𝕮𝖆𝖕𝖎́𝖙𝖚𝖑𝖔 𝕺𝖓𝖈𝖊

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Kazuto está evitándome, al principio yo también estuve evitándolo por estar demasiado avergonzada por el asunto del beso, pero luego pensé en que no podemos seguir así, no podemos cambiar lo que pasó, tenemos que enfrentarlo y hablar, pero él no me lo permite. Me pone a trabajar con Eugeo todo el día y ni siquiera hacemos nada importante y cada vez que intento hablar con él me evade, inventa alguna excusa para que no pueda hablarle. Pero ya fue suficiente, hablaremos de lo que pasó quiera o no.
Así que hago un plan, espero a que caiga la noche y luego, cuando todos duermen, me escabullo y voy a buscarlo obligándolo así a hablar conmigo, esta noche dejaremos las cosas claras, necesito saber si él se siente como yo, si tiene sentimientos por mi como yo por él o si de verdad el beso fue un error, ya que en todo lo que puedo pensar es en lo último que me dijo cuando nuestro momento se arruinó, y me molesto aún más.
"no puedo" ¿No puede? Resoplo ¿Qué significa que no puede? ¿Acaso no soy lo suficientemente buena para él o es que no quiere traicionar a su sirena? Creía que la odiaba pero tal vez me equivoqué, tal vez todo lo que dijo fue mentira.

Con ese pensamiento en mente camino hasta los alojamientos del capitán.
Todo está muy oscuro, casi no puedo ver, sólo la luz de la luna ilumina el barco, pero eso no me detiene.
Cuando llego a mi destino, abro la puerta de par en par pero no lo encuentro ahí, el camarote está a oscuras y la cama esta sin usar. El recuerdo de lo que pasó en este lugar hace mis mejillas arder pero no voy a ser una cobarde. No retrocederé ahora.

Me alejo del lugar y camino en silencio por la popa, hasta que escucho voces.
Son Eugeo y Kazuto, están hablando, casi murmurando. Sé que no debería espiarlos pero cuando escucho mi nombre todos los pensamientos sobre esto estando mal abandonan mi cabeza. Están hablando de mí ¿Cómo no escuchar?

Me escondo en las sombras tras varios barriles y velas viejas y escucho con atención.
Me asomo con cautela tratando de verlos. Primero veo a Eugeo, está de pie con los brazos cruzados, de espaldas a él e inclinado sobre la borda está Kazuto.

—¿Sabe de Asuna?— pregunta Eugeo. Supongo que habla de la sirena.

—No, pero si se enteró de los dos marineros, ya sabes, los que hirieron a Asuna— Kazuto suena algo inquieto.

—¿Y qué le dijiste?—

El capitán se encoge de hombros —que es mi tripulación y no tengo que darle explicaciones sobre lo que hago en mi barco—

Eugeo inclina la cabeza —¿Fue suficiente? ¿No sospecha nada?—

Kazuto resopla —no lo sé, con ella nunca puedes estar seguro de nada—

—Si,es verdad, pero quizás por ahora estamos a salvo… ¿Y qué fue lo que pasó con Asuna? Y no digas nada, es obvio que algo pasó entre ambos, has estado evitándola y eso la tiene de muy mal humor debo agregar —

Siento como el calor cubre mis mejillas. Esto es tan vergonzoso.

—Crucé la línea eso pasó— un escalofrío recorre mi espalda.

—¿A qué te refieres?—

—¡La besé Eugeo, la besé y todo se complicó! Ahora quiero cosas que no... Que no son posibles —

Eugeo pierde su estado de tranquilidad, todo él luce en tensión —espera, entonces tu...

El capitán se da la vuelta quedando frente a frente con Eugeo. —no, sigue estando igual, nada ha cambiado, es incluso más doloroso ahora—

—¿Y como lo soportaste sin que el dolor te dejara inconsciente?—

¿Pero de qué está hablando? ¿Dolor?

—Trato de ignorarlo lo más que puedo, si no pienso en ello es más fácil soportarlo—

Eugeo niega —es peligroso, podría matarte —

The Curse Of The Sea Queen.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora