𝕮𝖆𝖕𝖎́𝖙𝖚𝖑𝖔 𝕹𝖚𝖊𝖛𝖊

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Me gusta la tranquilidad del barco durante la noche. La luz de las estrellas deja manchas luminosas en el agua, no se ven tan fascinantes como el mar de estrellas pero también es lindo y relajante.

—Sigo pensando que debes estar en cama descansando, además es tarde deberías estar durmiendo ¿Es que acaso nunca duermes? —

La voz de Kazuto es de reproche pero lo bastante amable como para que no quiera discutir con él, realmente está intentando cumplir con el acuerdo de no molestarme, pero es difícil hacer lo mismo de mi parte.

—¿De qué hablas? Estoy descansando—

Aunque nuestra relación mejoró bastante y ya podemos considerarnos amigos no puedo evitar llevarle la contraria de vez en cuando, eso le molesta mucho y es divertido molestarlo.

Él se para junto a mi.
—¿Estar observando el mar por la borda es descansar? —

— Lo es para mí —

Han pasado varios días desde el incidente en el que terminé herida y ya me siento bien, la herida ya no duele y se ha curado casi por completo. Me siento como nueva y ya estoy harta de estar acostada, pero tanto Eugeo como el capitán no dejan de decir que aún es muy pronto para salir de la cama.

Kazuto se cruza brazos pero no dice nada más, en su lugar observa conmigo en silencio el vaivén de las olas a nuestro alrededor.

Un pensamiento curioso cruza mi mente, algo que Eugeo mencionó cuando nos conocimos y ya que el capitán me contó su historia supongo que no está mal que le pregunte.

—Oye Kazuto—

—¿Si?—

—¿Cuál es el nombre real del barco?— pregunto. —Eugeo me dijo que barco fantasma no era su nombre —

Él me observa intrigado —¿Para qué quieres saber? —

—No sé— me encojo de hombros —curiosidad supongo—

Él sonríe y observa el horizonte con atención — Stacia— murmura —el nombre del barco era Stacia, como la diosa—

—Oh, jamás lo hubiera imaginado—

—Fue mi madre quien lo sugirió, dijo que algún día encontraría a mi Stacia y me llenaría con su luz, nunca entendí qué quiso decir con eso pero me pareció que era un buen nombre y a todos les gustó, así que así se quedó, hasta que todo el mundo nos olvidó y nos conocieron por un nombre diferente—

—Entiendo... me habría gustado verte en tus días de gloria— sonrío.

—No, no creo que te hubiera gustado, había muchas chicas detrás de mí y disfrutaba de la atención, habrías pensado que era un idiota— ríe

Ruedo mis ojos —eso ya lo creo y no tiene nada que ver con que seas un mujeriego pero gracias por el dato, tendré cuidado contigo —

Sus carcajadas me hacen sonreir es agradable verlo de buen humor.

—Extraño esos días, sabes—

—Apuesto a que sí, quién sabe a cuantas chicas le rompiste el corazón —

Eleva una ceja —no hablaba de las chicas —
Se queda en silencio, sus ojos perdidos en el horizonte, una sonrisa baila en su rostro, ríe y niega con la cabeza. —sí, definitivamente no hablaba de las chicas — me pregunto que estaba recordando, una sensación de molestia me invade, como que quiero golpearlo pero no sé por qué, sacudo mi cabeza e ignoro mis pensamientos poniéndole atención a sus palabras.

—Me refiero a que extraño esos días cuando navegar era divertido y ahora... Su sonrisa muere— es mi trabajo o mejor dicho, mi castigo—

Nos quedamos en silencio después de eso, ambos perdidos en nuestros pensamientos, pero cuando el silencio se hace demasiado y no puedo soportarlo más, decido romperlo cambiando de tema.

The Curse Of The Sea Queen.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora