Ashlynn (Natasha Romanoff x Chica)

Ninguna armadura te salvará de mí

-¿Cómo se puede tener eso en los huesos?- Sam estaba desconcertado.

Había pasado menos de una hora desde que me había salido de la enfermería. Mi intención había sido el de irme a mi habitación a digerir la información que me había soltado Stark, pero una preocupada Wanda había llamado insistentemente a la puerta para cambiar de planes.

Se había disculpado de todas las formas posibles por el incidente y no ha parado hasta convencerme de que comeríamos en unos minutos. La verdad me había quitado hasta la última pizca de hambre que pudiera haber tenido, pero Wanda parecía tan afligida que no pude decirle que no.

Así que ahora me encontraba revolviendo lo que parecían tallarines mientras Stark contaba su gran hallazgo a los demás. Sentía las miradas en mí aunque yo no levantase la cabeza del plato. Lo único que me reconfortaba era el apoyo de Nat, que aunque no participase en la conversación, la escuchaba detenidamente y apretaba mi mano por debajo de la mesa cada vez que pudiesen decir algo que me pudiese molestar. Y la verdad es que pasaba más tiempo apretándome la mano que comiendo.

-La gran pregunta sería otra- Stark estaba tan feliz comiendo con los absurdos palillos. Cuanto más hablaba sin darse cuenta de lo que decía, más ganas me entraban de jugar al tiro al plato con sus armaduras.- ¿Cómo se puede tener eso en el cuerpo y no saberlo?

Yo estaba demasiado abstraída para contestar o siquiera entender lo que la misma planteaba. No salí de mi trance hasta que alguien agitó un cubierto sobre mi plato, sobresaltándome momentáneamente.

Clint estaba ligeramente incorporado sobre la mesa, apoyado en su lado y moviendo su tenedor enfrente mía para llamar mi atención. No la había mirado, pero podría jurar que Nat lo estaba matando con la mirada a juzgar por como este se puso lívido cuando su mirada se posó en mi acompañante durante unos segundos.

-Tierra llamando a Katherine- dijo el pajarito con complejo de Robin de los Bosques.- ¿Estas ahí?

-¿Si?¿Qué pasa?- deje el tenedor sobre la mesa. Total, no iba a comer de todas formas y tampoco es que la conversación me ayudara con el apetito.

-¿Intentas hacer memoria de como te convertiste en Terminator?- Tony a veces podía ser un verdadero capullo.

-Stark- lo advirtió Rogers.- Para.

-¿Que pare el qué?- si típica sonrisa burlesca me estaba poniendo de los nervios.-Solo son charlas entre compañeros.

-Charlas de muy mal gusto- ahora era Natasha la que lanzaba amenazas sin serlo. Me pregunto si algún día me enseñará a hacerlo. ¿Vendrá incluido en el entrenamiento?

-¡Venga ya! Ustedes también pensáis que oculta algo- su postura había cambiado. Ahora se recostaba sobre su silla con los brazos cruzados.- Es imposible tener esa cantidad de metal en el cuerpo y no acordarse de como llegó así. Yo tengo apenas un fragmento y fue suficientemente doloroso como para recordarlo toda la vida, y en otra después de esta.

-Pues no me acuerdo- mi respuesta era pausada y mi voz estaba demasiado ronca como para intentar mostrar que el tema no me afectaba.- Si pasó algo, tubo que ser cuando era pequeña.

-Por muy niña que fueses- ahora apoyaba las manos sobre la mesa, se le notaba molesto.- algo así no se olvida como si fuese la lista de la compra. Te tubo que doler durante días, por no hablar del procedimiento en sí. El que te hizo esto practicó una biopsia de cada uno de tus huesos y te insufló tal cantidad de médula contaminada por el Vibranium que cambió tu estructura ósea.

-Si dice que no se acuerda, es porque no lo hace- habló esta vez Visión. Que él interfiriera era casi como un privilegio. No sabía de muchos de los temas de los que hablábamos en las comidas, por lo que opinar, más bien, opinaba poco.- Su mente siempre ha sido un misterio, señorita Howell. No solo para mí, sino para Wanda también. Mientras que ella no puede ni acercarse a sus resistentes barreras mentales, yo solo logro ver algunas cosas de forma superficial.- meditaba sus palabras, pausándose a buscar las que más le convenían a la situación.-Pero lleva toda la comida en silencio, sin siquiera mostrar algún tipo de atención en la conversación que se desarrollaba sobre usted misma.- Nunca me había fijado hasta ahora que los ojos de Visión era del color del ámbar, pero ahora que los centraba en mí era mucho más fácil apreciar que tal vez fuesen como el caramelo fundido, pero podían intimidar igualmente.- Y lo único que he visto ha sido su propia oscuridad. Tiene un bloqueo que no le deja acceder a nada posterior a los cinco años, no sé si puesto ahí con esa intención o si lo puso usted misma por que no quería acordarse de lo que pasó, pero el caso es que existe.