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Mi corazón se apachurró, no sabía que sentir, estaba confundida, me encontré a mi misma apretando la mandíbula mientras lo veía
- No sabía que tuviera novia - comenta mi mamá
- Yo tampoco, pero bueno eso no nos incumbe - finaliza mi papá para decirle al mesero que se acerque a pedir la orden, mi corazón latía a medias, no podía dejar de mirar cada tanto, estaba ¿celosa?

Nos tomaron la orden y mis padres comenzaron a platicar, yo seguía sin saber qué diablos sentía
- Caro, estás muy callada, todo bien? - pregunta mi mamá, salí de mi shock
- Si ma - contesté a secas, la mujer que venía con él era linda, claramente también tenía su edad, cómo diablos creí que el y yo..
- Y cómo está Malena? - preguntó mi mamá interrumpiendo mis pensamientos
- Bien bien, ya sabes cómo es - dejé de mirar a Alexander y decidí conectarme en mi cena con mis padres. Todo avanzaba bien, calmaba la tentación de voltear a ver la mesa de Alexander, cuando de repente los vi levantarse e irse, me sentí extrañamente aliviada, pero la curiosidad me ganó así que quería verlos de más cerca, aunque ya estuvieran yéndose
- Voy al baño - solté sin más
- Con cuidado chula - me levanté de la mesa, pregunté donde se encontraba el sanitario y me dirigí hacia ahí, tomando el rumbo "hacia el sanitario" vi como Alexander y la mujer misteriosa se dirigían hacia la salida del lugar, me mantuve a una distancia en la que no pudieran verme aunque una parte de mi quería que lo hiciera.
Noté como de repente ella se separaba de él para dirigirse al sanitario, me quedé sin saber qué hacer, pero en un fugaz arranque me dirigí al baño.
Esquivando las posibles miradas fugaces de Alexander donde podría verme entré en el baño, comencé a lavarme las manos y vi como ella salía de uno de los cubículos, era alta, muy bien vestida, cabello castaño y lacio, me le quedé viendo mucho tiempo, tanto es así que me dio una mirada curiosa, le di media sonrisa y ella la devolvió.
Se secó las manos y salió de ahí, mi autoestima y corazón iban de mal en peor; resignada salí del baño a dirigirme a la mesa donde se encontraban mis padres, en el pequeño tramo de pasillo me quedé cabizbaja pensando en que me había usado, por qué creí que algo más iba a suceder carajo.

Llegué a la mesa de mis padres y terminamos de cenar, el camino a casa estuvo calmado, mis papás charlaban un poco y yo solo miraba hacia la nada, todavía con el tema dando vueltas.

- Caro! - exclamó mi mamá mientras yo subía las escaleras, me giré y la miré sin decir nada
- En la semana podrías acompañarnos al Bufete por favor? - lo que me faltaba carajo
- Si ma, solo podría no ser mañana? - necesitaba no ir por lo menos un día para hundirme en mi tristeza
- Oh de seguro mi amor, de todos modos no sería toda la semana, solo unos cuantos días para que nos ayudes - sonrió mi madre al ver que accedí
- Sin ningún problema mami - finalicé para después dirigirme directamente a mi cuarto.

Ya en la cama, me sentía sin sentido, decidí llamar a Malena para discutir la situación

Malena
¿Cómo carajos?

Carolina
No tengo idea mujer, lo peor de todo es que no me había dado cuenta cuán alucinada estaba hasta hoy

Malena
Tranquila Caro, es un imbécil, además, como si no tuvieras a otros tipos detrás de ti, que se vaya al carajo

Después de una exhaustiva sesión de empoderamiento, colgué la llamada con Malena y procedí a dormir.

El Bufete SáezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora