Bellas Esperanzas

Capitulo XIII

Cuando Robert Havisham supo del acercamiento entre la viuda Condesa y su hermano, no sabia muy bien como reaccionar. No pensaba, que su hermano fuera capaz de superar la muerte de su esposa. Lo había visto sufrir por años, no creyó que pudiera seguir adelante en el aspecto amoroso y menos volver a contraer nupcias y menos con una mujer como Beatriz, que distaba mucho de ser una florcita inocente.

Beatriz era una mujer fría y seductora que se movía como pez en el agua entre la alta sociedad londinense, había sido criada para ser venerada y su hermano no era un idolatra de mujeres. Amaba su espacio, sus estudios y la ciencia, por sobre todas las cosas, incluso por encima de la difunta Eleonor.

Por su parte Robert había puesto sus ojos en la dulce señorita Smith que se paseaba esa mañana soleada por el jardín de la casa. Ella y su sobrina estaban sentadas en una banca, en la que leían un libro. Robert no podía dejar de contemplar la belleza de esa mujer, con un vestuario opaco y sin gracia (el traje habitual de una institutriz) a pesar de ese inconveniente. El podía notar, que eso no lograba disminuir su hermosura, que era arrebatadora. Su largo y ondulado cabello cobre parecía flamear con los rayos del sol y su piel, su cremosa piel, brillaba. Era perfecta y deseaba poder retratarla; era como esos ángeles que había contemplado en las diferentes obras de arte que descubrió por su travesía en Italia.

Catherine parecía disfrutar de la mañana soleada junto con su pupila. Pero por dentro no podía dejar de pensar en que esa noche Lord Havisham, traería a la Condesa a cenar. En silencio, sufría por un hombre que sabia que nunca seria suyo, la desesperanza la abrumaba, jamás se había sentido así. Emily una de las doncellas, se acercaba en su dirección, para informarle que el Lord la solicitaba en su despacho. Catherine indecisa, dejo a Jane con la doncella y llena de nerviosismo, ingreso a la casa para dirigirse donde se encontraba el dueño de sus pensamientos.

Daniel había regresado durante la madrugada a Londres. Después de unos meses de trabajo arduo con su administrador y los inquilinos. Hace unas horas se había levantado y se encerró en su despacho a trabajar. Cuando los rayos del sol comenzaron a filtrarse al interior, tomo un descanso de su trabajo, para contemplar el jardín, miro el cielo que después de meses se encontraba despejado, luego observo los árboles.hasta que su mirada se concentro en una banca, en la esquina del jardín primero diviso a su querida Jane -que reía a carcajadas- hace mucho tiempo que no la veía sonreír así y quiso saber quien provocaba tanta felicidad en la pequeña... sus ojos se posaron en la mujer que la acompañaba en la banca, esa mujer que lo desconcertaba constantemente. La señorita Smith estaba con ella, sonriendo, con un libro en sus manos. Volvía a quedar maravillado con su belleza y su juventud. Podía ver como se divertía con su hija y el cariño mutuo que se profesaban, quería hablar con ella, quería tenerla cerca. Así que contrario a lo que era correcto, llamo a una de las doncellas, para que fuera a buscar a Catherine y la citara ante su presencia.

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