poder? —y aunque se lo preguntó en broma no está muy lejos de la verdad ya que pelear es lo que más hacemos.
El sonríe de verdad por fin e intenta contestar pero dos miembros de la tripulación están discutiendo sobre pepinillos y sobre tomar las cosas ajenas, sus gritos no lo dejan hablar pero en lugar de molestarse él rueda sus ojos y murmura —piratas— luego me hace un gesto con la cabeza para que lo siga.

Camino detrás de él a un lugar más alejado donde los gritos de ambos hombres nos se oyen demasiado pero aun asi no puedo apartar mi atención de ellos. ¿No debería alguien separarlos?

El capitán suspira y comienza hablar sobre tener que ir a tierra firme o algo como eso, pero no le presto atención. Mis ojos van del capitán a los dos sujetos sin decidir a cual poner atención. 
Trato de enfocarme en capitán y en lo que está diciendo pero a lo lejos los dos hombres siguen peleando y han sacado pistolas y yo empiezo a ponerme nerviosa, eso no está bien.

—Asuna ¿Estás escuchándome?— a la mención de mi nombre mis ojos regresan a él.

—¿No deberías hacer algo con esos sujetos? — los señalo.

—No, lo que necesito es que me escuches—

—Pero están peleándose y tienen armas— digo con nerviosismo ¿Por qué él no se preocupa?

The Curse Of The Sea Queen.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora