Espero que estéis disfrutando de estos días de inspiración.
Con mucho amor,
ALEX
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-Me siento inútil- dije mientras me jalaba del pelo.
Era cerca de medianoche. Después de una cena donde todo el mundo (hasta los niños) se habían reído de mí, me sentía con el animo por los suelos.
Steve me había traído en brazos hasta la habitación después de que Tony lo intentase y casi me matase por segunda vez en la noche. Así que después de lavarme los dientes con ayuda de Nat, había acabado tirada encima de la cama con la pierna derecha envuelta en una venda elástica, cortesía del doctor Banner, y con una compresa helada en la zona del tobillo.
Había pasado de rotura astillada a fisura, pero eso no quitaba el echo de que me palpitaba como si tuviese un corazón latiéndome en el pie. Alguien había insistido en que me tomase un calmante pero me había negado. Odiaba la sensación de adormecimiento y el sabor amargo en el paladar que te dejaban.
-No efes inúfil (eres inútil)- dijo la pelirroja, asomándose desde la puerta abierta del baño con el cepillo de dientes en la boca. Ahora era su turno de asearse.- Solo estás temporalmente fuera de juego. Mañana te despertarás como nueva.
Me incorporé un poco alzándome con los codos para poder mirar a la pelirroja mientras se movía por el baño-Dudo mucho que una noche de sueño arregle un ego destrozado.
-Te sorprendería lo que se puede hacer en una noche- salió del cuarto de baño apagando la luz a sus espaldas y dejando que fuesen las lamparitas de las mesitas de noche las que iluminasen levemente la estancia.- Incluso en menos.
Alya gateó por la cama hasta llegar a mi altura para darme un beso en los labios. El ambiente se estaba caldeando rápidamente pero me había echo a mí misma una promesa que no podía romper por un calentón.
Sus caricias subían tan rápido de tono, que para cuando quise darme cuenta ya la tenía a horcajadas sobre mí y me había desabrochado los broches delanteros del peto. Vamos, que se estaba deshaciendo rápidamente de todo lo que se le pusiese por delante. Dios quiera que no me tire a mí de la cama cuando le de la noticia.
-Nat, espera, vas muy deprisa- intenté apartarla un poco para poder mirarla a la cara. Ella dejó de buscar mis labios para levantarse y quedar sentada sobre mi cadera. Podía ser el acto más inocente del mundo, pero no me lo estaba poniendo nada fácil.- Tengo que contarte algo antes.
-Pensé que también lo querías- dijo mientras me fruncía levemente su entrecejo. Era casi imperceptible, pero un gesto muy reconocible en ella. Solía hacerlo cuando aún le faltaban piezas de un puzle por resolver. Era su forma sutil de mostrar que estaba un poco desconcertada y eso me encantaba.
Sabía que tenía una muy lograda cara de poker, pero por alguna razón que ha día de hoy no comprendo, Nat nunca la había usado conmigo. Me ofrecía sonrisas perladas y sonrojos disimulados cuando todo empezó, y aunque medía las reacciones, nunca las anulaba. Sospechaba que era por como la habían educado.
Pasar tanto tiempo con personas neutras la había cambiado en lo más profundo de su ser, pero eso no evitaba que hubiese encontrado personas con las que romper todas las barreras, aunque estas solo tapasen pequeñas estrellas en la pupila y un entrecejo más fruncido de lo normal.
-Y es lo que más quiero después de lo de esta mañana- dije mientras alargaba la mano para meterle el pelo tras su oreja izquierda. La luz le incidía directamente en la cara por lo que ninguna sombra tapaba su acaramelada piel. Un color en el que perderse para nunca volver, o al menos eso quisiera hacer yo.- Créeme cuando te digo que he deseado todo el día tener un rato a solas contigo.
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Ashlynn (Natasha Romanoff x Chica)
FanfictionKat no es una chica normal. El violeta de sus ojos la delatan. Sin ella saberlo, ha vivido toda su vida en una mentira. Tras un accidente poco corriente, Kate se empieza a meter sucesivamente en problemas hasta acabar en donde su mundo dará un vuelc...