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- Buenos días Alexander - el entró a la oficina y saludó a mi padre de mano y a mi madre la saludó de beso, yo me hacía la loca en el escritorio siendo que ya no había nada por hacer ahí
- Buenos días - escuché su voz a pocos centímetros de mi, me giré y quedamos muy cerca, por que diablos mis papás no se daban cuenta de estos acercamientos?; y como si me hubieran escuchado, mi padre carraspeó al ver la poca distancia entre uno y otro, sonreí triunfante y el de inmediato se alejó.
- Tráeme por favor el avance de los casos de cada una de las mesas - indicó un poco enojado, Alexander solo asintió y salió por la puerta, no sin antes darme una mirada seria, a lo que yo contesté guiñándole un ojo
- Carolina - di un brinco al oír la voz de mi madre
- Mande - contesté nerviosa
- Ve a preguntarle a Álvaro qué hay para archivo - ordenó mi mamá, no sabía por qué tenía esos modos conmigo, yo soy la adolescente de casi 18, hormonal y toda la cosa, el ya es un hombre que se puede controlar, como por qué se enoja conmigo? Mientras discutía en mi mente asentí y me dirigí hacia con Álvaro, bueno, por lo menos me caían bien los que trabajaban aquí.

- Buenos días Álvaro - le sonreí mientras me recargaba en la barra donde ponían los expedientes
- Hola bella Lina, cómo estás? Y ese milagro? - preguntó mientras registraba unos expedientes recién llegados
- Ya ves, los jefes dicen que les venga a ayudar - reímos
- Venía a preguntar por los de archivo - solté
- Oh ok, dame un segundo y veo cuanto hay, yo lo llevo a la oficina de tus padres no te preocupes - no se ustedes pero a mi en serio se me hacen atractivas las personas amables y diligentes y Álvaro no era feo exactamente, no se por qué hoy mi mente volaba mucho en esos ámbitos, estaba soñando despierta cuando
- Caro? - escuché la voz de Álvaro
- Ah perdón me decías? - el sonrió al ver que yo estaba en la luna
- Yo los llevo con tus padres - reafirmó lo anteriormente dicho
- Me espero, si vuelvo con las manos vacías tal vez me quedo sin casa o algo así - volvimos a reír, a los pocos minutos sacó lo que había para archivo, no era tanto, pero si suficiente para distraerme, lo que era bueno en este ambiente de trabajo; Álvaro y yo íbamos platicando y riendo por el pasillo casi a nada de llegar a la oficina de mis papás
- Perdona el atrevimiento, pero te ves muy bien hoy - comentó apenado, sentí que la sangre me subía al rostro
- Gracias - le sonreí, al momento escuchamos un carraspeo, volteamos y habíamos coincidido con Alexander en la puerta al privado de mis papás, sonreí nerviosa y pasé por la puerta, seguida de Alexander, quien dejó que Álvaro hiciera malabares solo con los expedientes
- ¿Por qué tardaste tanto? - preguntó mi madre al aire, no dije nada, ya que creí que le decía a Alexander
- Señorita - reclamó, me giré sorprendida, de cuando acá me regañan a mi?
- Me tardé porque estaba registrando los recién llegados señora - defendió Álvaro - Entonces ella esperó a que trajera los de archivo, ella quería traerlos sola pero era más correcto ayudarla - me le quedé viendo a mi madre sin saber qué decir
- Ok, gracias Álvaro - el dejó los expedientes en la mesa
- Gracias - le susurré, me guiñó el ojo y salió de la oficina, mientras iba saliendo noté como Alexander le daba una mirada desdeñosa, barriéndolo de arriba hacia abajo, mi Carolina interior celebró por causarle celos?
- A trabajar entonces - indicó mi papá, me senté y comencé a checar archivo, a ver qué tal avanzaba el día.

El Bufete SáezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora