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Flashback
- Iré al baño Malena - le grité mientras me alejaba, ella me miró y asintió, seguí mi camino y noté que alguien me seguía, sentí que lo conocía pero no sabía de donde

- Guapa, ven aquí - sentí unas manos en mi cintura y un jalón, mi desorientación no me permitieron hacer mucho, pero al parecer el seguidor si podía
- Déjala en paz - escuché una voz conocida, mientras me agarraba de la mano y me llevaba hasta los sanitarios, lo miré, definitivamente lo había visto en algún lugar
- Ey, gracias por eso - le dije mientras me metía al baño, el no se movía ni decía nada, entré al baño, hice lo que tenía que hacer y salí, pero el seguía ahí, lo que me extrañó, pero lo que se me hizo aún más raro era su similitud con Alexander, ese hombre si que era guapo
- Te conozco de algún lado? - pregunté mientras me le acercaba, quedamos en una esquina de aquel lugar, su aroma me envolvió, era muy masculino
- Te pareces a alguien que conocí hace poco - le dije pasando unos dedos por su pecho, el solo me miraba dudoso, jugué con un botón de su camisa, se veía que hacía ejercicio
- Y ese alguien era muy apuesto - reí al recordar a Alexander, vi media sonrisa en su rostro, me acerqué a él y nos besamos

Fin del flashback

- Mierda ya recuerdo - dije mientras me separaba de él, pero no me soltó de la cintura en ningún momento
- Cómo llegaste ahí? - preguntó, asentí
- Gracias por cuidarme, en parte - reí, el también sonrió
- Tienes bonita sonrisa - solté y recordé aquel día en que lo había conocido e hizo el mismo comentario
- No como la tuya - mi mente estaba en blanco, podría quedarme en esa posición mucho tiempo, si no es que por siempre
- Para mi también significó algo - susurré mientras me recargaba en el - Pero dudo que eso sea relevante ahora - dije para después separarme de su agarre, su rostro cambió
- Entonces así vamos a dejar las cosas? - preguntó, me senté en mi cama y el se recargó en la puerta
-¿Qué quieres que hagamos? - pregunté, el se quedó pensando pero no lo dejaría
- No hay nada que hacer, así que ahora baja y sigue haciendo lo que debes - ordené, una parte de mi se sintió mal, ya que lo había tratado como si fuera mi empleado, es una actitud que he repelido desde que el bufete nos trajo ciertos "privilegios"
- Cierto debí quedarme haciendo lo que debía - se dio media vuelta y se fue; una extraña sensación me invadió, no correría a pedirle disculpas, pero tampoco quería que se alejara, era extraño todo esto.
Vaya suerte la mía, una vez que rompo las reglas y me meto en esta clase de líos.

El Bufete SáezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora