Paraíso perdido.
Estamos condenados.
No supimos crear el olvido.
—Hola. —saludé, alzando la mano con una media sonrisa.
—Hey. —soltó una pequeña risita de manera nerviosa mientras salía de la habitación— ¿Qué pasa, Calle?
—¿Puedo hablar contigo por un minuto? —desvié la mirada, balanceando mi cuerpo de un lado a otro, inflando ligeramente las mejillas.
—Mh, claro, pasa. —abrió de nuevo la puerta, entrando ella primero. Al parecer había olvidado los modales de "caballerosidad" que tanto presumía. Sonreí a medias, caminando detrás de ella— ¿De qué querías hablar?
—Uh, bueno... —me encogí de hombros, y una vez que se dio la vuelta para mirarme, desvié la mirada hacia el suelo. No tenía idea de cómo empezar a explicarle todo lo que pasaba por mi mente, y no había otra manera de hacérselo saber. Mis gestos son muy vagos y a veces no se notan para nada.
—¿Vas a responder a mi proposición? —agregó, facilitándome las cosas. Su mirada permanecía nerviosa, pero sus labios esbozaron una de esas sonrisas coquetas que tanto le gustaba hacer.
—Algo así. —admití, soltando un suspiro. Caminé un poco para sentarme en la orilla de la fría y nívea cama— Y la respuesta es un... No. —Isa se había sentado a mi lado, y la sonrisilla altanera que la caracterizaba tanto se había borrado poco a poco conforme yo hablaba— Y no es por eso que dicen que volver con tu ex es como comerte de nuevo tu mierda, no, no es por eso, es sólo que creo que las cosas no van a ser como lo eran antes, quizá empeoren, y yo no quiero eso, creo que esta vez no lo soportaría. Prefiero que las cosas se queden así, es lo mejor, o eso creo, ya sabes...
El chirrido de la puerta del baño interrumpió mi incoherente explicación.
Una sombra se acercaba con pasos pequeños, pacientes, silenciosos hacia nosotras. La sombra se humanizó cada vez más hasta hallarle la forma de una mujer.
Una mujer desnuda, únicamente envuelta en una toalla blanca, al igual que su cabello. Al estar frente a nosotras, sonrió de manera confusa, esperando una explicación sin hablar; sus ojos cafés eran mucho más expresivos que los míos. Podía notar lo confundida que estaba con sólo mirarle a los ojos, y el enojo que se iba acrecentando en su mirada.
—Vero. —dijo Isa, poniéndose de pie— Ella es...
—Una amiga. —comencé a comprender la situación. La chica había estado con ella. Comencé a sentirme comprimida— Quería invitar a Isa por hamburguesas, ¿recuerdas? Como la última vez. —Sonreí un poco— Pero veo que estás ocupada, así que te veré después, ¿de acuerdo? —aunque ambas sabíamos que yo no volvería a hablarle. Esta sería la última vez que la vería, o al menos eso esperaba.
Salí de la habitación con rapidez, ya que no quería estar en ese ambiente tan incómodo, pero la castaña me siguió y tomó mi brazo.
—Daniela,esto no es...—Lo que crees. —finalicé— Búscate otra mejor excusa. —desvió la mirada, sin saber qué más decir— Tranquila, no estoy enojada. Estoy, de alguna manera, aliviada. He tomado la decisión correcta.
—Yo no lo habría hecho si me hubieras aceptado desde el principio. —espetó.
—Calma, no te estoy culpando de nada, no éramos más que amigas. —mi voz estaba impasible, no sabía exactamente qué sentir— Ve con Vero o se hará "ideas equivocadas" acerca de nosotras. —y al finalizar, me di la vuelta y caminé hacia las escaleras, ya que esperar el ascensor sería muy incómodo.
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Cold Coffe--Caché
FanfictionDaniela Calle un usuario con el corazón roto y lo único que hace es publicar cosas absurdas y melancólicas de poemas o páginas deprimentes en una cuenta falsa "Cold Coffe". Se encuentra en plena crisis existencial cuando de repente recibe un mensaje...