A la luz de las velas

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No me voy a molestar en poner avisos por que después os los pasáis por el forro, solo deciros que en este capítulo hay Smut.

Con mucho amor y perversión,

ALEX

Posdata: Se lo quiero dedicar a una amiga muy pervertida, @_mary_lupin_ que cumplió añitos hace relativamente poco. Te quiero, perve.

Posdata 2: Tengo una amiga DreamWistful que no está convencida de si leerse esta historia. A ver si me la convencen en comentarios. L@s Quiero.

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-Claro que lo soy- dije correspondiéndole al beso.- Soy una Howell.

- Howell-Stark - se burló la pelirroja.

-¿Tú también estas con eso?- separé mi rostro del suyo, soltando la unión de nuestras manos para cruzarme de brazos sobre el pecho. Me estaban entrando unas ganas inmensas de apartarme y dejarla con el calentón cada vez que me ponía el apellido del barba de chivo. ¡Soy una Howell!- Estas a punto de irte directamente a la cama sin ningún tipo de toque o roce íntimo de mi parte.

- Ah, no. De eso nada- la pelirroja me agarró el mentón para volver a atraer mis labios a la miel escondida en los suyos. Me era imposible molestarme con la rusa, al final, siempre caía en sus redes por culpa de las constelaciones grabadas en sus iris.

Pegué su torso al mío y ella me alzó de las caderas para subirme sobre su regazo, creando en el proceso un pequeño desnivel entre ambas y obligándome a encorvarme un poco.

Ella pareció disfrutar la postura, ya que tan pronto se libró del beso voraz empezó a subirme la camiseta para intentar acceder a mi busto. Iba a toparse con la sorpresa demasiado pronto pero no podía evitarlo. Nat sabía a la perfección como me hacía temblar cada vez que subía la presión de sus manos sobre mus glúteos. La cabrona lo tenía todo calculado.

Alya fue subiendo poco a poco las manos hasta toparse con algo extraño. Estaba más que acostumbrada a verme sin sujetador o con los deportivos, pero creo que no estaba para nada preparada para el encaje fino con el que se topó.

Le sonreí ladinamente cuando la vi observarme analíticamente. Podía ver la pequeña llama del deseo prenderse en sus ojos, y una parte de mí estaba bailando la macarena orgullosa por la idea. Ella se apresuró a levantar un poco la abertura inferior de la camiseta y meter la cabeza dentro, dejándome solo ver el bulto que hacia justo a la altura de mis pechos. Apoyé la cabeza sobre la suya tapada y besé donde supuse que estaba la coronilla, ella estaba demasiado absorta en lo que quiera que estaba haciendo. Estaba por llamarla pervertida cuando noté que me mordía la parte expuesta de uno de mis pechos.

Me mordí el labio para evitar soltar un improperio. No iba a darle el gusto.

Contuve la respiración cuando noté que me alzaba aún con las piernas al rededor de su cintura. Esta era una posición muy injusta ya que la pelirroja tenia mi culo en bandeja para todos los apretones que le diesen la gana, y mejor no mencionemos mis pechos. ¡¿Y yo que tengo?! Nada, por que la señora tiene la cabeza dentro de mi camiseta y desde aquí o me ponía a pegarle cabezazos o le hacía la espalda trizas a arañazos.

Nat nos llevó despacio hacia la cama improvisada, disfrutando de cada uno de los segundo que pasaba entre mis gemelas. Ahora que se estaba dedicando a lamerme la piel entre mis senos me estaba arrancando los suspiros directamente de la garganta. Esta mujer quería que yo muriese joven.

Rozó el final de la cama con los pies, intuyendo donde estábamos, y se dejó caer quedando yo debajo.

Sacó la cabeza al fin dejándome la camiseta flácida. Ala, otra que me queda para pijama- No sabía que te dedicaras a rebuscarme en los cajones mientras no estoy- dejó un casto beso en mis labios y empezó a bajar siguiendo la línea de mi mandíbula.

Ashlynn (Natasha Romanoff x Chica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora