𝕮𝖆𝖕𝖎́𝖙𝖚𝖑𝖔 𝕮𝖚𝖆𝖙𝖗𝖔

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Hay algo que está mal conmigo, debería estar aterrada, es decir fui secuestrada y aún no sé qué harán conmigo, pero por extraño que parezca me siento tranquila. Debí golpearme la cabeza cuando caí al mar porque en un extraño modo, me agrada estar aquí. La tripulación es muy amable conmigo aunque tal vez eso es porque soy la única chica además de Alice en el barco, pero puede que eso sea un punto que puedo usar a mi favor.

Después de comer, dormir un poco, tomar un baño y cambiar mi húmedo vestido, tanto mi estado de ánimo como mi estado físico mejoraron mucho. Aún estoy algo adolorida aunque la molestia es mínima. Pero a pesar de ya no sentirme amenazada no debo bajar la guardia, pues aunque no estoy en una celda sigo siendo una prisionera.

Es de día y el barco permanece tranquilo navegando en calma. 
Camino por la cubierta de un lado a otro. 
Suspiro con tristeza, estamos en medio del océano, estoy a merced del capitán, no hay nada que pueda hacer sólo esperar a ver cuáles son sus planes para mí, no puedo escapar, no entiendo nada de este barco o su tripulación y no tengo idea de que hará el capitán conmigo o qué haré yo cuando él tome una decisión definitiva.

Esta tripulación es un completo misterio para mi, se ven tan normales pero se que no lo son, hay algo oscuro dentro de ellos en especial en el capitán, pero también hay algo más, es como si por dentro estuvieran... sufriendo. Y tal vez es así, después de todo una maldición pesa sobre ellos.

Froto mis manos sobre mis ojos, estoy pensando demasiado, mi cabeza es un lío. Es extraño estar en este barco, mis emociones están en conflicto no se como debo sentirme. Por una parte no dejo de pensar que tuve suerte, me liberé de mi compromiso pero a qué precio, muchos murieron, sólo yo sobreviví y estoy feliz de estar aún con vida. ¿Eso me hace una mala persona? ¿El pensar que no fue del todo malo lo que pasó? Pero no importa cual sea la respuesta, no puedo cambiar lo que ocurrió.

El viento agita mi cabello volviéndolo un lío, intento acomodarlo sin exito ya que sin mi pasador es imposible así que al final me rindo y lo dejo suelto. A veces es molesto tenerlo tan largo.

Me recargo sobre el borde del barco con mi espalda al mar y cierro mis ojos. Mi vida se volvió demasiado complicada.

—Vaya cambio— la voz del capitán me sobresalta. Me giro en su dirección y lo encuentro recargado en la pequeña baranda de la escalera a la galera del barco.

Elevo una ceja — ¿Perdón?—

Él tiene sus ojos fijos en mí y se ven del mismo color que el océano por las noches mientras me recorren lentamente de pies a cabeza.
—digo que te ves bien con ese atuendo, pareces una princesa pirata—

Muy a mi pesar me sonrojo. — y supongo que debo agradecértelo, o al menos es lo que Alice dijo —

Se encoge de hombros — sólo digo que estas muy diferente de la forma en la en la que estabas cuando abordaste, increíble lo que hace una comida y ropa limpia, pareces otra persona—

Bajo los ojos a mi atuendo y sonrío. El vestido que Alice me dio es lindo y a mi medida y junto con las botas que yo traía puestas la noche que ocurrió todo, me queda bastante bien, y es realmente cómodo pero que él lo haya notado y que además me lo diga es extrañamente agradable.

—¿Es ese un cumplido? estoy sorprendida de que seas capaz de ser amable—

Se ríe y el sonido hace hormiguear mi piel.
—puedo ser un caballero si me lo propongo—

Me cruzo de brazos —pero aun así soy tu prisionera—

—Me apuñalaste, no tienes ningún respeto por mi, tienes suerte de estar aquí y no en esa celda o en el fondo del océano—

The Curse Of The Sea Queen.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora