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Seguíamos en la plaza, pero detrás de ésta había una zona de restaurantes lujosos, nos dirigimos hacia dichos restaurantes, solo porque a unos pasos había una gran explanada, en la que podríamos esperar a Aldo y estar bobeando.
De un momento a otro una caravana de coches empezó a acercarse a la entrada de uno de los restaurantes, nos quedamos quietos viéndolos a cierta distancia
- Uf, que buen coche, quiénes serán? - preguntó Manuel, uno de nuestros amigos y acompañantes del momento
- Ni idea, pero no son de por aquí - comentó Gabriel
- Tú qué sabes? - contestó Daniel, yo solo seguía prestándole atención a los autos, no se por qué, pero me daban mala espina
- Los escudos que tienen en el cofre, no son de una marca de coche, los pusieron y no se ve que sean de por aquí - justificó Gabriel
- Esto me da mala vibra - me susurró Malena, la miré y asentí, de repente se escuchó un disparo.

Todos corrimos, se veía caos alrededor, tomé la mano de Malena y salimos hacia donde debería llegar Aldo, Daniel y los chicos nos seguían, los disparos continuaban, mirábamos a nuestro alrededor como el pánico se acumulaba.
- Santi Dios agáchense! - gritaba Manuel, tratábamos de hacer eso mientras corríamos lo más rápido posible, mi corazón estaba acelerado; a lo lejos vi a Aldo derrapar y hacernos señas de que corriéramos más rápido, no sé cómo pero lo hicimos, nos metimos al coche y en un fugaz avistamiento vi el escudo de los coches, todos tenían una "R", solo eso; nos quedamos helados en nuestros asientos, Aldo preguntaba que si estábamos bien y sólo podíamos mover la cabeza afirmando, estábamos que nos llevaba el diablo
- Pero, por qué? - dijo Gabriel
- Por qué qué? - comentó Daniel enojado
- Solo llegaron y comenzaron a disparar - exclamó Manuel, yo no podía decir nada, ya era mucho en un solo día, Malena solo me miraba, se le notaba asustada, seguíamos tomadas de la mano y comenzaban a llenársele los ojos de lágrimas, ahí fue cuando recordé

Flashback
- Vamos Malena ya sal de ahí - nuestros padres habían organizado una cena de beneficencia, la cosa más aburrida del mundo para dos niñas de 15 años, pero que tenían que ser partícipes de esto
- Es que allá me aburrooo - bufó mientras salía del baño
- Uy, en ese cubículo ha de estar a todo dar la diversión - reímos mientras nos recargábamos en el lavabo
- Niñas salgan de ahí - escuchamos la voz del papá de Malena, ambas rodamos los ojos y salimos
- Ya podemos irnos pa? - se quejó Malena
- No señorita aún no - nos guió hacia el patio principal y nos sentamos, todo procedía muy lento hasta que
- Tranquilo por favor - escuchamos una voz llena de miedo a unos cuantos pasos de nosotras, eran dos hombres armados, Malena y yo nos quedamos heladas, inmediatamente nos identificaron, como si ya fueran a buscarnos, lo siguiente que recuerdo es oír un disparo y ver al padre de Malena en el piso

Fin del Flashback

- Tranquila Male - le susurré mientras íbamos hacia mi casa; su padre afortunadamente sobrevivió, pero aún le cuesta trabajo lidiar con el trauma.

Llegamos a mi casa y bajamos rápidamente, nos metimos y nos acomodamos en la sala; Aldo fue de inmediato a la cocina e informó a Carmen de la situación.
Todos seguíamos callados, ninguno podía emitir palabra alguna
- Mi niña, cómo están? - preguntó Carmen mientras dejaba refrigerios en la mesa de centro, los cuales los muchachos comenzaron a devorar sin más
- Estamos bien - solo pude decir eso, comenzamos a comer los refrigerios y el ambiente empezó a calmarse, los muchachos empezaron a hacer reír a Male, lo que me tranquilizó aún más, sin embargo, me seguía dando vueltas el suceso y la extraña "R" que venía en los escudos de los autos; el sonido de la puerta me sacó de mis pensamientos, mierda, mis padres
- Carolina, Malena, ay gracias a Dios están bien - escuche exclamar a mi madre desde la puerta, entró seguida de mi padre y nos abrazó a ambas, saludó a los muchachos y se sentó
- Pero por qué diablos se pusieron en una situación  así - gritó exasperada, todos se quedaron callados
- Señora no es que... - trató de explicar Daniel
- No jovencito, imagínense que les pudo haber pasado - yo seguía sin emitir palabra alguna y no tenía idea de por qué
- Lili, por favor - se escuchó la voz de mi padre detrás del sillón, me giré a verlo, tenía señales de preocupación en el rostro, le di una media sonrisa; una figura poco conocida en el marco de la puerta me distrajo, dirigí la mirada hacia allí y vaya sorpresa...

El Bufete SáezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora