Renuncio

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2.- Renuncio

Cuando llegó a su departamento no se sorprendió de encontrarse con Wei Ying tomando cerveza mientras veía una serie.

—¡Hermanito! Me preguntaba si llegarías ¿Encargo una pizza?— había pausado el televisor y se levantó del sofá: cualquier cosa que estaba haciendo podía esperar cuando se trataba de hablar con su hermano.

—Wei Ying, pareces un vago, estás con el mismo pijama todo el día y solo ves series.

—¡Hey! Son mis vacaciones, terminando la semana vuelvo a la rutina. Déjame ser un vago feliz.

—Te costará volver a adecuar tu horario

—Ese es un problema para el Wei Ying del futuro

—¿Eres idiota?

—Seamos honestos: mis estudiantes serán los más felices si la primera semana de clases solo me dedico a hablarles para mantenerme despierto.

—Eres tan poco profesional —A Jiang Cheng le molestaba la gente que no era seria con el trabajo, y a veces dudaba mucho de su hermano en este aspecto.

—Tú eres muy serio, deberías tomar un té, respirar y disfrutar de la vida— Wei Ying sonrió al decir esto, luego cambió el tema de conversación— ¡Oh, no olvides que este fin de semana iremos a ver a papá y mamá!

— ¿Cómo podría olvidarlo?

Wei Ying y Jiang Cheng vivía los dos solos en un pequeño departamento hace aproximadamente siete años, aunque tenían la condición de ir a visitar a sus padres al menos dos fines de semana al mes. La hermana mayor de ambos, Jiang Yanli también tuvo que cumplir con este acuerdo una vez que decidió ir a vivir con su esposo: Jin Zixuan.

Wei Ying no compartía lazos sanguíneos con el resto de la familia Jiang, había sido adoptados por ellos una vez que sus padres fallecieron en un accidente, y aunque le habían ofrecido tener el apellido Jiang, se negó porque deseaba preservar algo de su difunta familia.

—Hermanito, hay algo que nunca he entendido ¿Por qué renunciaste a la agencia Yunmeng?

Jiang Cheng enarcó una ceja ¿A qué venía esa pregunta en estos momentos? Eso había pasado hace tres años.

—Simplemente fui tras una mina de oro ¿Acaso nos ha faltado algo desde que renuncié?

—No, para nada, incluso tienes más dinero que antes, por eso siempre me he preguntado para quién trabajas.

El representante no quería confesarle que su jefe era en realidad el ganador de las encuestas de popularidad al hombre más deseado ni que era el protagonista de varias de las series con las que se desvelaba. Si le dijese que trabajaba junto a Lan Xichen tendría que soportarlo pidiéndole autógrafos, fotos, exclusivas de sus nuevos trabajos, entre más y más exigencias. Nada de eso era realmente preocupante, lo principal era que Jiang Cheng no deseaba que el actor y su hermano se conocieran por las mismas políticas que utilizaba con Lan Xichen: no debía combinar su trabajo con su vida personal.

Dejó de pensar en la hipotética situación de que las personas con las que pasaba más tiempo se conocieran entre ellas y se detuvo a recordar aquel día que conoció al actor y renunció a la agencia.

Había sido un día frustrante, estaba muy molesto. El grupo al que representaba se había dirigido a su jefe para solicitar un cambio de mánager a sus espaldas. "A la mierda con ellos"– pensó, no era la primera vez que ocurría, de hecho, siempre era lo mismo.

Jiang Cheng era conocido dentro de esa empresa por ser uno de los mejores representantes, cada vez que se unía una banda o grupo musical con potencial, el jefe los asignaba a con él. Todos soportaban los duros entrenamientos y exigencias de Jiang Cheng porque los frutos se veían en poco tiempo, pero una vez que eran reconocidos y obtenían fama, solicitaban que él dejara de ser su representante porque no podían más con su ritmo intenso de trabajo.

¿Cómo conquistar a un adicto al trabajo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora