Cold Coffe--Caché

26. Fin.

Isabella.

Quería arreglar las cosas, pero me di cuenta de que no estoy hecha para ser feliz.

No quiero victimizarme, porque sé que lo que hice fue una completa estupidez, pero, vamos, Calle aún no me aceptaba y yo tenía necesidades. (Quizá sabía muy en el fondo que terminaría eligiendo a esta tal Poché). Y Verónica era... Nada. No suspiro cuando pienso en ella ni mi corazón duele cuando no está. De hecho, nos conocimos en una mierdosa aplicación para lesbianas feas y desesperadas.

A veces pienso que tal vez, si nos hubiéramos conocido en tiempos diferentes, ahora mismo estaríamos juntas. Lo sé, porque ambas somos geniales, y  es aún más genial y buena de lo que alguna vez yo seré. La adoro muchísimo. Es de esas personas que no puedes olvidar aunque quieras, y que su recuerdo siempre quedará guardado en tu corazón.

Porque ahora sólo será eso: Recuerdos. Y creo que está mejor así. Yo sé que cuando ella piense en mí, sonreirá, y yo haré lo mismo, porque seguiremos unidas al pasado que vivimos juntas, a pesar de ya no hablar más.

Daniela.

Antes de terminar esto, quiero describir lo que Isa fue para mí desde que la conocí hasta ahora: Dolor.

Y no hablo como resentida, porque ya no lo soy más. Isa fue todas las clases de dolor que pude experimentar en mi vida. A veces me dolía la cabeza por pensar en qué responderle; otras veces me dolía el estómago por esperar sus larguísimas respuestas. Siempre emocionada; ese era un buen dolor.

Cuando terminamos, el dolor en el pecho crecía y no se dignaba a desaparecer...

Mi Isa, quizá si hubiera sido menos egoísta aún estaríamos juntas, y haríamos todas esas cosas que nos encantaba hacer. Nunca supe entenderla del todo, y es que de un momento a otro se deprimía y escapaba y no sabía qué hacer. Debí buscarte más, Isa, debí saber comprenderte y quererte a pesar de todo.
Pero era una niña en ese entonces, te quería sólo para mí y no sabía que sufrías tanto.

Lo siento tanto, Isa. Pero ambas somos culpables de muchas cosas, algunas que ya no se pueden remediar.

"Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise", observo con atención esta frase de Neruda. Aunque sé que todavía la quiero, pero no de la misma manera. La quiero  muchísimo, pero es un amor lejano, algo que me hará sonreír cuando no tenga ánimos de hacerlo, pues ella fue una de las mejores personas que pude llegar a conocer en toda mi mísera vida.

Sus chistes, sus canciones, su voz. . . Todo de ella me sigue pareciendo increíble, porque es increíble. Es como una clase de Barbie porque puede hacer de todo. Siempre me sorprendía y la admiro muchísimo aún.

No voy a olvidarla, pero sí seguiré adelante, porque eso es lo que hará ella, y está bien y es sano para ambas. Aferrarse al pasado no sirve de nada, querer que las cosas sean como antes fueron tampoco sirve de nada. No puedes regresar el tiempo, ni hacer que una persona sienta lo mismo que sintió antes. Las personas cambian, para bien o para mal. Y no podemos hacer nada para remediarlo.

Han pasado un par de meses desde que deje a Isa para siempre y desde que decidí darle una oportunidad a mi bajita peli azul.

Y ahora pienso todo esto mientras escucho la respiración de Poché a mi lado. Hoy se quedó a dormir en mi habitación, no daré detalles, pero pensar en ella me hace feliz, en su cabello azul, en su risa y su voz, todo en ella me hace feliz, es tan buena en todo lo que hace, absolutamente en todo, de verdad me estoy empezando a enamorar perdidamente de esta chica y es algo que me encanta. Así que es momento de dejar ir a Isa, y seguir adelante, como si nada importara, ya lloré mucho como para ahogar el resentimiento.
Estoy bien, voy a estar bien. Lo prometo.

Isabella fue mi ayer, Poché es mí presente.

Es un muy buen presente.

[...]

N/A: TERMINÓ, TODO SE TERMINÓ.

De verdad muchas gracias por todo el apoyo que le dieron a la historia, se que es algo corta pero es la primera vez que escribo y no creí que les fuera a gustar, gracias.

Nos leemos pronto.