Stark, no eres mi tipo

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De un momento a otro en el gran complejo volvieron a sonar las alarmas. Según F.R.I.D.A.Y alguien había irrumpido en la zona cubierta de los aerodeslizadores.

Todos los vengadores, menos el Dios, que estaba en su mundo, y la viuda, que tenía una misión, estaban listos para atacar cuando vieron quienes eran los intrusos. O más bien las intrusas.

Los que no volaban del equipo habían ido por diferentes rutas al hangar con el objetivo de poder rodear al enemigo si fuese necesario. Stark se había puesto el traje en tiempo récord y había atravesado una de las ventanas para acceder, Visión simplemente había atravesado la pared y Falcon revisaba el perímetro exterior. Incluso Banner estaba al pendiente de todo desde su laboratorio.

-Te dije que no era buena idea aparecerse sin avisar- Dijo la sokoviana mientras intentaba secar un poco su chaqueta. Fuera había estallado una fuerte tormenta y parecía que las había alcanzado.

-Y yo te dije que no pensaba estar hora y media en un coche solo para salir de la ciudad-dije deshaciéndome la coleta para exprimir un poco mi pelo.

-Bienvenida a mi mundo- dijo acercándose a lo que se asemejaba a tarta de fresa voladora. Era una especie de tío flotante del color de la frambuesa y que tenía un piercing del tamaño de mi puño en la frente. Espera, eso no era un piercing. ¿Tenía un pedrolo incrustado en la cabeza? Pero que clase de gente es esta.

-No te lo has creído ni tú- Dije quitándome la chaqueta para acto seguido sacudirla y separar las moléculas de agua. Me la volví a poner totalmente seca, dejando de paso un charco en el suelo.- Soy claustrofóbica; mejor vete tú acostumbrando a que yo me muevo mucho más rápido de lo habitual.

Ella hizo un ligero volteo de ojos, como si esa misma frase se la hubiesen repetido más veces de las que deberían. Yo en cambio, me paré a detallar la sala.

Justo enfrente estaba el ricachón que no tenía otra cosa que hacer que vestirse de lata de sardinas. Parecía confundido, como si no supiese que hacer en esta situación, si apuntarme con su mano-linterna o presentarse. Justo detrás tenía al granizado andante, con su escudo colgado de su mano buena pero sin traje.

Desde las alturas, junto a la escalera que daba a la planta me apuntaba el aguilucho. Me miraba fijamente, como si detallase cada uno de mis movimientos. Sam acababa de entrar por la misma cristalera rota por la que había aparecido Terminator.

-Todo despejado fuera.- dijo quitándose sus gafas de lentes rojas y fijándose en nosotras.-Wanda, llevamos intentando contactar contigo toda la tarde.

-Estaba fuera de cobertura- dijo con una inocencia en los ojos más falsa que el bronceado de Trump.

-Si, extrañamente en mi casa la cobertura es pésima.- dije encogiéndome de hombros y poniendo cara de perrito.

-¿Y en ningún momento se te pudo ocurrir que podríamos estar preocupados?- le replicó esta vez en capiestalactita.

Hice una mueca, que era esto, ¿un tercer grado? Por Thor, Dios o el marcianito verde que esté en las alturas.

-¿Qué es esto?¿Preescolar? Que tiene 22 años, viejales- le dije al soldadito de plomo mientras este me miraba como si le hubiesen metido el mástil de la bandera por el culo.- Se fue conmigo, y tenéis mis horarios, por lo que sabréis que sin universidad y con el diluvio no la iba a sacar a pasear como a Fury.

-Me gusta esta chica-Dijo Stark mientras se sacaba la máscara de la cara y se acercaba con la mano alzada- Tony Stark, pero me conocen como Ironman, pero tú puedes llamarme como quieras- Eso lo dijo con esa típica sonrisa torcida que embaucaría a muchas.

-Para el carro, hojalata- dije empujándolo un poco. Estaba perturbando mi tan preciado espacio vital.- Tú y yo no jugamos en la misma liga.

-¡Oh!¡Qué mona! Cielo, no te sientas cohibida por el dine. . .-y lo interrumpieron mis carcajadas.

-¿Yoo-oo?¿Coohi-bbida?- Cada vez me reía más alto.- Por mí podrías ser el rey de España o el conserje de mi universidad que te echaría la misma cuenta-

-Bueno, tampoco es para ofender- dijo él con mueca amarga.

Puse los ojos en blanco y me puse a su lado señalándole para que se pusiese a mi altura. Acto seguido le susurré para que nadie más me escuchase.- Wanda tiene más oportunidades de atraerme que todos ustedes juntos.

Él frunció el ceño no comprendiendo al principio, hasta que sus pequeñas neuronas empezaron a trabajar y puso su boca en O.

-Definitivamente tienes que estar en el equipo- dijo poniendo su brazo metalizado sobre mi hombro. ¿Tanto le costaba entender que quería mi espacio? Este chico no entiende las indirectas, pero aún así no aparté su brazo por cortesía. Él intentaba ser agradable y yo no podía andar haciendo tensiones tan rápido.

-Stark- lo llamó serio el capitán- Esto no es un juego. Pudo pasarle algo por su imprudencia- Dijo cruzándose de brazos- Y para colmo, vuelve sin avisar y asustando a todos con las alarmas-

-En mi defensa, diré que no sabía donde íbamos a aparecer exactamente- Dijo Wanda cruzándose de brazos, copiando la pose del capitán.

El Capi parecía tener ganas de replicarle, pero por llamado divino, Fury decidió hacer acto de presencia. Iba acompañado de su Chofer-guardaespaldas morena y había vuelto a intercambiar las gafas por su menos sutil parche negro. Me pregunto como se vería con uno blanco.

-Señorita Maximoff, es un alivio tenerla otra vez con nosotros-dijo apoyándose en la baranda antes de las escaleras. A unos metros del pajarillo, que al parecer estaba entretenido, ya que había dejad el arma y las flechas a un lado para mirar la escena sentado en el suelo y con las piernas colgando de la plataforma de metal.- En cuanto a usted, señorita Howell, no esperaba verla tan pronto.

-Ni yo a usted, pirata- dije con una tranquilidad que hizo reír a todos, incluso al capirucho- pero el equipo de vigilancia que me puso esta mañana me dejó tan alagada, que tenía que venir a darle las gracias en persona.

-Ya me contaron que tardó poco en pillarlos- dijo forzando una pequeña mueca para disimular la risa.- Y que además, hizo amistades por el camino.

-Si bueno, que puedo decir, soy una caja de sorpresas- me crucé brazos y alcé los hombros, deshaciéndome de paso del brazo de Stark.

-Si, eso me han dicho- dijo riéndose esta vez de verdad- ¿Ya ha tomado la decisión?

-Sí, pero antes de hacerlo público necesito hablar con alguien- Dije apartándome del playboy para acercarme a la brujita.

-Me voy, aún me espera una larga noche por delante- dije dándole la mano. Ella la aceptó con gusto para jalarme y recibirme entre sus brazos en un cálido abrazo.

-Si necesitas hablar con alguien después, te he dejado mi número en tu mesilla de noche- me susurró en el oído.

-Gracias- dije apartándome de ella- y recuerda, lo que se dice en casa, de ella no sale.

-Se queda junto a los cuerpo del sótano- dijo sonriendo.

-¡Sí!, esa es mi chica- dije señalándola con mis manos en forma de pistola. Terminé de bromear y me giré al resto.- Ha sido un placer conocerlos, pero tengo que irme ya o perderé el tren.- dije señalando el reloj de mi muñeca.

Hice una reverencia con los brazos extendido a los lados y hice mi salida dramática dejándome caer en cruz.

No llegué a tocar el frio suelo del complejo cuando ya estaba tocando mi suave colcha sobre la cama.

Pero no me relajé dado que escuché la puerta de la casa cerrarse y una voz me llamó desde el salón.

-Kat, mo nèamh, ya estoy en casa-

Ashlynn (Natasha Romanoff x Chica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora