Desperté esta mañana realmente asustada. Yo había... Yo había tenido aquel sueño de nuevo, no, no había tenido ese sueño nuevamente. Lo había recordado... Había recordado la manera en que "Ese" individuo había tomado mi mano por primera vez para acercarse temeroso con perlas de sudor recorriendo su frente mientas cerraba aquellos ojos que en algún momento me hicieron derretirme por el, para luego besarme con ternura. Un beso que a lo mucho debió de haber durado 4 segundos si mi memoria no me falla. Para luego alzar mi barbilla con su dedo índice y mirarme fijamente a mi rostro que en algún momento fue bello
Y decirme con su tierna y dulce voz que ahora me hace querer llorar.
ーMe gustas Jane, Me gustas mucho.
Golpeaba las paredes tratando de cerrar mis pensamientos a la estúpida y retorcida idea de que mis sentimientos por Jeffrey siguieran ahí. Pero por más que lo ocultara y mintiera yo lo sabía. Sabía que el asesino de mis padres... Seguía atrayéndome... Seguía gustándome y amándolo como siempre.
Sacudí mi cabeza en un intento de olvidar los recuerdos y volver a la realidad. Mire hacia el costado derecho al lado de mi cama donde habitaba mi máscara. Con la cual me ocultaba desde que mi rostro fue brutalmente quemado al igual que mi cabello. Han pasado los años, hace meses me convertí legalmente en adulta. Pero ¿Quien va a molestarse en saber la edad de una asesina? Nadie con las casillas en su lugar, supongo. Desde aquel incidente mi rostro se curó con naturalidad, pero claro que no volvió a ser el mismo. A pesar de todo seguía tan blanco como si fuese nieve. Las quemaduras habían desaparecido y con el tiempo las marcas igual. Mientras tanto mi cabello había crecido pero por extrañas razones que no eh de conocerá no volvió a ser de el bello marrón que era antes. Era un negro tan oscuro como la noche y había crecido lo suficiente como para alcanzar mis caderas, estaba maltratado pero no me podía dar el lujo de arreglarlo de la marea en que vivía: Con el dinero que recolectaba de las víctimas que asesina sin piedad con mi locura de buscar a Jeff, la cual me hacia imaginar en momentos que lo tenía enfrente y atacar a inocentes personas que no tenía que haber pagado mi venganza de manera tan despiadada. El dinero que recogía no era un problema en realidad. Siempre tomaba lo que fuese necesario, y pues... Ya que mis cabales estaban salidos de sus casillas tomaba la ropa de tiendas en las noches, lo mismos con el calzado, los alimentos. Todo lo que era necesario. Vivía en lo que antes era una casa abandonada a las afueras de una ciudad cuyo nombre no tengo ganas de mencionar. Parecía inhabitable a simple vista pero por dentro no estaba tan mal. Tenía la estructura confortable, Era pequeña y acogedora y son más preámbulos decidí quedarme allí un breve tiempo que se convirtió en años, hasta que pude llamarlo hogar. Como está en una zona donde nadie entra (Y nunca entrara por estar a mediados de un bosque) nunca he tenido problemas con el resto de la personas.
Mientras mis manos seguían lavando con un delicado cuidado mi cuerpo en la bañera seguía pensando en el paradero de Jeff. Por más desquiciado y cierto que fuese teníamos una manera de comunicarnos... Una tétrica manera de comunicación que consistía en dejar notas clavadas justo en el pecho de la víctima. Era fácil descubrir sus escritos. Siempre tan sombrío y desconsiderado. Que pronto se volvió nuestro correo. Habíamos tenido enfrentamientos en que terminábamos heridos pero nunca muertos.
Al terminar mi bañó comencé a vestirme mientras veía el sol salir tímidamente. Tenía que esperar a que anocheciera para poder salir y disfrutar de el aire fresco que te daba el bosque, tal cual me hacia recordar al que había detrás del colegio donde por primera vez bese a Jeffrey. Y así pasaron horas y horas hasta que vi que el sol volvía a ocultarse después de un largo día y aparecía nuevamente mi compañera: La luna. La cómplice que veía mis delitos, mi única acompañante en esas noches en las que necesitaba un abrazo que ya nadie podía otorgarme. Salí lo cuando me asegure que era suficientemente oscuro para que nadie pudiese distinguirme, estaba equipada con un cuchillo oculto entre las medias negras que poseía debajo de un vestido del mismo color.
Todo era tan pacífico hasta que llegue al otro lado del bosque siguiendo rastros de sangre que podía observar en el suelo guiándome más y nada menos que a una cabaña, pequeña y aparentemente aislada de todo. Incluso deberé admitir que lo estaba mucho más que la mía. Me sorprendió ver la gran fogata que se había consumido con anterioridad cerca de la Cabaña tenía toda la pinta de haber sido apagada hace poco tiempo, las cenizas seguían brotando dejando ver objetos blancos, deformados y con cavidades... Era huesos, no sólo eso. Eran cadáveres siendo incinerado para ocultar huellas. Estaba impresionada y atemorizada al mismo tiempo. Me acerques la ventana con intenciones de ver quien era el asesino o sobreviviente o cualquier cosa viviente dentro de aquel lugar, pero sólo pude observar a una figura que se me hacia muy familiar, con un largo cabello negro que parecía llegar hasta más allá de su zona dorsal. Se hecho a reír con un maniático mientras dejaba caer a un cadáver más al suelo que parecía tener una lujosa alfombra de personas asesinadas.
ー Go to sleep...
Después de escuchar estas palabras mis ojos se abrieron como platos ante la presencia de un gran asesino el cual se volteó y con aire de fanfarrón dirigió sus palabras hacia mí.
- Oh Jane, has venido a visitarme...
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¿Enemigos? (JeffxJane the killer)
Fanfiction¿Han pensado alguna vez que paso antes del accidente? Antes de que la locura invadiera los pensamientos de Jeff paso algo entre los asesinos más conocidos y por ello ninguno a podido acabar con el otro. Pero... ¿Qué es eso que hace imposible llevar...