Ashlynn (Natasha Romanoff x Chica)

Adiós, fajitas, adiós

-Creo que nos hemos pasado con el picante- dijo Wanda mientras hacía caras raras después de oler el relleno para fajitas.

-Ño mew diglas (No me digas)- dije aún tomando agua directamente del grifo. Sentía que la lengua se me iba a caer a trozos por culpa del ardor.

Era viernes y, para mi mala suerte, nos tocaba cocinar a Wanda y a mí. No es que nos quejásemos, ya que la mayoría también tenía un día en el que le tocaba la cocina, pero entiéndanme, soy un desastre en lo culinario. Lo único que no salía ardiendo en mi presencia era el chocolate caliente, y tenía la teoría de que era por que hasta un niño sería capaz de calentar la leche y echarle los polvitos.

-¿Por que Stark puede comprar hamburguesas y nosotras no?- le pregunté a la morena que se desvivía para que el pollo, que aún no se había quemado, no se pegase.

-Porque él tiene un chofer que se lo trae a la base y nosotras no podemos desaparecer durante horas para ocuparnos de la cena- dijo mientras quitaba la sartén del fuego para darse por vencida.

-¿No podemos estar fuera de la base dos horas pero si perder el tiempo haciendo comida para todos?- pregunté intentando hacer algo con el potingue de la sartén.

-Mientras estemos en el complejo por si hay alguna emergencia, está bien- dijo limpiándose las manos bajo el agua. Yo me fui a la nevera para coger un cartón de zumo, la boca la seguía teniendo irritada.

Wanda levantó la mirada al gran reloj de pared para chistar con la boca.- Faltan 7 minutos para la hora de la cena. No nos da tiempo para hacer nada.

Justo cuando ella dijo eso se me ocurrió algo. No nos da tiempo a cocinar, pero para hacer algo sí.

-¿Quien dijo que teníamos que cocinarlo todo?- le pregunté con una sonrisa comparable a la del gato se Alicia en el País de las Maravillas.

Cogí lo poco salvable que había en la sartén y lo dividí echándolo en los dos grandes cuencos para repartir. Puse una de mis manos sobre cada uno de ellos y me concentré en lo que quería. Primero me concentré en reparar las quemaduras de la comida, hidratando las verduras a nivel moléculas para devolverlas a su estado anterior a antes de que se quemasen, y al pollo le devolví el tono dorado que en su momento nos dio tanta alegría conseguir, hasta que se puso negro.

Una vez estuvo reparado, me concentré en duplicar las células de los componentes de ambos recipientes hasta que estos estuvieron hasta arriba. Suficiente para alimentar a todo el equipo.

-Pienso pedirte como compañera de tareas siempre que pueda- dijo cogiendo un tenedor para probar el resultado. Yo me senté en las sillas de la barra, orgullosa de mi trabajo. - Sigue estando algo picante, pero para mi gusto está estupendo.- dijo mientras masticaba su bocado.

-Entonces solo queda poner la mesa- dije mientras me levantaba, pero Wanda me detuvo antes de que pudiese coger los platos de la alacena.

-Tú has salvado la comida, déjame que yo me encargue de la mesa.- Acto seguido movió sus manos para que sus poderes hiciesen el trabajo por nosotras.

El poder de Wanda era sorprendente. Ver como los platos, vasos y cubiertos se colocaban solos desde esas nubes rojas de puro poder era fascinante.

Cuando dieron exactamente las 2:30, Thor entró al gran comedor donde estaba todo dispuesto y se quedó de piedra al ver la comida perfectamente preparada y en su sitio. Lo mismo pasó cuando los demás llegaron.

El primero en inclinarse desde su asiento a mirar los cuencos fue Clint. Nosotras aún no nos habíamos sentado porque estábamos sirviendo las bebidas.