𝕮𝖆𝖕𝖎́𝖙𝖚𝖑𝖔 𝕯𝖎𝖊𝖈𝖎𝖓𝖚𝖊𝖛𝖊

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—¡¡Asuna!! ¿¡Estás loca!? ¿¡Cómo se te ocurre!?— veo a Eugeo tirar de su cabello mientras me grita lo imprudente que soy una y otra vez.

—¿Qué? — me defiendo —Funcionó ¿No? —

—Sí, funcionó — repite Tieze con voz sombría — pero ahora tu estas ahí y nosotros aquí. No hay forma que podamos hacer lo que hiciste o al menos yo no puedo, recién aprendí a usar mis piernas jamás podré correr así —

—Tampoco creo poder y he usado mis piernas toda la vida — dice Alice cruzándose de brazos.

Oh ellas tiene razón, creo que tal vez no lo pensé muy bien.

—¡¡Eres una inconsciente, Kazuto va a matarme si alguna vez se entera!!— Eugeo sigue gritando al borde de la desesperación.

—¡Lo siento! — le grito de vuelta. —tenía que intentarlo —

—¿Y ahora qué? —pregunta Alice.

—Tal vez tenga una idea —dice Tieze — creo que podemos llegar de otra forma. Asuna quédate donde estás, buscaremos la forma para llegar hasta ti —

—¡Sí!— concuerda Eugeo —haremos un camino si es necesario. No hagas nada estúpido Asuna, espera por nosotros, por favor espéranos —

—Está bien— asiento — esperaré, lo haré. Ve tranquilo —

—De acuerdo, nos veremos ahí. No te muevas —

Ellos se van, desaparecen de mi vista pocos segundos después. 

El silencio me envuelve, tanto que es un poco aterrador. Aun sigo algo mareada por el veneno así que me alejo un poco de los hongos, no demasiado para no perderme pero si lo suficiente para evitar que las esporas me alcancen otra vez.

Me siento en el suelo apoyando mi espalda en un viejo árbol que nunca había visto antes, de hojas color amarillo y tronco ancho y áspero.

Aún me duele respirar y no me siento del todo normal. Espero que la sensación se quite con el tiempo y no sea una señal de que estoy muriendo lentamente.

De pronto, una luz, una pequeña bola de fuego azul aparece en mi visión. Luego otra y otra y otra formando un camino. ¿Me esta guiando acaso? ¿Debería ir? Sacudo mi cabeza le dije a Eugeo que los esperaría aquí, no puedo irme a investigar algo que puede ser otra trampa de este lugar. Ignoro la llama azul, cierro mis ojos y me concentro en respirar. Inhalo... Exhalo... Inhalo... Exhalo... Inh... 

"Asuna" susurra el viento con una voz que suena muy parecida a la de Kazuto. 

Abro mis ojos de golpe. 

No hay nadie aquí, es sólo esta estúpida isla. No voy a caer en la trampa, no otra vez. Cierro mis ojos y cuando voy a inhalar profundamente de nuevo. La voz me llama otra vez. 

"¡Asuna!" y en esta ocasión no tengo duda, es Kazuto, es su voz. Mis ojos lo buscan por todas partes sin éxito.

—¿Kazuto? ¿Eres tú de verdad? ¿Dónde estás? — me pongo de pie.

"Asuna" el murmullo continua. Las pequeñas llamas marcan el camino. El camino de donde proviene la voz.

Mi cerebro me grita que no escuche, que es una trampa ¿Pero y si no lo es? Mi corazón late desbocado, mi respiración se acelera. ¿Qué hago? ¿Qué hago?

Tengo miedo, miedo de no hacer lo correcto.

"Asuna"... "ayúdame." 

Eso es todo, sigo la voz corriendo por el camino que las llamas me indican. Todo el tiempo la voz continúa llamándome. Corro sintiendo que no voy lo suficientemente rápido, corro respirando entre jadeos, todavía me siento muy mal por el veneno pero no me detengo, sigo el camino hasta que choco de frente contra algo. El golpe es tan fuerte que me tira al suelo. 
Despacio me pongo de lado e intento ponerme de pie con mis extremidades temblando.

The Curse Of The Sea Queen.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora